La víctima fue una adolescente de 14 años a la que llegó a agredir sexualmente. El acusado tiene 52 años y deberá esperar la realización del juicio en prisión.
El juicio a un masajista por abusos sexuales reiterados en su consultorio se lleva adelante en los Tribunales de Villa Constitución.
Un hombre de 52 años quedó en prisión preventiva por el tiempo máximo que establece la ley, es decir dos años, al ser imputado oficialmente como autor de los delitos de acoso a través de medios electrónicos (grooming) y abuso sexual agravado simple y gravemente ultrajante con acceso carnal en perjuicio de una adolescente de 14 años.
El grave caso se analizó esta semana en los tribunales provinciales de Villa Constitución. En la audiencia que se realizó allí, la fiscal Analía Saravalli le atribuyó a M.G.L, de 52 años, gravísimos hechos sucedieron que sucedieron desde una fecha indeterminada hasta el 24 de mayo de este año y que se iniciaron con la mecánica conocida como grooming, que es el acoso de menores de edad a través de las redes sociales o por la aplicación de aplicación de mensajería WhatsApp.
La fiscal Saravalli le atribuyó haberse contactado con la víctima menor de edad en este caso por medio de WhatsApp, con claras intenciones de atentar contra la integridad sexual de la víctima. Según el señalamiento de Saravalli, el imputado le solicitó a la chica videos y fotos íntimas de ella a cambio de la entrega de dinero.
Además, se le imputó haber abusado sexualmente de la joven en una vivienda de Villa Constitución, durante los años 2023 y 2024. Los demás datos en relación a como ocurrieron los hechos y la identidad de la víctima se mantienen en reserva para preservar a la misma, señalaron del MPA.
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Ante la exposición realizada por la fiscal, la Jueza de primera instancia Marisol Usandizaga hizo lugar al pedido de la funcionaria y dispuso que el acusado quede en prisión preventiva por el plazo de ley hasta que se realice el juicio.
El grooming es un delito penal. El abusador suele mentir sobre su identidad para generar un vínculo de confianza y pedirle imágenes intimas para extorsionar, concretar un encuentro personal, cometer un abuso sexual físico o solicitar más imágenes, por ejemplo, para comercializarlo en las redes.
Se trata de abordar la problemática del grooming, el ciberacoso y violencias digitales desde la perspectiva de ejercicio de la ciudadanía digital. La solución no es prohibir sino fomentar el buen uso de las redes para que niñas, niños y adolescentes puedan ejercer la ciudadanía en entornos digitales con responsabilidad y cuidados.
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