Un grupo de jóvenes venadenses están llevando adelante una ambiciosa propuesta cultural plasmada en el proyecto Ypacaraí que significa agua bendecida en guaraní. Sobre la base de un terreno bajo de 6 mil metros cuadrados se encuentra el predio en el que se fusiona la naturaleza con el arte, la cultura y el entretenimiento. Se encuentra sobre calle Chaco a unos cien metros de la ruta 33 y a unos cinco kilómetros del centro de Venado Tuerto.
El titular del predio, Federico Parodi, explicó que "en un principio la idea era hacer una quinta para eventos y con el tiempo empecé a ver como iba mutando. A través de comentarios de gente conocida, amigos y mi propia iniciativa de crear un espacio que fusione la naturaleza, el arte y la cultura en todo su esplendor".
En el informe presentado tiempo atrás a las autoridades municipales explican que el lugar elegido "es un cauce natural que fuimos observando y adaptando para que sin perder su característica geográfica, nos permita generar un espacio de encuentro. Un espejo de agua trabajado por nosotros mismos, centra el terreno y refleja la condición natural de la zona. El mismo cuenta con un sistema de recirculación de agua, que evita el estancamiento y sus consecuencias. Canales que se desprenden a través de todo el terreno riegan la flora nativa, terminando su recorrido en un sector dedicado a los cultivos".
Parodi recordó que "si bien fue una idea que arranque sólo, con el tiempo se fueron sumando amigos. En un principio dos hermanos del barrio Villa Casey (Franco y Lucas Figueroa) que fueron el motor de este proyecto por su empuje y voluntad. Kevin Castro dándome una mano con todo lo que fue pintura. Antonella Vargas en la huerta. Nahuel Parra, un artista local, en lo que es murales, Charly Saravia con su aporte musical y por último se sumó un amigo que está aportando mucho a la parte constructiva, Reynaldo Zamora. El espacio cuenta con 5 pérgolas que funcionarán como espacio de uso múltiples".
Lago artificial
Los integrantes del Proyecto Ypacaraí explicaron que el predio cuenta con "un lago artificial que colabora en el riego del terreno y funciona como humedal, a través del cual se filtran aguas grises con plantas acuáticas. Cuenta con un escenario que incluye una torre de agua, en donde también se ubica la barra y la cabina de sonido. Una huerta amplia donde se producen los alimentos que consumimos".
Además -resaltan- "se construyó una base en un sauce que a futuro será la casa del árbol aunque hoy en día funciona como base para distintas actividades. También contamos con un sector que está dedicado 100% a la diversión de los niños. No pensamos en una inauguración oficial. Vamos a ir haciendo encuentros para que el espacio se vaya conociendo de a poco y la gente se haga parte del lugar".
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Tiene 6 mil metros cuadrados en los que hay un espejo de agua, huerta orgánica, escenarios y un espacio destinado a los niños entre otras cosas
Origen del nombre
Con respecto al nombre Ypacaraí, es una palabra que proviene del Guaraní y significa lago, Agua bendita. "Esto se debe es que estamos emplazados en una zona muy baja de la ciudad, aunque eso no lo consideramos una contra, al contrario, el agua es una bendición".
En efecto es una zona muy baja; algo que usualmente no tiene mucho valor inmobiliario pero lejos de ser un disvalos para los integrantes del proyecto Ypacaraí; esto es un valor agregado que tiene el imponente predio. Para Parodi "las expectativas están relacionadas a que sea un punto de encuentro en la ciudad, que pueda albergar el arte y la cultura en toda sus ramas. Así como también lograr un fuerte vínculo con la naturaleza y todo lo que ella nos provee".
Proyecto Ypacaraí
En la carta de presentación entregada al intendente Leonel Chiarella, los integrantes del proyecto relataron que "nuestro proyecto nace desde la necesidad de encontrar un espacio en donde la cultura, la naturaleza, el respeto al medio ambiente y la inclusión puedan mancomunarse con un objetivo en común, la construcción de cada una de las personas que quieran ser parte de una u otra manera".
"El deseo de construir un lugar que genere talleres desde el contacto con la naturaleza y no desde una habitación cerrada, es lo que nos motiva a comenzar temprano con los trabajos y continuar hasta la puesta del sol. Consideramos que despegarnos del encierro y las pantallas, nos permite conectarnos y al mismo tiempo crear cada uno desde su lugar, un espacio colectivo en donde todos se sientan parte".
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"El deseo de construir un lugar que genere talleres desde el contacto con la naturaleza y no desde una habitación cerrada", dicen desde Proyecto Ypacaraí.