Día histórico
La licitación, que nadie quiso perderse, fue un acontecimiento histórico para toda la zona. No sólo por los altos niveles de accidentalidad que venía teniendo la ruta, sino por todos los reclamos que se hicieron para conseguir que este proceso se pusiera en marcha. "Cada vez que veníamos por este tema, parece que veníamos a hacer un alegato en contra del escepticismo y de la desconfianza de mucho tiempo”, dijo el ministro de Gestión Pública, Marcos Corach. "Es razonable tener que habernos encontrado en esas reuniones con muchos enojos -reconoció-. Fue un proceso difícil. Empezamos muy mal, y terminamos muy bien, y creo que este es un broche de oro. Hoy estamos cumpliendo con lo que prometemos, y aquello que muchas veces durante muchas décadas les dijeron, nosotros lo vamos a hacer. Acá estamos, dándoles una solución, y dando la cara”.
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El pandemonio de camiones ha sido durante años una constante en la ruta 91.
El punto más crítico fue siempre Villa La Ribera, un poblado de unos 700 habitantes y en crecimiento cuya jurisdicción está dividida entre tres comunas: de la ruta 91 al sur depende a Pueblo Andino, hacia el norte, a Oliveros, y cruzando el Carcarañá, tributa a Timbúes. Está está literalmente atravesada por la ruta, y con cada cosecha gruesa los vecinos vienen enfrentando una situación que se volvió desesperante. Con picos de tránsito que han llegado a los 15 mil camiones diarios en las rutas de esa zona, la 91 se convirtió en un cuello de botella por donde pasa el tránsito pesado hacia las terminales de Timbúes.
La consecuencia es un pandemonio que se repite año tras año: los camiones se amontonan y hasta invaden la cinta asfáltica, los autos tienen que avanzar sobre las banquinas, las ambulancias, los bomberos y la policía tienen dificultades para el ingreso y la salida de la localidad, y el peligro de accidentes, incluso fatales, es constante.
"A los muertos los ponemos nosotros"
El tema de los accidentes ha sido una constante en la ruta 91, pero algunos de ellos tuvieron gran repercusión y sacudieron a la región. El más conmocionante fue el caso de los niños Milton Ferreyra, de 9 años, y Lautaro Magallanes, de 5, que murieron el 27 de marzo de 2017 cuando el utilitario en el que viajaban con otros chicos quedó aplastado entre dos camiones a la altura de La Ribera. Ese mismo día, y movilizados por el dolor, los vecinos montaron un piquete durante ocho horas en el cruce de las rutas 91 y 11, hasta que arribó al lugar un destacamento ambulante de la Agencia de Seguridad Vial que alivió la tensión. En agosto de ese año, la comuna de Serodino aprobó que se rebautizara a la plaza ubicada frente al Samco con los nombres de Milton y Lautaro.
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Una estrella por Milton Ferreyra, uno de los niños fallecidos en 2017.
El 25 de julio de 2018, el chofer Maximiliano Foresto, de 42 años, perdió la vida en un choque frontal entre dos camiones, entre Serodino y Totoras. El 27 de abril de 2021, un choque en cadena que involucró a cuatro camiones y una camioneta terminó con la vida de Silvio Felicelli (51 años) y Fabián Moreira (54) ambos choferes. Un mes antes, el 4 de marzo de ese año, Tomás Oyola (20) e Ignacio Balzi (21) habían perdido la vida en un choque frontal entre un Toyota Etios y un camión, a la altura de Andino. Eran de San Lorenzo y de Fray Luis Beltrán, ciudades que se enlutaron con el suceso.
La lista de víctimas fatales es, por supuesto, mucho más extensa. Y este año volvió a producirse un accidente que consternó a la zona. El 7 de abril, Esteban Cardozo (60 años) y Agustina Ferreira (22) murieron en un choque que involucró a dos camiones y al auto en el que viajaban. Los cuerpos de las víctimas quedaron calcinados luego de que el vehículo ardiera en llamas. En esa ocasión, el jefe comunal de Serodino, Juan Drovetta, afirmó que estos siniestros vienen ocurriendo hace décadas en la misma vía de comunicación porque "las estructuras deficientes y la manera de conducir forman un combo fatal. Tenemos una infraestructura de hace ocho décadas", manifestó entonces el mandatario.
Ante cada accidente se oía siempre el mismo comentario de los vecinos de la zona: "Los muertos los ponemos nosotros".
