"Se romantiza menos la maternidad, es cierto, hay más conciencia sobre todo lo que implica llevar adelante un embarazo y criar un hijo, pero lo que vemos a diario en las consultas es que a la mujer que viene decidida a ser madre no la frena nada. El deseo, y cómo defienden ese deseo, cómo ponen el cuerpo y se bancan todo lo anímico que implica es realmente emocionante", analizó Botti.
Incluso, comentó el médico, muchas veces son los propios profesionales los que deben decir "hasta acá" cuando los tratamientos disponibles no dan resultado después de muchos años de intentarlo o porque hay riesgos para la salud de la mujer. "Las vemos hacer cosas increíbles, quieren seguir, y uno como médico debe acompañar esas ganas, ese derecho, aunque hay límites", reconoció Botti.
Un largo camino iniciado en 1978
El crecimiento de la medicina reproductiva es notable. Si uno se remonta al 25 de julio de 1978 cuando en Manchester (EEUU) nació Louise Brown, recordada como la "primera bebé de probeta" los cambios fueron impresionantes. "Cuando algunos años después de ese hito empezamos en la Argentina a unir óvulo y espermatozoide en laboratorio trabajábamos casi a ciegas, era todo muy rudimentario, sin embargo, muchas mujeres pudieron ser mamás de esa manera", señaló Botti.
Hoy el apoyo de la rama dedicada a la genética en fertilidad es clave. "Nos permite analizar a los embriones antes de implantarlos para dos cosas fundamentales: en familias donde hay historia de enfermedades serias, podemos evitar que nazcan chicos con problemas graves, y en otros casos, en mujeres que perdieron muchos embarazos podemos buscar al embrión sano que evitará en lo posible que tengan abortos espontáneos".
Reconoció que salvo en casos puntuales las obras sociales o empresas de medicina prepaga no contemplan estos estudios y por lo tanto admitió: "No podemos aplicarlos en todos los tratamientos de fertilidad, ni mucho menos". Botti remarcó que "no se trata de elegir a los mejores en el sentido de pensar en un mundo de gente perfecta, sino de usar estas herramientas con total criterio para minimizar riesgos o cortar con problemas familiares de salud que son muy complejos de sobrellevar". Agregó que "lo que se viene, y de hecho se hablará de esto en el Congreso, es la edición génica, que es un tema controversial desde muchos puntos de vista, que implica modificar genéticamente a un embrión, pero estamos lejos de pensar en bebés perfectos, está claro que no es ese el camino".
La maternidad tardía
En la actualidad es muy frecuente que una mujer llegue a una consulta con un especialista en fertilidad luego de los 40 años. Recién entonces muchas personas están buscando su primer embarazo o quieren tener un segundo o tercer hijo con una nueva pareja, algo sumamente habitual en estos tiempos.
El médico comentó que más allá de los avances, la búsqueda de un embarazo que pueda desarrollarse sin complicaciones es mucho más difícil después de los 42/43 años. En muchos casos hay que recurrir a la ovodonación (en Rosario hay centros que reciben óvulos de donantes) y esto es cada vez más aceptado. La recomendación es que alrededor de los 30, o antes, las mujeres que quieren preservar su fertilidad conserven sus óvulos. Las chances de un hijo con los propios óvulos y sin complicaciones caen considerablemente después de los 40. .
Pero lo cierto es que "un gran porcentaje de chicas no están pensando en ser madres ni a los 35, sino que se les plantea como un proyecto cada vez más tarde, y si bien la ciencia puede colaborar y mucho, cuanto más tarde, más difícil".
La ley en la Argentina indica que los tratamientos de fertilidad (que deben ser reconocidos por los servicios sociales, aún los de alta complejidad) pueden llevarse a cabo hasta los 44 años. Después de esas edad el costo de los mismos debe ser cubierto por la paciente.
Por otro lado, la edad máxima para iniciar un procedimiento que pueda culminar en un embarazo es de 51 años, de acuerdo a la ley.
"Préstamo" de vientre
La subrogación de vientre (que se llamó en los inicios alquiler de vientre), viene incrementándose en Rosario y ya ya hay más de 10 niños nacidos bajo este procedimiento.
