Gran jugada de Vecchio por izquierda, pase atrás, rebote, Zabala de frente al arco adentro del área, rebote en Ruben y afuera. Enseguida, un despeje de cabeza débil de Ferreyra, rápida resolución de Schuartzman ante la impotencia de Villagra y Lo Celso y zurdazo implacable desde la medialuna de Pablo Velázquez, sin que Broun pudiera hacer nada. Esa fue la diferencia en la cancha entre dos equipos que dejaron que desear en un partido de gol-gana, que significó el buen debut copero de 12 de Octubre y el paso en falso de Central en Paraguay. Por supuesto, en un certamen casi símil a la Copa Libertadores en cuanto a su formato pero que difiere fundamentalmente en que solo uno pasa a octavos, perder nunca supone una recuperación fácil e inmediata y obligará más al conjunto auriazul en la próxima. Pero amén de todas estas impresiones que resumen un cuadro de situación estadístico y de probabilidades, lo que más preocupa, o lo que sigue preocupando en realidad, es precisamente el equipo del Kily González. Es este ciclo que pese a que, justo es remarcarlo, está repleto de buenas intenciones, loables, no termina de ser fiable. Y que por eso mismo se fue con las manos vacías cuando bien podría haber sido al menos con reparto.