Marcelo Bielsa es un director técnico extraordinario. Una persona íntegra y con valores humanos y deportivos que lo ubican en el pedestal de un mundo futbolístico plagado de miserias, traiciones, conveniencias y especulaciones. El Loco está en la vereda opuesta a todo ello, siendo casi como un Quijote luchando contra los molinos de viento que surcan los aires pestilentes del mundo del balompié. Pero como ocurre en la mayoría de los casos del devenir cotidiano, en el fútbol no siempre ganan los “más honestos” ni los que hacen de la ética una bandera irrenunciable para encarar la profesión y la vida. Por este accionar que pocas personas logran sostener con el paso de los años, Bielsa también se convirtió en un “objeto de culto” para todos los amantes del fútbol a escala planetaria. Claro que en su incursión por Europa, el DT rosarino tuvo una particularidad en todos los equipos que dirigió, que fue generar una revolución con su llegada, realizando campañas notables, que luego no tuvieron la coronación en las instancias decisivas y esto en un ambiente hiperresultadista como el fútbol lo dejó del lado de afuera de las puertas del éxito. Ayer el sueño de devolver al Leeds United a la Premier League inglesa quedó trunco en la infartante derrota en la semifinal de los playoffs de la FL Championship por 4 a 2 ante el Derby County. Fue otro duro golpe para el Loco, un DT obsesivo como pocos y que vio cómo el nuevo objetivo se le escurrió de las manos. Sabe de decepciones, pero también de éxitos deportivos y humanos.
Ayer los dirigidos por el Loco cayeron 4 a 2 ante el Derby County y quedaron afuera de la semifinal de los playoffs. Encima el Leeds llegaba al partido de vuelta con la ventaja del 1 a 0 conseguido en la ida. Pero todo le salió mal al DT rosarino y su equipo quedó fuera de carrera ante su gente. Para colmo había sido el líder del cam peonato en buena parte de la temporada, pero no pudo lograr ninguno de los tres ascensos que entrega la FL Championship para la Premier League. Un mazazo a la nueva aventura de Bielsa en Europa.
Por supuesto que Bielsa está más allá de un partido, de un torneo ganado o perdido o de una experiencia que le haya salido mejor o peor. Desde que surgió como DT en Newell’s logró convertirse en un revolucionario táctico del fútbol total y adhirió a una línea de conducta que jamás alteró más allá de las camisetas que le tocó dirigir. Fue campeón en “su” Newell’s en la temporada 1990-1991 y en el torneo Clausura 1992. Después incursionó en el fútbol mexicano estando al frente de Atlas y América. Regresó al país para ser campeón con Vélez en el Clausura 1998.
Después de un breve paso por el Espanyol de Barcelona, en 1999 comenzó el gran desafío de su carrera, que fue dirigir a la selección argentina. Con la albiceleste logró hacer una excelente eliminatoria sudamericana y llegó al Mundial 2002 de Corea Japón como el gran candidato, pero el equipo quedó en el camino inexplicablemente en la primera fase. Asumió toda la responsabilidad por el resonante fracaso, no se rindió y logró el oro olímpico en los Juegos de Atenas 2004. Y cuando la eliminatoria para el próximo Mundial de Alemania estaba encaminada prefirió dar un paso al costado de la selección argentina. “Noté que no tenía la energía que exigen todas las tareas de la selección, que son muchas y variadas”, dijo en septiembre de 2004, cuando renunció al cargo al que muchos se atornillan a cualquier precio.
Luego asumió el reto de dirigir a la selección de Chile, logró la clasificación al Mundial y en la cita de Sudáfrica llegó a los octavos de final con el equipo trasandino. Después fue el tiempo de la incursión de Bielsa en el fútbol del Viejo Continente. Y allí la gestión en todos los equipos que dirigió tuvo una particularidad, la de generar una verdadera revolución con su llegada, logrando la adhesión pasional e incondicional de los hinchas de esos clubes a su forma de entender el juego, el compromiso absoluto de los jugadores a su ideario y, además, acaparó todas las miradas de los amantes del fútbol ofensivo a escala planetaria, sea público, futbolistas o colegas. Ver los partidos de los equipos de Bielsa empezó a convertirse en un ritual de quienes sienten que con la pelota se pueden ganar partidos y a la vez transmitir valores.
Así, dirigió en Athletic Bilbao de España entre 2011 y 2013 y allí generó una expectativa tremenda al frente del equipo vasco. Fue subcampeón de la Europa League 2011/12 (la ganó el Atlético de Madrid del Cholo Simeone) y también subcampeón de la Copa del Rey 2011/12 (la ganó el Barcelona de Guardiola). No pudo coronar el título ante dos equipos de notable poderío económico y planteles repletos de figuras.
A continuación el Loco tomó las riendas del Olympique de Marsella francés en la temporada 2014/2015. También logró enloquecer a los seguidores del equipo galo con la propuesta de fútbol frontal de su ADN, que luego decayó considerablemente en el tramo final de la temporada. Banderas con el rostro de Bielsa, carteles de apoyo a su gestión y el estadio repleto de seguidores marcaron el inicio de un gran sueño en el Olympique. Su trabajo fue más que positivo, pero no logró alzar ninguno de los trofeos que jugó en el fútbol francés.
Después, en 2017, dirigió también en el país galo, en Lille, pero allí apenas estuvo 14 partidos. La prematura salida fue por la traumática relación del Loco con la dirigencia y por los magros resultados, que estuvieron muy por debajo de lo esperado.
Hasta que en esta última temporada llegó al fútbol inglés. El reto era lograr el ascenso del Leeds desde la segunda división a la Premier League. Y pese a la notable temporada, que también incluyó el apasionamiento total de los hinchas con el Loco, ayer el equipo quedó eliminado de los playoffs al caer de local 4 a 2 ante el Derby County. Un mazazo que sepultó un año de trabajo intenso de parte del entrenador rosarino.
En mediados de la temporada, Bielsa reconoció que mandó a un asistente a espiar una práctica de su rival que, al ser descubierto, fue expulsado de las instalaciones justo del Derby County, rival que ayer lo dejó eliminado. Pero el Loco pidió disculpas y sentenció: “Yo observé a todos los rivales y vimos todas las sesiones de entrenamiento de los oponentes antes de jugar contra ellos. No es ilegal porque no se encuentra restringido ni especificado en ningún lado”. Y tal vez el hecho más curioso y de repercusión mundial fue cuando Bielsa les ordenó a sus dirigidos del Leeds que en el partido ante Aston Villa se dejaran anotar un gol sin ofrecer resistencia, ya que previamente habían marcado un tanto mientras un jugador rival estaba lesionado sobre el terreno de juego. Un acción casi sin precedentes y que resalta los valores de Bielsa y sus equipos.
En síntesis, Bielsa es uno de los personajes del fútbol más importantes del mundo, por el juego de sus equipos, los valores que defiende y los desafíos que asume. Está claro que en Europa logró revolucionar a los clubes que llegó y en la mayoría de ellos realizó notables campañas con menor poderío que los grandes de cada país, pero lamentablemente se le negó el hecho de poder llegar a lo más alto del podio. Esto no empaña en nada la convicción de un DT intachable, dentro y fuera de la cancha. Seguramente irá por otro desafío superador. Por otra de sus locuras futbolísticas. Con victorias y derrotas, Bielsa no se mancha.