Cualquier tipo de análisis lleva consigo una carga de subjetividad importante y lo que para uno puede ser de una manera, para otro puede resultar distinto. Sucede después de cada partido, en los que periodistas e incluso los propios hinchas comparan sensaciones sobre la actuación individual de los jugadores. Ovación hizo su propio análisis de acuerdo a las puntuaciones de los futbolistas (puntuados con un mínimo de 20 minutos en cancha, así sea como titular o ingresando desde el banco de suplentes) y el mejor promedio Ovación fue para Alejo Veliz, lo que en cierta forma se condice con la venta extraordinaria que acaba de cerrar Central del centrodelantero a Tottenham de Inglaterra. El ya ex 9 canalla arrojó un promedio de 5,60 por ciento en los 24 partidos en los que recibió puntaje, aunque se podría hablar prácticamente de un empate técnico con los otros dos que completan el podio: Jaminton Campaz, con 5,58, e Ignacio Malcorra, con 5,55.
Un análisis rápido y en medio de un pantallazo global de lo que fue la Liga Profesional para Central lleva a pensar que las mayores virtudes del equipo estuvieron del medio hacia arriba y por eso esa pequeña luz de ventaja que sacaron Veliz, Campaz y Malcorra. Pero claro, resultaría sencillo apuntar a otros varios futbolistas que tuvieron un rendimiento parejo a lo largo de todo el torneo y es allí donde aparecen las figuras de Lautaro Giaccone (5,41), Facundo Mallo (5,39) y Carlos Quintana (5,25). Quien se entreveró en la discusión fue Walter Montoya (5,33), quien consolidó un promedio importante en los 12 partidos que jugó, desde que volvió al equipo tras reponerse de la lesión sufrida en 2022 hasta quedarse afuera por una nueva lesión.
Lo de Veliz resulta demasiado sencillo de explicar por la razón de que fue el máximo goleador del equipo (convirtió 11 tantos). Eso solo lo alcanza para ubicarlo como una de las principales armas con las que contó el equipo de Miguel Angel Russo.
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Campaz se adaptó muy rápido al fútbol argentino y también a Central. Tuvo un buen semestre en el canalla.
Virginia Benedetto / La Capital
Se insiste, el análisis no pasa por la cantidad de partidos, sino por el promedio generado en los encuentros en los que haya recibido puntuación. Porque se recuerda, Veliz no inició el torneo (no realizó ni siquiera la pretemporada con Central) porque estaba disputando el Sudamericano sub-20 y en el medio de la competencia también debió ausentarse, en ese caso para la disputa del Mundial de la categoría. Tampoco estuvo en el primer partido de Copa Argentina, ante Central Norte de Salta.
Ahora, las veces que le tocó jugar siempre mostró un grado de injerencia en el resultado que a la larga resultó determinante. Tuvo la capacidad de lograrlo aun exponiéndose a aquellos partidos en los que no pudo construir un puntaje alto por el bajo nivel colectivo, que fueron en su gran mayoría lo encuentros disputados en condición de visitante.
No caben dudas de que Veliz marcó la diferencia en esa gran producción que mostró el canalla en el Gigante, en la que el volumen de juego fue evidentemente mayor, con una generación de situaciones de riesgo mayor. No es casualidad que de los 11 goles convertidos, 9 hayan sido en Arroyito y sólo dos (Huracán y Racing) cuando el equipo fue de visita. Otro dato: de los cinco penales que tuvo Central a favor pateó sólo uno (lo convirtió, frente a Colón).
En realidad, esa dualidad entre local y visitante es algo que afectó no sólo a Veliz, sino al resto de los futbolistas, quienes podrían tener una puntuación mayor si equipo se hubiera mostrado más competitivo las veces que le tocó jugar afuera.
Es extremadamente lógico que, si el puntaje de Veliz fue el más alto, sus más inmediatos perseguidores sean aquellos futbolistas que jugaron cerca de él, asistiéndolo para que pueda convertir. Por eso las rápidas apariciones de Campaz, Malcorra y Giaccone.
Campaz fue clave en unos cuantos goles de Veliz, pero más allá de las asistencias, el colombiano con el correr de los partidos fue demostrando una importante capacidad de desequilibrio, a veces haciendo lo que parecía correcto, otras veces abusando de la individual, pero su aporte fue mucho. Figura excluyente en el choque contra Central Norte.
