Central está hecho un demonio goleador. El equipo del Kily González se convirtió en las últimas dos fechas en una aplanadora en la red ajena. Y no es casualidad. Es el mensaje que entrega el cuerpo técnico de atacar y buscar la victoria desde el primer minuto. Tras lo que fue la eliminación copera a manos de Bragantino en la Sudamericana, el canalla no se quedó envuelto en lamentos y fue al frente a poner la otra mejilla. Primero vino el clásico, que si bien terminó 1 a 1, Central dispuso de chances netas para quedarse con todo, pero falló en la última puntada. A continuación llegó la tremenda goleada 4 a 0 a Arsenal en el Gigante y ahora fue el turno de despachar 4 a 2 a Central Córdoba de Santiago del Estero, en el magnífico Madre de Ciudades. Central desató otra tormenta de goles, el equipo crece y ahora el panorama pinta prometedor para recibir el sábado a Boca en Arroyito.