Nacidas y criadas en una familia de tradición pesquera, Sandra Fernández y su hija, Catalina Romano, no se achicaron a la hora de comandar un negocio juntas. La primera jugada fue abrir Las Caracolas, una pescadería 100% premium y lo hicieron, casi dos años atrás, en la esquina de Corrientes y 9 de Julio.
Fue el padre de Sandra y abuelo de Catalina, quien les contagió el amor por el oficio pescador, habiendo dejado su Mar del Plata natal para vivir en Rosario, donde inició los cimientos de este negocio. El mismo lleva a cuatro generaciones familiares a cuesta y las dos últimas integradas solo por mujeres, aunque madre e hija decidieron emprender por su cuenta un tiempo atrás.
Las Caracolas es el resultado final de ese proceso y el punto de partida que las dos crearon para iniciar un nuevo camino en este rubro en el cual apuntan a seguir creciendo. En diálogo con el suplemento Negocios de La Capital, Catalina explicó la importancia que la figura de su abuelo tiene en la marca: “Nos visitan clientes de muchos años que me dicen que lo conocían, que saben de su pasión por la pesca y de dónde venimos nosotras. Nuestro lema en ‘Las Caracolas’ es ‘la casa de un pescador’ en honor a él”, aseguró Romano.
Una promoción muy especial
Hablar de la familia, resulta para Sandra y Catalina un motivo de emoción por su historia y la fuente de inspiración que encontraron para pensar nuevas propuestas que acompañen a sus clientes en los momentos especiales. Por eso decidieron llevar adelante una acción singular para el próximo Día del Padre que se celebra todos los años, el tercer domingo de junio. Esta se encuentra enlazada a un recuerdo de Sandra junto a su padre, allá por los años 80 en Casilda, una ciudad a 60 km de Rosario.
“Para nosotras tanto el Día de la Madre como el del Padre son importantes, laboralmente y familiarmente. Me acuerdo de una fecha como esta, cuando cocinamos una paella con mi padre para 1000 personas en Casilda, nos contrataron de un club y fuimos con todo para hacerla. También pensamos en hacer una promo con la misma comida porque a la gente le gusta mucho y es motivo de reunión”, detalló Fernández y contó que ya vendieron una gran parte del stock que prepararon, pero les quedan entre 50 y 60 cajas más para despachar en los próximos días. Se pueden retirar en el local de Las Caracolas u optar por el servicio de delivery que en Rosario llega a todas las zonas.
Las Caracolas 4.jpg
La paella es uno de los platos de lujo de Las Caracolas y el menú elegido para celebrar el Día del Padre.
Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
La propuesta se trata de un combo de bebida, entrada, plato principal y postre para solucionar el armado de la mesa familiar. Está compuesto por un vino a elección, cuatro empanadas de Surubí, 2 kg de paella, con la paellera de regalo, y seis alfajores de maicena y chocolate por el valor de $49.900. Las promociones son una buena idea para atraer nuevos clientes y garantizar un buen flujo de ventas. Es por eso que, más allá de los descuentos que hacen semanalmente, Sandra y Catalina aprovechan algunas fechas especiales para generar propuestas de valor y estar más cerca de su público.
“La gente empezó a encargar hace bastante la promo, respondió muy bien a esta oferta porque les rinde y resuelve el almuerzo o la cena. Nos piden uno o dos boxes y a veces varios más, en esos casos podemos prestarles paelleras grandes que tenemos para que calienten todo junto y después nos las devuelven. Si llegamos con disponibilidad, también vamos a ofrecer el box el mismo domingo hasta agotar stock y sino igualmente vamos a tener un montón de productos en nuestra rotisería, empanadas, salmón y distintas opciones para que puedan llevarse a sus casas”, indicó Romano.