Fue otro de los jugadores que bien pudo elevar su calificación final, pero que no lo hizo por las deficiencias como visitante. Igual, a Campaz le costó quizá más que al resto demostrar afuera todo lo bueno que solía hacer en Arroyito. Un caso particular para un jugador recién llegado y extranjero, al que por ahí le lleva un mayor tiempo la adaptación, esto de no amedrentarse por la presión del hincha en el Gigante y ausentarse casi por completo afuera.
Lo que eleva quizá un poco más su evaluación es justamente eso, el hecho de tratarse de un futbolista que llegó como refuerzo y al que la aclimatación al fútbol argentino no le demandó demasiado tiempo.
Ese tercer puesto (pudo ser segundo tranquilamente) en el podio lo tiene bien ganado Malcorra, protagonista de un rendimiento que, aun con algunos desniveles, fue de los que más jugó, lo que bien vale resaltarlo como virtud. Es más complejo gozar de un promedio alto habiendo jugado casi todos los partidos que en medio de unos pocos encuentros.
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Malcorra convirtió cinco goles, pero además metió muchas asistencias. Fue una de las principales armas del canalla.
Virginia Benedetto / La Capital
Malcorra no sólo convirtió goles (fueron cinco, dos de penal), sino que fue el máximo asistidor del equipo. Muchas de ellas vinieron de jugadas con pelota en movimiento y otras tantas de balón detenido y más allá que alguna pueda no encuadrar como asistencias (un córner, por ejemplo) siempre dejó en claro la efectividad de su pegada.
Fue claramente llamativo lo de Giaccone, no porque no cuente con las condiciones técnicas para sobresalir, sino porque arrancó la carrera desde muy atrás y comenzó a tomar rodaje ya con el campeonato andando. Fue exactamente en ese partido ante Unión, en el ingresó en el complemento, donde anotó el gol del empate. De allí en adelante para Russo siempre fue titular y su presencia sólo se ponía en duda cuando el equipo jugaba de visitante, en lo que para Russo en un determinado momento era más importante el formato de equipo que el presente de algunos futbolistas.
Pero amén de las cualidades que mostró el equipo en ofensiva, está el detalle de que la zaga central está entre los puntos altos del equipo y lo saliente es que se trata de dos jugadores que llegaron como refuerzos en el último mercado de pases. La referencia es para Facundo Mallo y Carlos Quintana, quienes le dieron a la defensa un salto de calidad en relación a lo que el equipo venía mostrando en torneos anteriores, con otros entrenadores por supuesto.
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Giaccone irrumpió en el partido ante Unión, en e que convirtió el gol del empate, y de ahí en más se hizo un lugar en el equipo.
Virginia Benedetto / La Capital
Lo de Mallo fue un verdadero hallazgo porque no estaba en el radar de nadie y su aporte fue de una solvencia tal que hoy los hinchas están deseosos de que la dirigencia haga uso de la opción por la compra de la mitad de pase que figura en el contrato.
Quintana, por su parte, llegó con la chapa de haber sido campeón de la última edición de la Copa Argentina, con Patronato, pero había ciertas dudas de cómo podía llegar a responder en un club con mayores exigencias. Y no sólo cumplió, sino que las veces que debió faltar el equipo sintió esa ausencia.
Después, el resto, con un Gaspar Servio que quedó un escalón por encima de Jorge Broun, pero lo de Fatura sin dudas es más trascendente porque atajó muchos más partidos que el por entonces competidor por el puesto. Fue mucho más difícil para Broun construir un buen puntaje en casi todo el campeonato que a Servio en esos primeros y únicos cuatro partidos que atajó.
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A Facundo Mallo nadie lo tenía en el radar y fue una solución para la zaga central. Se acopló bien a Quintana.
Virginia Benedetto / La Capital
Que este grupo de jugadores haya sido el que más puntaje construyó a lo largo del torneo explica en cierta forma que para Russo fueran la base de un equipo que en determinados momentos sufrió un cierto recambio (por lesiones y suspensiones), pero que en líneas generales fueron un sostén a la hora de la toma de decisiones del entrenador. Es que hubo futbolistas que quedaron muy cerca en la puntuación final, pero que sus participaciones en cuanto a cantidad de partidos jugados fueron más escasas.
Veliz sin dudas fue el más destacado, pero en líneas generales hubo un rendimiento más parejo de los encargados de buscar el desequilibrio de tres cuartos de cancha hacia adelante, quienes fueron bien secundados por los zagueros centrales que habitualmente fueron titulares.