Los conductores pueden limitar los gastos en nafta a través de una combinación de buenas prácticas, tanto al volante como en la planificación
Foto: Virginia Benedetto / La Capital
La nafta representa un gasto constante para los automovilistas argentinos, quienes manifiestan su preocupación por los aumentos registrados en las terminales desde principio de año, a causa del encarecimiento del petróleo crudo internacional por los conflictos en Medio Oriente, que impactaron directamente en el presupuesto de los conductores.
Una de las soluciones es reducir el consumo de combustible con métodos al manejar o control de gastos. Los trabajadores autónomos y muchas familias deben afrontar el gasto sin remedio, por lo que cada litro de carga afecta directamente a sus finanzas.
Distintas partes del auto como los frenos, el embrague, la caja de cambios, el acelerador y los neumáticos tienen algunos trucos para generar un ahorro de hasta un 40% en el combustible, combatiendo los incrementos en la nafta.
Al combinar hábitos eficientes en la conducción con las oportunidades que brindan las empresas que comercializan combustibles, como promociones bancarias o de billeteras virtuales, los clientes pueden reducir considerablemente sus gastos. Por eso, desde Motores recopilamos distintos métodos para reducir el consumo de nafta.
Una de las principales causas que colabora con el ahorro de combustible es mantener una velocidad constante, sin aceleraciones o frenadas abruptas, y acompañar el ritmo con una desaceleración paulatina de las marchas en los vehículos con caja de cambios manuales, utilizando el freno motor y anticipándose a las acciones del tránsito. Para eso, es importante mantener distancia con otros vehículos y realizar todas las maniobras de forma progresiva.
Al respecto, dar paso a la desaceleración mediante el freno motor es una buena práctica. Esto significa dejar de acelerar y permitir que el vehículo reduzca la marcha por sí solo, evitando el uso innecesario del freno tradicional, especialmente en bajadas o acercándose a un semáforo en rojo.
Si bien en las calles de la ciudad no se alcanza esta velocidad límite, la cual oscila entre los 40 y los 60 kilómetros por hora según la vía, el mejor ritmo de marcha para ahorrar consumo durante un viaje por ruta o autopista va entre los 90 y 100 km/h. Algunos vehículos cuentan con velocidad crucero que, siempre bajo control, permite sostener la velocidad constante.
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A su vez, es importante no saltearse la primera marcha, haciéndolas largas y a bajas revoluciones, dentro de un régimen parejo. En tanto, se recomienda hacer uso racional del freno y presionar controladamente el acelerador, así como también no pisar el embrague durante tiempos prolongados, como en la espera de la luz del semáforo.
Reducir la velocidad en curvas también permite una conducción eficiente, con un rango óptimo de entre 16 y 24 km/h, logrando así mantener el control del vehículo sin forzar el sistema de frenado ni el motor. Este apartado es fundamental en las grandes ciudades, donde los trayectos suelen contar con distintos cambios de dirección y desvíos.
Por el lado de la caja de cambios, administrar erróneamente las marchas incrementa el gasto de combustible. Para eso es importante no saltear la primera marcha y mantenerla activa durante un régimen parejo, realizando los cambios a bajas revoluciones para que el motor trabaje en un rango más eficiente.
Sobre este punto de las revoluciones, la aguja del tacómetro debe mantenerse estable y dentro del rango recomendado por el fabricante para realizar los cambios de marcha, para asegurar que el motor no trabaje de más.
Además de las maniobras que se realizan durante la conducción, existen otros métodos que brindan la posibilidad de reducir el consumo. Una de ellas es planificar los trayectos del viaje antes de comenzar, evitando desvíos o vueltas innecesarias que pueden incrementar el gasto en hasta un 14% según los cálculos oficiales. Evitar zonas congestionadas y combinar estratégicamente las paradas reduce las distancias y mejora el rendimiento general del auto.
También antes de comenzar el trayecto, puede resultar una buena práctica administrar el peso extra, hecho que es poco considerado pero es determinante en el consumo. Si se suman 100 kilos adicionales a un vehículo mediano, esto puede disminuir el rendimiento hasta un 6%, por lo que distribuir dicho peso de forma pareja evita aumentar las cargas sobre la parte trasera del auto.
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Siempre es fundamental revisar los componentes del vehículo y que todo se mantenga en buen estado. En este caso, los neumáticos son aún más importantes, debido a que la plata de presión de los mismos, o incluso desinflados, eleva la fricción con el asfalto y exige mayor potencia al auto.
La manera más básica de ahorrar dinero en el consumo de combustible es aprovechando las promociones y descuentos bancarios que se ofrecen en las principales estaciones del país, así sea con reintegros o beneficios para quienes llenan el tanque de forma regular.
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