Cuidar todos los detalles
Cuando decidieron abrir el primer local de Las Caracolas en el macrocentro rosarino a finales del 2022, el foco de Sandra y Catalina estuvo puesto en lograr una propuesta distintiva y de primer nivel. Ya la estética del local estuvo cuidada en todos los detalles, desde los colores, con mucha presencia de blanco, y los detalles en acero, similar al de los quirófanos que destacan por sus condiciones de salubridad. La limpieza es un punto esencial para la empresa y la organización de los productos es otro ítem en el que hacen hincapié. La comida está dividida por sectores como son el de mariscos, los congelados, la parte de rotisería y el área de artículos “delicatessen” que son aquellos productos que se necesitan para acompañar un plato como condimentos, marcas de arroz y fideos importadas, frutos secos y vino, entre otros.
Las Caracolas 3.jpg
El negocio cuenta con variedad de mariscos frescos que se venden a granel.
Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
“El año arrancó muy bien, siempre mantenemos una línea de ofertas en nuestro canal minorista y también en el mayorista. Aprovechamos Semana Santa para vender, con una excelente respuesta de parte del público. Ahora con el invierno fuimos cambiando la carta para hacer una propuesta más adecuada a esta época, está saliendo mucho la comida lista que ofrecemos en el sector de rotisería, las pastas de pescados y los mariscos para cocinar una cazuela o una paella, dos platos que se cocinan mucho ahora”, contó Romano y agregó que otros productos con buena salida son la merluza, el salmón rosado, el lomo de atún y productos rebozados para resolver un almuerzo o una cena rápido.
Las degustaciones son otro diferencial de Las Caracolas, quienes se acercan al local pueden probar desde una empanada, paella, un vaso de vino patero y ver la elaboración de la comida en el momento, ya que la cocina es vidriada y se encargan de realizar muestras en vivo. También cuentan con un sushiman que elabora una línea de sushi propia del negocio con gustos variados de esta comida que, sin dudas, es una de las más populares cuando se habla de pescados. De hecho, Las Caracolas se encargan de atender a un segmento premium de clientes con opciones más costosas y no tan habituales en el rubro de las pescaderías como el pulpo español, atún rojo, merluza negra, bacalao noruego, sardina y sepia.
Desembarco en Funes
Sobre su llegada en Funes, las empresarias aseguraron que su intención de tener una tienda exclusiva allí surgió casi a la par de su apertura en Rosario. Mientras construían la sucursal de 9 de Julio y Corrientes pensaban en la posibilidad de abrir un espacio similar en la vecina ciudad por tratarse de una zona en auge. La obra la arrancaron desde cero, manteniendo la estética de la marca, pero sobre una superficie más grande, de 100 m2, donde lucirán toda su oferta de productos.
Las Caracolas 2.jpg
El local cuenta con una cocina vidriada que exhibe toda la producción casera que realizan dentro de la pescadería.
Foto: Sebastián Suarez Meccia / La Capital
Además de atención en el local ofrecerán servicio de delivery a toda la ciudad, con foco en la demanda de los barrios privados, un segmento estratégico al que apuntan con esta inauguración. “Viene encaminado, dentro de cinco meses abriríamos las puertas porque están por levantar la estructura y una vez que la monten solo queda hacer todo por dentro. Queremos llevar limpieza, atención y calidad a Funes, con el fileteado a la vista, que la gente vea cómo cocinamos y preparamos todo, que nos conozcan y asentarnos en esta región”, aseguraron las dueñas de Las Caracolas y anticiparon que ya están pensando un nuevo proyecto para que la marca tenga una tercera sucursal, aunque no tienen cerrada la locación.
La pescadería desde adentro
El pescado se maneja por estacionalidad, como sucede con otros sectores dentro de la gastronomía. En la época otoñal el calamar es uno de los protagonistas y los negocios aprovechan para stockearse con kilos de este producto. Hay variedades frescas que se ingresan diariamente al negocio como la merluza, el lomo de atún, el lenguado y el abadejo, pero hay otros como el salmón que viene de Chile, que reciben dos veces por semana. Otros premium que ingresan desde el exterior son el camarón ecuatoriano, el camarón chileno, los mejillones y el pulpo español.