Ciro Fernández, palista de la Asociación Civil de Canotaje La Reserva de Granadero Baigorria, sabe que la parada no es fácil, pero él está enfocado en que 2025 puede ser el año del gran salto. Y sueña. Y cimenta esos sueños con resultados. Concluyó el 2024 en lo más alto del podio, brillando en el Lago Calcagno, Uruguay, en noviembre pasado, lugar que albergó cinco competencias de altísimo nivel: Clasificatorio Continental de América Sub-21, Panamericano de Velocidad Junior y Sub 23, Sudamericano de Velocidad, Panamericano de Paracanotaje y Sudamericano de Paracanotaje.
Dicen que una medalla se gana en el entrenamiento y que en los torneos se pasa a retirarla. En ese sentido, con mucha constancia y disciplina, Ciro alcanzó sus objetivos. Es que en dicha cita, en la categoría Junior, se adjudicó dos medallas de oro, una en la prueba de K4 500 metros junto a Rocco Bolan, Valentino Bruno y Pedro Gattinoni y otra en K4 200 metros, con Bolan, Agustín Sánchez y Máximo Camporrotondo. Como si esto fuera poco, Ciro también cosechó una medalla de plata en la prueba K2 200 metros, formando el binomio con Valentino Bruno.
“En realidad íbamos a correr distinto. Yo iba a correr en K2 con Rocco (Bolan), pero después el entrenador (Pablo Hoffmann) decidió que probáramos con Valentino (Bruno) y terminamos corriendo”, confió.
"La prueba que fue un poco más apretada, fue la de K4 200 metros, pero habíamos entrenado bien y fuimos muy fuerte. En el 500, al ser una distancia más larga, sacamos más ventaja, pero igualmente, sacamos buenos tiempos en las dos competencias”, explicó.
Ciro Fernández y el entrenamiento
“Si bien en la competencia tuvimos resultados muy buenos, para mí fue mucho mejor la experiencia de entrenar con el equipo sub-21 que la competencia en sí”, argumentó Ciro al hacer un pequeño balance.
“Solamente en la categoría Junior, el torneo fue Sudamericano y Panamericano. Había botes de Cuba y Canadá, de hecho los canadienses fueron a correr solamente el clasificatorio para los Juegos Panamericanos Juveniles de 2025 y después se fueron”, aportó como dato de color de la competencia en aguas charrúas.
Con respecto a la preparación, Ciro contó: “Tiramos en un selectivo en octubre y después empezamos a concentrar en Tigre juntos los equipos Junior y Sub- 21”. Tras dos semanas y media de entrenamientos, viajaron a Uruguay para participar de la última cita del año.
Lo que viene en canotaje
Para obtener mejores resultados y más cuando se trata de tareas de conjunto, la convivencia de sus integrantes es fundamental. En ese sentido, Ciro explicó que “la relación entre los distintos integrantes del equipo es muy buena. A Uruguay viajamos también con los seniors y la buena onda fue general. Eso es bueno y se nota sobre todo en los botes de equipo, donde te tenés que acoplar bien si no, el bote no anda. Fue tan buena la experiencia que, de hecho, el año que viene vamos a concentrar todos juntos”.
El 2024 empieza a dar paso a un 2025 que promete ser intenso. Al referirse a su futuro inmediato, Ciro destacó que “el panorama para el año que viene es bastante complicado para nosotros, los Juniors” para luego contar el marco de situación: “Tenemos que entrenar a fondo para intentar meternos en el K4 para ir a los Panamericanos Juniors del año que viene, pero tenemos que pelear el puesto con los Sub 21 y ahí la cosa se pone un poquito más difícil. Particularmente voy a entrenar y hacer lo imposible para meterme en el bote. Ese es mi próximo objetivo”, aseguró el palista quien ya participó de los Olympic Hope, el certamen internacional que alberga a las “esperanzas olímpicas” del canotaje a nivel mundial.
“Es complicado porque hay mucha diferencia de edad y el nivel se nota. La idea es entrenar a fondo de acá a marzo y ahí ver cómo me va. Vamos a concentrar todo enero y febrero, y en marzo vamos a tirar el selectivo para después concentrar de nuevo. Confianza hay”, explicó Ciro a quien no lo asusta el reto. Desde siempre él entrenó y progresó en un lugar que no tiene las condiciones ideales, es más bien rudimentario, donde hay árboles, un gallinero y el río, algo que resalta tanto la valía del deportista como la tarea de sus profes Mabel Borga y su hija Pilar Cabral, quienes le sacan todo su potencial en cada entrenamiento.