Reclamos
En semejante contexto, los habitantes de La Ribera, tanto los residentes permanentes como los que tienen casas de fin de semana o pequeños emprendimientos turísticos, se unieron en un reclamo conjunto. Aunque ya venían haciendo pedidos desde 2005, en abril de 2021 enviaron una carta al presidente de la Nación, Alberto Fernández, pidiéndole una audiencia para buscar soluciones inmediatas. La pandemia, que había paralizado al país en tantos aspectos, no hizo mella en la producción, el problema del tránsito siguió y sus consecuencias generaron reacciones más viscerales.
“Vivimos en Villa La Ribera, Santa Fe, sobre la ruta provincial N° 91 y su unión con la ruta nacional N° 11. Aquí se genera el embudo que los 15 mil camiones diarios que llegan desde autopistas y rutas santafesinas generan al ingresar a las empresas portuarias ubicadas en la localidad de Timbúes”, decía el comunicado enviado al primer mandatario, que llevaba la firma de 1.500 habitantes de la zona. “Desde el año 2005 luchamos para que se genere la infraestructura y organización del tránsito acorde a la importancia económica que tienen los puertos para todo el país”, afirmaba el escrito. Y abundaba: “Durante toda la cosecha gruesa, las rutas y accesos a nuestro pueblo quedan colapsadas, poniendo nuestra vida en peligro, ya que debemos conducir en contramano, por banquinas, sin visión, esperando colectivos en mitad de la ruta, sin accesos a ambulancias, bomberos y policía. Y también quedan expuestos los camioneros a largas horas de espera sin lugares adecuados para colmar sus necesidades básicas, estacionados en banquinas y calzadas, siempre en peligro de vuelcos o choques, incluso cuando pagan para que las rutas estén en condiciones”.
Los vecinos no se quedaron de brazos cruzados esperando la respuesta de la Nación. El 16 de junio de 2021 hicieron una presentación, con patrocinio legal, en la Defensoría del Pueblo. Advertían allí sobre los peligros y daños personales y colectivos que sufren, tanto los residentes como quienes transitan por la ruta 91, como el impacto al medioambiente, producto de la afluencia del tránsito tanto vehicular como de camiones de carga.
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La convocatoria de la Defensoría del Pueblo fue un momento significativo.
A raíz de aquella presentación, el organismo provincial convocó a una mesa diálogo, que se concretó el 24 de septiembre del mismo año con el objetivo de acordar un camino común de acción para llegar a una solución.
Esa reunión resultó crucial, porque convocó a autoridades, legisladores, representantes de los gremios y de las cámaras empresarias. Los habitantes se fueron conformes por la convocatoria, aunque algo excépticos respecto de los resultados.
Pero después del accidente del 7 de abril, y viendo que las respuestas no llegaban, se armó una movida histórica en el cruce de las rutas 91 y 11. Desde el 21 de
ese mes a la noche comenzaron los cortes y con ellos el caos en el tránsito. El viernes 22 amaneció con una fuerte tensión, las colas de camiones se hicieron kilométricas y llegaron a los pueblos a la redonda. También colapsó la autopista Rosario Santa Fe.
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La protesta de los vecinos
La solución
El viernes 29 de abril de este año, la provincia presentó un proyecto formal para dar solución al problema. La propuesta se formalizó en una reunión en Puerto San Martín, donde estuvieron presentes el ministro Corach , el administrador de Vialidad Provincial, Oscar Ceschi, entidades empresarias y gremiales, intendentes presidentes comunales de las localidades involucradas y representantes de los vecinos. El gobierno se comprometía así a licitar la construcción de una nueva ruta alternativa que sorteara las zonas urbanas y llegara al área de las terminales.
Los detalles de la obra que finalmente se licitó se ventilaron ya en aquel encuentro. Era una salida desde la 91, la utlización del puente Giardino, la construcción de otro puente sobre el ferrocarril y la ruta 11, y la de uno más sobre el Carcarañá. “Identificar una trazado para una obra de esta naturaleza no se hace un día para otro. Nos encontramos, por ejemplo, con que hay líneas de alta y de media tensión, de modo que los técnicos tuvieron que rediseñar todo”, comentaba aquel día Ceschi.
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El llamado a licitación, con los sobres de las dos empresas oferentes.
El llamado a licitación se hizo finalmente el 8 de noviembre. Según la información oficial, la progresiva inicial se ubica sobre la Ruta Provincial N° 91 y se extiende 6.400 metros en dirección noroeste, con un ancho de zona de camino de 100 metros, previsto para una futura duplicación de la calzada. Y el lunes pasado, se abrieron las dos ofertas técnicas que presentaron las empresas Rovial S.A. y
., cuyos sobres con ofertas económicas quedaron a resguardo y en custodia hasta la fecha de apertura. Primero se deberá analizar la parte técnica dentro de los parámetros de Vialidad. El proceso está en marcha.