Tablada es su morada, su manufactura y apodo porque en este rincón sureño de Rosario se lo conoce y reconoce, se lo mima y homenajea como en ningún otro lugar. Orlando Belloni tiene 89 años y una obra incansable e inmensa a base de crítica y análisis de lugares y personajes bien rosarinos. Está compuesta de pinturas a las que él mismo les hace marcos y esculturas a base de troncos que encuentra y le regalan.
Fue discípulo de Gambartes y de Juan Grela pero recién ahora lo comienzan a descubrir en los espacios consagrados del arte alejados del Swift, el río y las cuadras "rojas" del barrio que pocos se animan a pisar.
Pero él sigue creando allí y no se doblega: desde este viernes la Biblioteca Popular Vigil (Gaboto 450) tiene una sala con su nombre y exhibe 18 pinturas y 4 esculturas en la muestra "Crónicas de la vida en común". Y el 2 de diciembre, a las 19.30, presentará 50 obras más en el Museo Macro (Estanislao López 2250, Parque Sunchales). Conocer esta obra y a este autor es conocer completamente a Rosario.
Con pulcros zapatillas y jean y con un cuaderno de espiral en la mano, como toda gala, Belloni leyó un encantador escrito ante un público fiel: su hermano Osvaldo, sus vecinos, amigos, socios de la Vigil; su curador, Diego Díaz y varios seguidores de su obra.
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Dijo que "comenzó de abajo para arriba", porque de chico no tenía juguetes y eso fue su impulso creativo. Confesó que se enamoró del entorno en que vive y que mezcló "colores para pintar los grises" de su mundo terrenal.
Les recomendó a los iniciados que "estudien la naturaleza hasta que logren encontrar armonía" y que no le teman a "la soledad de la creación" porque allí "uno se comunica con los seres que se fueron y se puede convocar a los ángeles".
Así, con simpleza, este hombre que se ríe de él mismo al definirse como un "anarquista cristiano", hincha de Newell´s y de Central Córdoba y jubilado autónomo, fue anoche junto a su obra, el centro de todas las miradas.
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Sus esculturas y pinturas están expuestasen el hall de la biblioteca popular que revivió tras ser casi una fábrica cultural en las décadas de los 60 y 70, hasta que la dictadura cívico, militar y eclesial la intervino y desmanteló.
Todo lo que se ve quedará como patrimonio cultural de la Vigil para que lo vea "la mayor cantidad de gente posible, me gusta que mi obra esté acá", dijo Belloni.
Infancia, perros, borrachos y prostitutas
Quienes recorran la muestras se encuontrarán con los perros que pelean en las calles, con los gatos de los tejados, los niños y niñas, las prostitutas, los borrachos, el río, las casas de colores, las camisetas de los clubes rosarinos, las esquinas, vendedoras de pan con chicharrón, los hornos de ladrillo, pescaderías y pescadores. Todo lo real e imaginado por Belloni.
"Este es Clemente el ciego, que ya murió, pobre. El me contó que una vez pidió que lo crucen en una esquina para tomar el colectivo y nadie lo escuchó. Yo veo o me entero de las escenas y luego voy a casa y las pinto como este cuadro", le explicó a La Capital, mientras daba cuenta de la obra en que Clemente se pierde en un mar de personas que no pueden verlo porque solo tienen ojos para su celular. "Es una crítica que le hago a la sociedad", aclaró Belloni, también como un verdadero cronista que en el lugar de contar escribiendo, dibuja.
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Acercándose al cuadro que prefiere entre todos los que se muestran en la Vigil, donde se ve el frente de su casa y por delante a una hilera de pibitos y pibitas, hoy adultos, Belloni contó: "Son todos vagos amiguitos míos. Esa nenita siempre caminaba con una carterita en la boca, acá la pinté; allá la esculpí. Y este nene venía a aprender dibujo a casa, hasta la maestra se soprendió porque de golpe comenzó a dibujar mucho. Yo acompañé a unos pocos en el dibujo, no enseñé, solo guié como el águila con los pichones, acompaño hasta que pueden volar solos ".
Orlando Belloni, el pintor secreto de Tablada
Tras sus palabras públicas y comentarios, Belloni subió con quienes recuperaron la Vigil, al primer piso. Allí junto al vicepresidente de la biblioteca, Juan Manuel Prol y Micaela Pertuzzo, se inauguró la primera sala del lugar bajo el nombre de Orlando Belloni.
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Se lo homenajeó como un verdadero artista, patrimonio barrial y cultural como sus pares Rubén Naranjo y Emilio Ghiglioni. Pero también como socio de la biblioteca "que paga su cuota mes a mes", valoró Prol y les sacó una carcajada a los presentes. Luego se invitó a ver la muestra de plásticos contemporáneos curada por Cyntia Blacona y Sabina Florio.
Las obras de Belloni se seguirán exponiendo en la Vigil, hasta el 17 de diciembre, de manera gratuita, de lunes a viernes de 14 a 20. Pero para redoblar la apuesta antes de fin de año quedará por visitar la antología que desde 1959 a 2021 se preparó de Belloni en todo un piso del museo Macro bajo la curaduría de Maximiliano Masuelli. Una invitación para los de Tablada y el resto de Rosario también. El pintor prometió estar y seguir contando a quien lo quiera escuchar.