Durante la mañana de este lunes comenzó en los tribunales de San Jorge el juicio al abogado penalista acusado de abuso, violación agravada por el vínculo, corrupción de menores y violencia de género hacia sus hijos. “Es un momento muy importante para nosotros, para ser escuchados, para que al fin se haga justicia y tratar de empezar a vivir una vida nueva”, dijo Mariana Calamaris, mamá de las tres víctimas, exesposa del abogado y quien asentó la denuncia que inició el complejo y difícil proceso que lo sentó ahora ante el juez.
Minutos después de culminar su exposición y mientras su hija hacía lo propio en la sala de audiencias, dijo a La Capital: “Nunca vamos a olvidar esto. Podemos ver que pasa en la tele, en las películas, pero nunca imaginás que te puede tocar pasar por algo así”, lamentó la mujer y recordó los penosos pasajes que tuvo su lucha para lograr que un hombre relacionado con el mundo judicial sea llevado ante un tribunal pocos días antes de que se cumplan los tres años de detención previsional. Si eso hubiera ocurrido, el acusado hubiese quedado en libertad a la espera del debate judicial.
Esa situación generó horas de angustia profunda en la mujer sus hijos y familiares, quienes denunciaron amenazas después de que llevó el caso a la Justicia y que pudo transitar con la contención de sus seres queridos, vecinos y de las organizaciones de apoyo a las víctimas de casos de violencia de género. “Siempre fuimos amenazados y vivimos con mucho miedo durante todo este tiempo”, dijo la mujer.
Se separó del abogado en 2013 en un proceso complejo que la llevó hasta demandar mediante la intervención judicial la cuota alimentaria. También, se estableció un régimen de visitas para sus hijos. En julio de 2020 una de sus hijas le contó que su papá “se le tiraba encima mientras ella intentaba dormir, en la misma habitación que compartía con su hermano menor”.
En ese punto comenzó el derrotero de Mariana que la llevó a asentar la primera exposición en la Fiscalía, consultar con abogados, empleados judiciales y psicólogos para contener a los hijos. El camino estuvo plagado de infortunios que ella atribuyó a la relación de su exesposo con el ámbito judicial, en el que él se desempeñaba laboralmente.
El juicio
Los jueces Lisandro Aguirre, Sebastián Szeifert y Pablo Spekuljak, serán los encargados de brindar su veredicto el próximo miércoles 18. Mientras tanto, pasarán por la sala de audiencias de la torre judicial de San Jorge unos 28 testigos propuestos por los fiscales Luciana Escobar Cello y Matías Broggi y los 12 que aportará la Defensa, a cargo de un estudio jurídico de Santa Fe.
Desde la Oficina de Gestión Judicial, se estimó que el debate demandará tres días, aunque podría extenderse por la cantidad de expositores propuestos, y la sentencia se conocerá el próximo miércoles y los fundamentes en fecha a definir.
El caso
Tras la primera denuncia de Mariana, el fiscal Carlos Zoppegni comenzó a tomar los primeros testimonios. En ese marco, ordenó someter a cámara Gesell a los hijos menores y una declaración de la mayor. Allí, Calamaris se enteró de que esta última, también había sufrido violaciones por parte de su papá desde pequeña. Lo contó recién en ese momento, a los 18 años, ya que “había vivido amenazada”.
Según dijo, su influencia es tal que las víctimas debieron cambiar de abogados en varias oportunidades porque “dejaban de responder”, o realizaban acciones contradictorias para la causa. “Creo que tenían miedo porque mi ex marido es abogado y toda su familia también, conocen a mucha gente y tienen contactos”, lamentó.
Por todo ello, Mariana contó que “empecé sola a moverme, no conseguía abogados. Luego conseguí, pero se fueron. Fue una lucha diaria, con la familia del imputado, con él, con las instituciones porque en San Jorge se trabaja de una manera que deja mucho que desear, no hay acompañamiento ni se tiene en cuenta a las víctimas. Es terrible para quién lo padece”, aseguró.
El abuso
En 2019 -casi cinco años después de la separación de hecho- Mariana decidió pedirle al padre de sus hijos la cuota alimentaria que le correspondía. Así, además de establecer un monto monetario, se fijó un régimen de visitas de los hijos con el padre. Los más pequeños lo respetaban, pero la mayor se negó rotundamente “Sólo iba a comer y se volvía. No se quedaba a dormir en su casa”, expresó y aseguró que luego entendió por qué.
En marzo del año siguiente, la hija del medio llegó a su casa materna luego de pasar una noche de su papá y la situación fue inusual. “Volvió llorando y me dijo que no quería volver a esa casa. Yo pensé que quizás estaba borracho y molesto, pero cuando estábamos en la mesa mi hija mayor me contó que su hermana le había dicho que quiso abusar de ella. Lo logró sacar, trabó la puerta y durmió con el jeans puesto esa noche. Después no volvió más”, contó la mamá.
Efectuada la denuncia, se realizaron las audiencias y en noviembre de 2020 el abogado ingresó con prisión preventiva en la alcaidía de Sastre, donde aún permanece.
Preventiva
La ley N° 24390 de plazos a la prisión preventiva, establece en su primer artículo que “la prisión preventiva no podrá ser superior a dos años. No obstante, cuando la cantidad de los delitos atribuidos al procesado o la evidente complejidad de las causas hayan impedido la finalización del proceso en el plazo indicado, ésta podrá prorrogarse un año más por resolución fundada”.
Queda de manifiesto que la extensa carátula que detenta esta causa contra el abogado, amerita que la prisión preventiva se extendiese. Pero durante este plazo ya debería haberse realizado el juicio correspondiente. Luego de tres años de efectuada la denuncia los fiscales Broggi y Escobar Cello, quienes gestionaron para que se fije una fecha de juicio.
Mariana, no sólo se centró en demostrar la culpabilidad del progenitor de sus hijos, sino además, denunció públicamente lo que a su entender son los malos procederes del Poder Judicial, que “dilataron durante todo este tiempo tanto la fecha de inicio como el lugar donde el imputado se encuentra que debería ser una cárcel”.