Cada vez falta menos para que llegue el día más esperado por la comunidad rosarina. Central visitará este domingo a Newell’s (desde las 19.45) sabiendo que afrontará este duelo tan emocional como desmedidamente pasional en alza y exhibiendo la brillosa chapa de campeón. Mientras el equipo se prepara sin pausa ni adversidades en el country de Arroyo Seco, Miguel Russo sigue potenciando con paciencia de monje tibetano su matriz futbolera. El técnico auriazul basa el eje de su estructura en las manos de su arquero y capitán Jorge Broun, como además en los aguerridos zagueros Facundo Mallo y Carlos Quintana, y en los volantes Kevin Ortiz e Ignacio Malcorra, quien pese a no mostrar su mejor versión es una pieza intocable y muy valorada para el DT. A tal punto que estos selectos apellidos conforman el núcleo duro del esqueleto que luego cobra vida en el campo de juego.
Russo es un especialista en partidos de alto voltaje. Los clásicos los prepara con la misma determinación que al resto de los desafíos, pero a la vez no hay dudas de que le agrega ciertos condimentos que luego terminan dando sus frutos. Al menos así lo certifica su currículum.
Central transita la previa del clásico sabiendo que hará escala en el Coloso con la frente alta. No solo por haber mostrado una atractiva versión frente a Gimnasia en el Gigante. También porque tiene como respaldo la chapa de campeón del fútbol grande. A eso hay que sumarle que hay bastante materia prima a disposición como para poder entrenar sin desviar la atención hasta que llegue la hora de la verdad.
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Central sabe que Carlos Quintana es un aguerrido zaguero y además tiene gol.
En ese sentido, también es cierto que el técnico tiene varios ases bajo su manga que le brindan cierto plus. Cuenta con un puñado de apellidos que son intocables a la hora de plasmar el dibujo táctico a emplear. Desde que decidió darle la llave del arco a Jorge Broun, Fatu se fue encargando de custodiarlo con creces. A tal punto que fue determinante a la hora de hacer un repaso en los últimos partidos. Ni hablar del título logrado en la Copa de la Liga. Sus manos prácticamente fueron moldeando la corona.
Otros que son fijas, sea el sistema defensivo que sea, son Facundo Mallo y Carlos Quintana. El técnico los trajo, los bancó y se erigieron en pilares sólidos del campeón. En tanto, otro que aprendió de la mano de Miguel y sigue creciendo es Kevin Ortiz. El roldanense se banca el medio con un doble cinco o solito. Para Russo es muy importante su presencia y aporte.
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Ortiz sigue creciendo en Central de la mano y los consejos de Miguel Russo.
Mientras que otro que juega o juega, salvo que esté lesionado, es Ignacio Malcorra. El 10 no está mostrando su mejor versión, pero para el entrenador es el jugador diferente. Es quien puede hacer una pausa en medio del frenesí o meter una asistencia. Es esencial en el sistema táctico. Sea con cuatro o tres volantes más adelantados.
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Malcorra no exhibe un buen presente, pero para el sistema táctico de Central es clave.
Central tiene su base bien definida. Cuenta con actores sólidos que pueden marcar además la diferencia desde sus respectivos roles en cancha. Russo lo sabe porque es el orfebre de este equipo, que el domingo buscará en el estadio de Newell’s plantar nuevamente la bandera del triunfo de la mano de estos aguerridos soldados que sobresalen del resto.