El sueño terminó. Central cayó con un abultado 3 a 1 ante Fortaleza, que no reflejó para nada el empeño que ofreció el Canalla para luchar el partido e incluso ponerse en ventaja en el inicio del complemento. Pero luego se quedó sin resto, el local aceitó sus engranajes ofensivos y terminó quedándose con un premio justo, pero demasiado abultado en el score. La Copa Sudamericana ya es historia y el dolor de la eliminación es lacerante. Todo lo positivo de la valentía del equipo de Matías Lequi quedó borrado por el peso implacable del resultado. Ahora a volver a empezar. ¿Qué pasará con Matías Lequi? La gran pregunta en Central. A la brevedad deberán responderla los que manejan el fútbol auriazul.
El Canalla tuvo una producción competitiva y estuvo a la altura de la llave. Logró maniatar en grandes pasajes a un rival calificado. Lo puso contra las cuerdas. Incluso lo hizo besar la lona con una arremetida de Mallo cuando decretó la apertura. Pero luego se quedó sin resto: de fútbol, de variantes y de energías para sostener la ventaja. Entonces, Fortaleza olió sangre y clavó tres goles impiadosos para quedarse con todo.
En cuanto al partido, Central comenzó en el primer tiempo jugando con autoridad, lejos del arco de Jorge Broun y tratando de sostener la pelota en campo enemigo. Le quitó la iniciativa a Fortaleza y le copó la mitad de la cancha ganando los rebotes. Esta situación despertaba las palmas de Matías Lequi y los reproches de Juan Pablo Vojvoda. El local, empujado por su gente, tenías más ganas que ideas claras.
Lucieron aplicados los volantes centrales Ibarra y Mauricio Martínez y Nacho Malcorra se animaba a triangular. La única amenaza eran las insinuaciones de Tomás Pochettino. Central cumplía su primer plan de juego. Que era sacarle ritmo a los brasileños y no sufrir sofocones. El local no estaba cómodo ni se movía como pez en el agua como pretendía.
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Igual hubo un centro de Pacheco y salvó con lo justo Quintana cuando se relamía Lucero por atrás. Lo que era una caldera de los torcedores en la previa empezó a mutar en preocupación y reproches hacia el árbitro Esteban Ostojich. Llegó un tremendo zapatazo de Franco Ibarra desde afuera que se fue cerca del palo derecho del equipo brasileño.
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Jonatan Gómez intenta para el Central que arrancó en ventaja, pero al que se lo dieron vuelta.
Leonardo Vincenti / La Capital
En el cierre de la etapa Enzo Copetti lucía ahogado tras la gastroenteritis de la semana. El primer tiempo terminó con aprobado para el canalla, pero con mucho terreno por recorrer todavía en la batalla por la clasificación.
En el entretiempo salió Copetti extenuado por Luca Martínez Dupuy. Y a los dos minutos llegó una gran ejecución de pelota quieta desde la izquierda de Nacho Malcorra, que cayó como un rayo en el área y Facundo Mallo se anticipó a todos para, de arremetida, conectar al gol. Hubo suspenso pero el VAR lo convalidó.
Al canalla la alegría le duró poco
Pero no le duró nada la alegría a los canallas, porque tras una gran combinación colectiva que desacomodó a la defensa entró Lucero para clavar el inmediato empate. Fue un pecado no sostener la diferencia.
Ahí el trámite se rompió, fue un golpe por golpe electrizante, con una corrida de Martínez Dupuy que pateó incómodo. Adentro Solari y O’Connor por Lovera y Malcorra. Además salió lesionado Mallo y lo suplantó Miguel Barbieri. A seguir remando.
El dramatismo ganó la escena en el impactante Arena Castelao. Central luchaba como un león, ante un rival que en cada contra parecía relamerse.
Y a los 77 minutos tras otra jugada de ajedrez por la derecha de Fortaleza, apareció libre Pikachu para tocar la pelota con clase solo, ante un desesperado Broun. Un golpe de nocaut. Un golazo que terminó con la ilusión.
En un par de jugadas notables Fortaleza se quedó con todo. En un partido que se definió por la claridad ofensiva del local en acciones puntuales, cuando en el trámite fue muy parejo y con Central en varios pasajes siendo superior al rival.
Pero la categoría de los delanteros rivales fue demasiado, en una posición donde el Canalla tiene averiados a Marco Ruben y al pibe Agustín Módica.
Central cayó de pie y le faltó recambio en el momento de la definición de la serie, en esos minutos finales donde Fortaleza se quedó con todo y hasta tuvo tiempo de anotar el tercero con una arremetida de Sasha. Digna derrota auriazul. Más abultada que lo que entregó el trámite. Pero el sueño copero del Canalla tuvo un límite duro en el nordeste de Brasil. Deberá volver a empezar. El frente internacional culminó.
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