La ciudad de Villa Constitución trabaja en la transformación de su antiguo basural a cielo abierto para convertirlo en un predio de disposición final controlada. A partir de una planificación técnica sostenida y una fuerte decisión política, la gestión del intendente Jorge Berti lleva adelante el saneamiento del predio y la construcción de una celda sanitaria “que marcará un antes y un después en la gestión de residuos sólidos urbanos”, según aseguraron fuentes oficiales.
El proyecto, que se desarrolla desde la Secretaria de Ordenamiento Territorial del municipio, contempla una obra de ingeniería ambiental sin precedentes para la ciudad, destinada a evitar la contaminación del suelo y las napas. El predio, que durante años fue foco de incendios, malos olores y proliferación de vectores, está siendo acondicionado para operar bajo un sistema de disposición controlada.
El principio del fin del basural
El proceso comenzó en 2020 con la firma de un convenio entre el municipio de Villa Constitución y el Ejército Argentino, a través de las gestiones del entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi. En septiembre de ese año, el Ejército arribó a la ciudad con la logística necesaria y en poco más de 40 días transformó el basural en un relleno sanitario, utilizando equipamiento especial.
Desde entonces, el lugar comenzó a funcionar como un relleno sanitario, con un trabajo diario y bajo un control permanente a manos de la Municipalidad.
Berti valoró el trabajo realizado en la gestión de residuos en Villa Constitución. “En silencio trabajamos durante años en un tema complejo como los desechos, y hoy estamos resolviendo un problema histórico que hacía mucho ruido”, expresó.
En ese sentido, destacó que el avance fue posible gracias a la planificación y el trabajo conjunto. “Con esfuerzo y compromiso, la ciudad deja atrás años de abandono de su basural y avanza hacia un futuro más sustentable”, señaló y agregó: “Esto es fruto de una planificación seria y del acompañamiento de quienes, como el Ejército, ayudaron a transformar un problema en una solución real”.
Tecnología para proteger el ambiente
“Estamos en una etapa clave del proceso”, señaló la ingeniera civil Atenas Maini, del equipo técnico municipal. “Ya se hicieron tareas como el perfilado del terreno, el estudio del suelo y la mejora del acceso. Ahora empieza la impermeabilización de la celda”.
La nueva celda es una excavación de unos 100 por 132 metros, con taludes seguros y 4,5 metros de profundidad, diseñada para alojar residuos de forma controlada y evitar que los lixiviados lleguen al subsuelo. “Se eligió una manta geosintética GCL, con bentonita encapsulada, que al contacto con el agua se hincha y forma una barrera resistente, casi impermeable, ideal para proteger las napas”, explicó. El proceso se completa con drenes tipo francés, capa de suelo de protección y zanjas de anclaje para fijar la membrana.
Un lugar más limpio
Mientras continúan los trabajos en la nueva celda, el predio ya opera con un sistema de saneamiento activo. Desde hace años, un equipo municipal realiza tareas diarias de mantenimiento para evitar que la basura quede expuesta, como sucedía en el pasado.
“Esto cambió mucho. Antes los camiones tiraban la basura al aire libre, volaban bolsas por todos lados y el olor era insoportable. Hoy tenemos un sistema”, señaló el operario municipal Héctor Reinoso, con más de 15 años de experiencia. Explicó que su tarea consiste en cargar tierra, cubrir los residuos y apisonar el suelo para evitar olores, presencia de insectos y riesgos de incendios. En el mismo sentido, recordó: “Antes el fuego era constante. Hoy, con iluminación, vigilancia las 24 horas y una mejor planificación, eso quedó atrás. Esta celda es una obra grande, algo que nunca habíamos visto”.
Más allá del relleno sanitario
“El proyecto de disposición final no está aislado”, aclaró la funcionaria e ingeniera ambiental, Julieta Soria. “Se complementa con una política integral de separación en origen y reciclado, que involucra a cooperativas locales como Villa Recicla y Reciclar con Dignidad, y a la ciudadanía, a través de ecocentros distribuidos en distintos barrios”, explicó.
También se trabaja con los grandes generadores —como comercios e industrias— que, según la ordenanza vigente, deben canalizar sus residuos reciclables a través de estas cooperativas.
“Esta articulación busca reducir el volumen de residuos enviados a disposición final, aumentar el reciclaje y fortalecer el trabajo digno de los recuperadores urbanos”, finalizó.
De deuda ambiental a política de Estado
La reconversión del basural, con la construcción de una celda sanitaria y una gestión moderna de residuos, representa una respuesta estructural a un problema que afectó durante décadas a miles de vecinos de barrios como San Cayetano, Cardales y Neumann que convivieron con la contaminación, los olores y la inseguridad sanitaria del viejo basural.
Hoy, Villa Constitución está cambiando esa realidad con planificación, inversión y trabajo sostenido. "La obra no solo apunta a resolver el presente, sino a dejar las bases para una ciudad más limpia, ordenada y sustentable, donde la gestión de residuos deje de ser una emergencia constante para convertirse en una política pública de largo plazo", finalizaron.