"Puede parecer un número no tan elevado pero hay que tener en cuenta todo lo que implica llevarlo adelante", puntualizó el médico. "Las consultas son constantes y ya no es raro que pregunten por esta posibilidad mujeres, en pareja o sin pareja, heterosexuales u homosexuales, hombres que están solos o tienen un compañero varón. Es algo frecuente".
En Argentina no hay legislación sobre este punto de la medicina reproductiva y los médicos que se especializan lo vienen solicitando. Por el momento avanzan teniendo en cuenta que lo que no está prohibido está permitido legalmente pero quisieran trabajar con un marco legal, indicó el profesional.
Entre estos más de 10 casos registrados en la ciudad se encuentra el de Nahia, que nació en junio de 2019. La beba llegó al mundo luego de que la Justicia autorizara a Paula Tomé y su esposo Fermí a llevar adelante una gestación por subrogación, donde la gestante fue la tía de la beba.
"Yo tuve la suerte de tener dos embarazos y partos muy tranquilos, sin mayores complicaciones y, cuando me enteré de su situación, empecé a pensar en la forma de ayudarlos", contó en su momento a La Capital Laura García, quien llevó adelante el embarazo.
Paula y Fermí llevaban años proyectando tener un hijo, pero una enfermedad que padecía la mujer hizo que no pudiera llevar sus embarazos a término y sufriera dos abortos espontáneos. Laura, ya con dos hijos de 5 y 3 años, y convencida de que no quería volver a ser mamá, conocía más que bien la historia de la pareja al estar casada con Hernán, hermano de Paula.
El magistrado de Familia de San Lorenzo, Marcelo Escola, fue quien avaló a gestación por subrogación. "La gestación por sustitución no está regulada, tampoco está prohibida y corresponde entonces aplicar el principio de legalidad o libertad", indicó el juez a través de su sentencia, y destacaba que "el eje de la gestación por subrogación es la llamada voluntad procreacional, que es, ni más ni menos, que el deseo de tener un hijo y de poder criarlo".
Si bien no es el primero, ya que pocos días antes la Justicia rosarina autorizó a otra familia (en este caso la hermana de la madre se había ofrecido como gestante), la letrada y presidenta del Instituto de Derecho de Salud y Bioética del Colegio de Abogados, Carina Mazzeo, explicó que "está entre los primeros en la provincia", y ratificó que "ante el vacío legal, siempre se requiere la autorización de un juez" (ver aparte).
Trasplante de útero
Es otro de los temas que se tratarán en el Congreso en Rosario. Un equipo de profesionales, encabezado por Botti, inició hace dos años un ambicioso camino: el de realizar en Rosario el primer trasplante de útero de la Argentina. La pandemia demoró los planes ya que estaban seleccionadas las primeras pacientes y los conocimientos y las prácticas previas puestos a punto. El Incucai debe autorizarlo. "Hace pocos días volvimos a plantear a ese organismo que revise la documentación para que nos de el visto bueno. Queremos hacerlo lo antes posible, y las pacientes están muy expectantes", reconoció Botti.
Serán guiados por la mano experta del sueco Mats Brännström, un pionero mundial en trasplante uterino con fines reproductivos. El especialista ya estuvo en la ciudad capacitando a los médicos que participarán de la intervención y estará disertando en el Congreso. La práctica, que revolucionó el campo de la fertilidad en los últimos tiempos, se llevaría a cabo en el Sanatorio Centro.
Para las mujeres que no tienen útero la adopción es una alternativa para ser madres, lo mismo que la subrogación de útero, pero ahora el trasplante suma una alternativa valiosa y es uno de los grandes adelantos en materia de fertilidad.
Las experiencias en las que participó Brännström, quien fue el creador de la técnica hace casi dos décadas, fueron en su mayoría exitosas. Hasta el momento, en el mundo se hicieron unos 80 trasplantes uterinos. Al menos 13 de ellos permitieron que esas mujeres que recibieron el órgano den a luz a bebés en perfecto estado de salud.
En Latinoamérica, Brasil cuenta con el primer antecedente en este tipo de trasplantes. El 15 de diciembre de 2017 nació una niña cuya madre había recibido el injerto de un útero proveniente de donante cadavérica. Ahora, la Argentina está a punto de convertirse en el segundo país del continente donde se encare esta práctica que le da la chance a mujeres sin útero de llevar adelante un embarazo.