La ciudad de Victoria, Entre Ríos, está inmersa en una verdadera cruzada para recuperar las dos estatuas de mármol de Carrara que le fueran incautadas, por orden de la Justicia federal, del Museo Anadón. Se trata de dos piezas alegóricas de Asia y América, que formaban parte de un conjunto escultórico donde estaban simbolizados cuatro continentes (América, Europa, Asia y Africa), dos de las cuales ya habían sido robadas y por eso, las que quedaban, estaban preservadas en el museo. Sin embargo, fueron quitadas del espacio cultural victoriense el 11 de octubre, en un operativo de fuerzas de seguridad calificado por las autoridades del museo como "insólito y desproporcionado".
Ocurre que para la Justicia federal de Concepción del Uruguay, las dos esculturas pertenecen a un conjunto similar que en 1991 fuera sustraído del Palacio San José, residencia del prócer Justo José de Urquiza, quien las había traído al país en 1856 para adornar su propiedad.
Pero en Victoria aseguran que no se trata de las mismas obras, y que existen diferencias de tamaño entre una y otras, además de detalles que las identifican. Por eso, ya juntan firmas para exigir su reintegro. Bajo el título "Descubrí las diferencias", desde le Museo de la Ciudad se difundieron fotos de las estatuas de Victoria y las del Palacio San José para probar que no son las mismas. La indignación llegó al Concejo de Victoria y al Colegio de Arquitectos, los que alzaron sus voces para unirse al reclamo.
En el medio de la movida, surgió además la increíble historia de estas estatuas, que debieron soportar traslados, vandalismo, robos, y ahora un secuestro legal.
La Estatua de la Libertad
Según explica el profesor Damián Reggiardo Castro, en 1871, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, el general Miguel Jerónimo Galarza mandó levantar en el centro de la plaza principal de Victoria una pirámide, idéntica a la que en Concepción del Uruguay se había construido en homenaje al general Francisco Pancho Ramírez en 1827.
Más tarde, a fines del siglo XIX, la colectividad italiana encargó a Francisco Piaggio la compra de la estatua de la Libertad y los Cuatro Continentes en Italia, para ser donadas a la ciudad. Así, se rodeó la pirámide de una escalinata de mármol y de una verja de hierro lanceolado. En cada ángulo, una columna cuadrada de mampostería sostenía cada estatua de mármol que representaban los cuatro continentes, y en la cúspide de la pirámide se emplazó la estatua de la Libertad.
La estatua de la Libertad, con su gorro frigio, apoya la mano sobre el escudo y en su brazo levantado sostiene la vara de la manumisión (para dar libertad a los esclavos). La de Africa tenía en su mano izquierda un cuerno con frutos y en la derecha una paloma, y a sus pies se encontraba tendido un león. La que representaba a Europa apoyaba su mano derecha en la cabeza de un caballo y con la izquierda aprisionaba el paño de su vestido. A la de Asia la acompañaba una especie de venado y su vestimenta es de tipo oriental. Y la de América, con su torso desnudo, pollera y tocado de plumas, llevaba una aljaba de flechas colgando, una piel de un felino en el hombro, y a sus pies reposaba un yacaré con la cabeza levantada.
Según la misma fuente, en 1910 se ordenó demoler la Pirámide de la Libertad y trasladarla a la Plaza General Belgrano (hoy Libertad). "Tarea que se cumplió de noche" por la resistencia de la ciudadanía, según narra Reggiardo Castro. Allí fue construida una nueva pirámide, de mayores dimensiones que la anterior. Y en la plaza principal se estableció una estatua del general José de San Martín, regalada por el gobierno de Entre Ríos con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo.
Pero ocurrió que el 23 de mayo de 2003, las esculturas de Africa y Europa, que se encontraban en la avenida Centenario, fueron robadas y nunca más se supo de su paradero.
Fue entonces cuando decidieron, para resguardar lo que quedaba del conjunto escultórico, emplazar las restantes en el museo.
Denuncia y secuestro
Pasaron los años y nada parecía alterar la situación. Pero, según versiones, una llamada anónima alertó sobre la presencia en Victoria de las estatuas que habían sido robadas el 1º de septiembre de 1991 del Palacio San José, de inmenso valor histórico y patrimonial para el departamento Concepción del Uruguay, y que fueran traídas desde Italia por el general Urquiza en 1856.
Esta denuncia motivó una investigación en la Justicia federal de Concepción. Y finalmente el 11 de octubre de 2018 las estatuas de "América" y "Asia" fueron secuestradas, por orden del juez federal Pablo Seró, del Museo Don Carlos Anadón, donde estaban preservadas, argumentando que eran las "sustraídas del Palacio San José en septiembre de 1991".
El secuestro fue de película. Según narra Claudio González, director del Museo de la Ciudad, ese día, "alrededor de las 10 de la mañana, llegaron efectivos de Prefectura pertrechados con chalecos antibalas, cascos y armas largas para requerir las estatuas. Por suerte no había delegaciones escolares en ese momento porque hubiese sido mucho más grave".
Los prefectos llegaron ese día acompañados por la fiscal federal Josefina Minatta, quien coordinó el operativo. "Más allá del disgusto por la situación, no nos opusimos a la orden y entregamos las obras aportando incluso la logística para el traslado que no supieron aportar los supuestos especialistas del palacio de Urquiza", rememora González.
Según la fiscal, las esculturas se correspondían con las fotos publicadas por Interpol sobre las robadas en Concepción del Uruguay. Pero ahí surge un problema. El director del museo advierte que "se nota que esas fotos fueron tomadas en el patio del Carlos Anadón de Victoria. Tenían como suyas las nuestras". No obstante, en menos de 24 horas lograron hacerse de imágenes originales de las estatuas emplazadas en Concepción del Uruguay y elaboraron un informe sobre las diferencias.
Las mayores diferencias
Según los responsables del museo, desde ya, las esculturas de Victoria miden 1,35 y 1,47 metro de altura, respectivamente, mientras que las del palacio no superan el 1,20 metro. "Además de la estatura, en la alegoría de América, las plumas del tocado son diferentes, el cabello es distinto, la cara del felino cuya piel tiene al hombro es distinta, la banda que sostiene la aljaba parece más gruesa en la de Victoria, y en la falta de plumas hay diferencias notables, sólo por mencionar algunos detalles", dice González. Y en la de "Asia", reconocen diferencias en los pliegues de la falda en la zona púbica que, afirman, son "claras e indiscutibles". Desde el museo alegan que "no hace falta ser un perito muy calificado para observar que claramente difieren unas de otras".
Lo cierto es que, pese a las diferencias que advierten los especialistas, las imágenes de las estatuas son muy similares, lo que hace pensar que fueron adquiridas en el mismo lugar.
El Colegio de Arquitectos publicó una solicitada en un medio local en la que fundamenta una vez más la propiedad e historia de las obras secuestradas, y solicitó "a quien corresponda la pronta devolución de las estatuas al pueblo de Victoria y al Museo Carlos Anadón, en iguales condiciones a las que se llevaron". Por su parte, el Concejo Deliberante convocó a una sesión especial para expedirse sobre el tema, y pidieron por unanimidad la restitución inmediata del patrimonio de la ciudad. El presidente del cuerpo, Alcides Risso, advirtió sobre la "gravedad institucional" del proceder de la Justicia y del proceso en sí.