25 de enero de 2021. La promesa de tener “el mejor transporte público del país” (Mónica Fein dixit) ya tiene inscripta la fecha en su lápida. Es que ese día dejará de regir el sistema de colectivos tal cual lo adjudicó en 2018 la entonces intendenta por un plazo de contrato de diez años y cinco de prórroga (debería estar vigente hasta agosto de 2033). Dentro de siete días ya nada será como se planificó y promocionó. El intendente Pablo Javkin implementará un rediseño del servicio cuyos puntos centrales son que once líneas de colectivos dejarán de circular y otras 25 se fusionarán entre sí.
La Intendencia afirma, por un lado, que esta “adecuación” era inevitable porque el sistema tal cual se lo había concebido en la anterior gestión era “insostenible” y estaba al borde del colapso económico. Y los usuarios sostienen, por el otro, que se verán perjudicados con los cambios que se implementarán en una semana. Ambas afirmaciones son estrictamente ciertas y no son contradictorias, sino que reflejan las dos caras de la misma realidad. Es que los beneficios de este rediseño del transporte se los llevarán las empresas del sector porque bajarán los gastos y así podrán mejorar sus números que están al rojo vivo. En cambio, los costos de esta "adecuación" los pagarán los pasajeros ya que tendrán un servicio de peor calidad que el actual y ni hablar del prometido durante tantos años (a partir del próximo lunes el sistema funcionará con un total de 460 colectivos, cuando antes de la pandemia circulaban 640 en las calles de Rosario y la licitación establecía que iban a ser 800). Así de crudo y sencillo.
Hace 25 años, en 1996, la Municipalidad contrató a una consultora internacional por medio millón de dólares(46 millones de pesos al valor de la cotización oficial del viernes pasado) para que proyectara“el más novedoso modelo de transporte del país”. Desde esos tiempos ya lejanos los rosarinos vienen escuchando decenas y decenas de extraordinarios anuncios por parte de distintos intendentes sobre este servicio público. Pero estos directamente nunca se pusieron en práctica o en el mejor de los casos quedaron a mitad de camino. En los archivos del periodismo local sobreabundan las notas donde los funcionarios de los sucesivos gobiernos municipales hablan sobre el sistema en red de colectivos con líneas troncales y barriales, coches articulados, servicio expreso con tarifa diferencial, modernas estaciones de trasbordos, tranvías suizos reciclados, transporte fluvial de pasajeros (para conectar San Lorenzo con la Estación Fluvial) y tranvías eléctricos de última generación (para unir Granadero Baigorria y Villa Gobernador Gálvez con paradas intermedias en Rosario), entre otros.
Javkin asumió la Intendencia en diciembre pasado con un sistema de transporte ya adjudicado, que ni siquiera logró implementarse cumpliendo todas las exigencias que marcaba el pliego de licitación. Pero sobre todo se mostró en los hechos insustentable e insostenible económicamente en medio de la crisis en la que estaba inmerso el servicio de colectivos. Solo basta observar queen 2019 Rosario padeció la peor caída de los últimos 50 años en el transporte público de pasajeros: se vendieron 29 millones de boletos menos que en 2002 (ver acá).
Pero la irrupción de la pandemia en marzo pasado terminó de acelerar esta debacle que se vio reflejada en la abrupta caída de la recaudación y dejó a la intemperie los problemas que arrastraba el sistema. Los 83 días de paro de los colectiveros durante 2020 por falta de pago salarial es una muestra clara de un servicio público al borde de una crisis terminal. Otra es el abismal desfasaje que existe entre el costo y la tarifa del servicio, que llega al 139%. Hoy el valor del boleto es de $32,50 (a partir del próximo 1° de febrero subirá a $45), pero el último estudio de costos realizado en agosto pasado dio un valor de $77,66 (ver acá).
Durante todo 2020 el intendente Javkin venía advirtiendo de esa situación: “No puedo reventar un municipio por un sistema de transporte sin solución”. Su espada política en el Concejo, el edil Fabrizio Fiatti, no se cansó de repetir que había que implementar “un sistema de transporte realista” (traducción libre: “El de Fein era Disney, pura fantasía”).
Para evitar el inminente colapso del sistema Javkin consiguió que el Concejo le apruebe el proyecto que declaró por dos años la emergencia del sistema de transporte (lo votaron ediles de su propia fuerza Creo, socialistas, radicales, demoprogresistas, Ciudad Futura, un sector de Juntos por el Cambio y Unidad Ciudadana). Así, fue habilitado a modificar recorridos y frecuencias, y a suspender y fusionar líneas. Esto es lo que se pondrá en funcionamiento el próximo lunes. En las propias palabras de la Intendencia: “Un reordenamiento de la red para lograr un sistema realista, dinámico, sostenible y con mejor frecuencia” .
Además, el municipio asegura que “ningún puesto de trabajo está en juego”. Las tres empresas que prestan el servicio (una estatal y dos privadas) tienen un total de 2.100 empleados, entre choferes, mecánicos y administrativos.
Numerosas vecinales de distintos barrios ya salieron a fustigar estos cambios en el transporte. Advierten que hay barrios que quedarán aislados, que tendrán que caminar muchas más cuadras para tomar el colectivo, que se pierde conectividad y que si bien algunas líneas podrán mejorar la frecuencia otras tantas la empeorarán. En el sitio Change.org lanzaron un petitorio donde reclaman al municipio que suspenda la aplicación de este “rediseño” y se rediscutan los cambios con los vecinos de todos los barrios. Hasta este domingo 17 de enero habían juntado 1.967 firmas (ver acá).
En política se puede ignorar la realidad, pero no las consecuencias de ignorar la realidad. El sistema de transporte tal cual estaba concebido era inviable económicamente. Por eso la Intendencia no tenía más alternativa que replantearlo. Pero ¿es el rediseño que se implementará el próximo lunes el mejor servicio público de colectivos que puede brindar hoy la ciudad? ¿Qué pasará cuando, más tarde o temprano, vuelvan todas las actividades presenciales y haya mayor demanda del sistema? A partir del próximo 25 de enero, con el correr de los días, irán apareciendo las respuestas.