Un caso gravísimo de abuso sexual tiene en estado de conmoción a la ciudad de Villa Constitución. Familiares y amigos de Morena, una adolescente de 16 años, que fue víctima de abuso sexual de ese delito y que se quitó la vida el domingo pasado, se concentraron frente a los Tribunales de esa localidad para reclamar la detención efectiva del hombre que fue condenado por la justicia a 7 años y medio de cárcel por ese hecho.
Luciano B. tiene 40 años y era tío de la chica. El hombre recibió una condena en primera instancia al ser hallado culpable de agredir a la menor, pero su abogado defensor apeló el fallo y la justicia resolvió que el imputado continúe en libertad hasta tanto la resolución condenatoria quede firme.
La Cámara de Apelaciones de Rosario será el tribunal de 2º instancia que resolvería la cuestión el miércoles, es decir, si confirma o no el fallo condenatorio. En el caso de que avale la sentencia, Luciano B. tendrá que ir a la cárcel. Pero mientras esa cuestión aún no se resolvía, la víctima de Luciano B. se quitó la vida.
Los familiares de la joven señalaron que la chica tomó la drástica decisión de quitarse la vida al no poder sobrellevar la situación de saber que su agresor estaba en libertad y en ese marco conocieron el testimonio de otra adolescente que habría sido víctima de la misma persona.
Un infierno en ciudad chica
Romina, hermana de Morena, brindó a LT8 un resumen del conmovedor caso. "Mi hermana sufrió un abuso sexual cuando tenía 11 años. Recién pudo hablar de lo pasó a los 14. Contó todo a los directivos de la escuela Juan Baustista Alberdi. Ellos llamaron a mi mamá y después junto con mi mamá se comunicaron con la policía. Se hizo un juicio y se le declaró culpable porque había pruebas en su contra, pero el juez de Villa Constitución entendió que este hombre, si bien era culpable en 1ª instancia, no intentaría escapar y que representaba un peligro para mi hermana. Por eso resolvió que quede libre mientras esperaba el fallo de 2ª Instancia, algo que sucederá el miércoles próximo en Rosario".
"Nunca hubo una denuncia (por acoso o agresión), pero lamentablemente Morena se lo cruzaba por la calle. Villa Constitución es una ciudad chica, y ella salía a tomar un helado a la plaza con sus amigas o iba a estudiar a la casa de una compañera y tenía la mala suerte de cruzarse con este tipo por la calle. Eso era tremendo porque Morena tenía ataques de pánico, se ponía a temblar y a veces se desmayaba", recordó Romina.
La joven contó que organizó la marcha de ayer "para pedir justicia" por su hermana. "No queríamos nada de violencia, ni que le peguen a este hombre. No buscamos venganza, queremos justicia para Morena y para la otra chica que denunció a Luciano. Ahora el caso está a consideración de la Cámara de Apelaciones de Rosario. Estoy agradecida a los fiscales. Nos defendieron con uñas y dientes, hicieron todo lo que pudieron, pidieron que Luciano B. quede preso hasta la segunda instancia, pero el juez, teniendo tantas pruebas, lo dejó en libertad y no hizo lo que tenía que hacer".
No darle la espalda a los chicos
"Estamos todos muy mal. Todavía no sabemos cómo decirle a mi hermano de 5 años que Morena no está más. No lo entendería. Le decimos que Morena está en la escuela o que se fue a dormir a la casa de mi abuela. Realmente no sabemos cómo contarle todo lo que sucedió. Mi otro hermano no quiere levantarse de la cama, mi papá está igual pero trata de seguir adelante. Mi hermano de 15 años no demuestra mucho sus sentimiento. A la noche nos agarra a todos el sentimiento de angustia", expresó Romina.
La joven ratificó que no siente el impulso de la violencia por la trágica historia de su hermana. Contó que en las últimas horas recibió mensajes de vecinos y allegados para tomar una acción directa contra el condenado, pero las rechazó de plano. Y así remarcó: "Luciano tiene que estar preso los años que le corresponde. Nosotros no somos malas personas y no incitamos a la violencia, solo queremos justicia. El miércoles será la última audiencia. Eso era lo que le decíamos a Morena: quedate tranquila, falta una semana. Al acercarse cada más la fecha, Morena se ponía nerviosa, se sentía mal, nos decía que no podía dormir. Tenía miedo de que lo dejen libre y que no se haga justicia. Tenía terror de cruzárselo de nuevo".
"Morena estuvo con apoyo de psicólogo. La asistieron tres profesionales diferentes. Iba a sesión tres veces por semanas. Nosotros tratábamos de que se distraiga de todo eso, pero lamentablemente fueron unos minutos en los que la cabeza le ganó. Lo único que quiero es que la gente tome conciencia y escuche a sus hijos, nietos, no les den la espalda. Los chicos quieren decir como se sienten y lo que les pasa. Lo digo por mi hermana y por muchas nenas que no pueden hablar ", subrayó Romina.