Delgado observa la zona, los avances y las casas que fueron copando alrededor de la Agrupación Infantil Los Amigos. El vestuario ya no está, pero la cancha fue preservada, se mantiene firme y sigue siendo el lugar para que cada fin de semana se jueguen picados o torneos. Ese fue su lugar, pero para la diversión y sin pensar en el futuro como jugador. "Empecé a los 17 o 18 años, antes jugaba solo porque me gustaba. Lo hacía en el barrio. Los sábados había torneos, cuadrangulares y yo estaba ahí. Después cuando fui a Central sí, pero antes no aspiraba a nada. Hasta que tuve la chance y la supe aprovechar".
Mira el piso donde el césped hace tiempo que desapareció, la tierra está dura y hay cascotes desparramados. Pero nada de eso impide que la pelota pueda rodar y se active. "Hemos jugado descalzos, con botines y hasta con una sola zapatilla. El barrio me ayudó mucho, el respeto, los códigos. Aprendí mucho en todo sentido", contó rememorando aquellos años de su niñez.
"Cuando jugaba con los más grandes, en otra cancha, me cuidaban. Mi viejo me mandaba al arco, pero acá no porque lo hacía con chicos de mi misma edad. Acá sí que no me cuidaban, ja. Si salía a jugar me levantaban", expresó sobre aquellos momentos donde no se imaginaba lo que el destino le tenía preparado para su futuro.
¿Todo jugador tiene un descubridor, quién fue el tuyo?
Jugaba en Alianza, tenía 16 y el hijo del Pulpo Rubén Scalise (Mariano) jugaba conmigo. Le dijo al padre, me fue a ver y me preguntó si quería jugar en serio al fútbol. Me llevó a una prueba de River en Baigorria. Jugué 5 minutos, ni nos miraron. Me llevó a Boca, estuve unos días y estaba Jorge Griffa. Me dijeron que volviera, fui con un pantalón de Central Córdoba largo y me decía el «pantalonudo». Después me fui a probar en Central, anduve bien y me quedé. Estaban Omar Palma y Don Ángel Zof.
Las pruebas no son sencillas y a veces solo jugás unos minutos.
Tuve suerte y también hay que buscarla. Ese día la rompí y me salió todo, pero después llegar a primera es otra cosa. Me acuerdo que estaban todos los pibes que enfrentaba en Rosarina cuando jugaba en Alianza. Hice un gol, anduve bien, me levanté inspirado y me salió todo. Había ido el Pulpo y Daniel Sperandío, pero vieron la práctica porque se fueron a tomar un café. Cuando volvieron ya me habían hablado para que fuera a la sede a firmar. No me olvido de ese día porque empezaba otra etapa de mi vida. Igual, no me imaginaba llegar a primera.
Un gran paso para vos fue ser elegido, pero después llegó el trabajar para seguir avanzando de categoría.
Sí. Todo era lindo, pero había que empezar a entrenar en Baigorria. Una hora y media de viaje en colectivo. Lo tomábamos en San Martín y Circunvalación con el Sapo Encina y Renzo Ruggiero. La ida era linda, la vuelta muy complicada. Nos dormimos varias veces y seguimos de largo, ja. En ese tiempo no nos exigían la escuela, ahora sí. Nosotros queríamos jugar a la pelota, no me importaba si era Rosarina, AFA o local. Íbamos con muchas ganas de mostrarnos. Y los viejos siempre apoyando y la gente que estaba alrededor (el Pulpo y Sperandío) que nos daban para el colectivo.
¿Pensaste qué iba a pasar si no llegabas a triunfar?
Sí, sabía que iba a tener que ir a trabajar. Primero porque estaba grande, ya tenía 20 años. Si no era el fútbol había que poner el lomo. No había otro camino. Tuve la oportunidad de que el fútbol me ayudó y me salvó. Estudiar no lo iba poder hacer, así que si no llegaba tenía que ir a trabajar, ja. En el objetivo del combo estaba todo, uno de ellos ayudar a la familia. El fútbol es por plata, por más que digan que no. Es importante para la familia tener un bienestar y una mejor calidad de vida. Lo pude lograr a base de sacrificio. De Las Flores a Baigorria, muchos no ven eso. Se observa solo el éxito, el Chelito Delgado, la selección... Atrás hubo un gran esfuerzo para lograr lo que conseguí.
El estigma, el barrio donde hay gente laburante y donde salen jugadores. ¿Cómo viviste todo eso?
El barrio sigue siendo el mismo de siempre. Están los mismos vecinos, mis tíos, primos, acá vivía también mi mujer. Continúa siendo el barrio donde se juega en la vereda, en la calle. El barrio es hermoso, pero ha cambiado el mundo, llegó gente nueva... A mí me ayudó a crecer en lo humano. Hay cosas que se han modificado y por las cuales no podemos hacer nada contra eso. Ojalá sigan saliendo chicos como Ángel Correa, el Sapo Encina...
Que se mencione el barrio en distintas partes donde estuviste y a través de tu nombre debe ser muy lindo para la gente.
Para mí es un orgullo estar haciendo la entrevista acá porque tuve la mejor infancia. Estoy orgulloso de eso. Es lindo venir, mostrarlo y que se hable bien. Se habla mal, pero hay mucha gente buena, trabajadora, humilde. Mi viejo sigue viniendo, mi hermana vive acá. Cuando vengo les muestro a mis hijos donde jugaba y vivía. Porque es algo lindo de mi vida y que no todo se consigue de un día para otro.
Ping pong
Central: "Me cambió la vida porque es el que me dio lo que hoy soy como persona y jugador. Un agradecido a Central porque me abrió las puertas para mostrarme".
Cruz Azul: "Le tengo un gran cariño y respeto a la gente. Siempre que voy me tratan de la mejor manera. Agradezco siempre las muestras de afecto".
Lyon (Francia): "Sufrí en Francia por lo que es el idioma, un cambio muy grande para mí y la familia. La pasé bien en el último tiempo porque jugué la Champions. Lo logré y llegué a la semifinal, que no es poca cosa. No aprendí nada de francés, se me cag... de risa. Yo fui a jugar a la pelota, no a aprender francés, jaja. No hubo manera".
Karim Benzemá
"Un fenómeno. Piola, buena gente, muy especial y reservado,. Me ha tocado salir varias veces a un boliche con un par de brasileros. íbamos al boliche y el lunes nos agarraba el mánager y nos decía. cuídense que ya los vieron. Al otro no íbamos, lo hacíamos a los 15 días, ja. En Francia son todos muy aburridos, cero sociables".
Monterrey (México)
"Mi familia no aguantaba más Francia y mi nena perdió dos años de escuela. Pegué la vuelta a México. Ahí estaba en mi casa, la familia se adaptó, la nena aprendió a leer, todos estábamos más contenidos".
Lo mejor que viviste en el fútbol
"Vestir la camiseta de la selección. Eso fue lo más lindo. Lo peor creo q no lo pasé porque un resultado no cambia nada. Todo lo que me dio el fútbol fue bueno, no me dejo llevar por el resultado".
Jugar un Mundial, ¿una deuda?
"No me quedó una espina por no jugarlo. El haber vestido la camiseta fue bárbaro. Me dio mucho el fútbol, fui un afortunado. Estuve cerca, pero no me puedo quejar".
Marcelo Bielsa
"Siempre me llamaba, jugara bien o mal. Aprendí mucho con él en lo táctico. Siempre digo que me descubrió en una posición que no conocía. Jugaba como delantero suelto adelante y me puso en otro que aprendí. Soy agradecido a él por lo que hizo".
Deuda por no retirarte bien en Central
"Me hubiera encantado terminar jugando. No me arrepiento de haber vuelto, pero hubiese querido haberme despedido jugando. El tema del doping me hizo mucho daño y por eso no tuve un final feliz. Son cosas del fútbol. Nadie me ayudó. No fue un error mío, fue del médico (Diez) y la pagué yo. Nadie me ayudó a hacer lío en la Conmebol para que me bajen la sanción. Hice todo yo, eso me dolió. Pero ya pasó y estoy tranquilo porque di todo y no fue mi culpa. Un médico nuevo, sin experiencia y que le pasó también con Javier Pinola (se perdió la selección), con Damián Musto, quien no pudo venir a River. No soy rencoroso, fueron errores de principiante".
Carlos Tevez
"Lo saludé porque dormíamos junto en la selección. Mi nene Santino lo quería conocer. Está muy contento y sabe lo que es Central, lo está conociendo. La tiene clara Carlitos. Sabe donde se metió, de qué se trata y lo importante es que está contento y trabaja muy bien. Me parece un pibe con muchas ganas de progresar y mostrar algo diferente. Ojalá le vaya bien".
La selección y el Mundial
"Tiene mucha presión, descomprimió un poco la Copa América. Pero el equipo se ve bien y la presión es doble. Estuvimos cerca de conseguirlo y parecería que debe se una obligación que Messi lo logre. Es argentina y la historia del país que siempre ha dado buenos resultados. El mejor del mundo parecería que está obligado, pero no debería ser así. Hay que disfrutar porque a Messi le queda poco también".
El sucesor, su hijo Santino
"Le gusta jugar al fútbol. No es un fenómeno, pero le gusta aprender y eso es importante. Hay que mirar al otro y saber escuchar. Lo acompaño como lo hacía mi viejo, lo aconsejo y cuando me tengo que enojar lo hago. Mi viejo a veces me hacía llorar, pero era para mi bien".