Rosario se prepara para una nueva edición de la Noche de Museos Abiertos, un evento que invita a recorrer de forma gratuita unos 20 espacios durante la noche del jueves 9 de octubre, entre ellos, el Museo del diario La Capital.
En la edición de este jueves de La Noche de Museos Abiertos se incorpora una muestra del museo penitenciario provincial, que traerá objetos y documentos del Servicio Penitenciario provincial
Por Matías Loja
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
La cárcel de Zeballos y Riccheri se suma a la Noche de los Museos.
Rosario se prepara para una nueva edición de la Noche de Museos Abiertos, un evento que invita a recorrer de forma gratuita unos 20 espacios durante la noche del jueves 9 de octubre, entre ellos, el Museo del diario La Capital.
Los museos estarán abiertos desde las 19 y hasta la medianoche. Y este año se incorpora el Museo del Servicio Penitenciario de Santa Fe, que por este jueves se instalará en La Redonda, la cárcel de Zeballos y Riccheri.
Según explicó a La Capital Lucía Masneri, secretaria de Asuntos Penales de Santa Fe, históricamente el museo funcionó en la ciudad de Santa Fe, pero durante la gestión provincial anterior fue transformado en oficina y su acervo fue archivado.
"Como entendemos que hay que recobrar la historia de esta institución rescatamos todos los objetos, los volvimos a inventariar y aprovechamos la Noche de Museos de Santa Fe para abrir las dependencias de la dirección general y una iglesia que forma parte de la Unidad 4 de mujeres. Y en Rosario trasladamos los objetos y hacemos la muestra en la Unidad 3", contó la funcionaria.
Al predio se lo conoce también como La Redonda, ya que pasando el patio se accede a un sector circular donde están distribuidos los distintos pabellones, donde hoy se alojan 320 internos.
Ubicada en la manzana comprendida por Zeballos, Suipacha, Montevideo y Riccheri, la Unidad Penitenciaria Nº 3 de Rosario funciona en un inmueble con historia. Entre 1893 y 1894 —la fecha varía según la fuente— se inauguró como "cárcel de encausados y contraventores". La primera unidad penitenciaria de Rosario.
Pero desde hace tiempo es objeto de proyectos que apuntan a darle otro destino a esos terrenos. Cuando se proyectó para uso penitenciario estaba lejos de la urbe rosarina mientras que hoy se encuentra en el corazón del barrio Lourdes.
"Dependemos de las obras. La Unidad 13 de Piñero está en construcción y la Unidad 15 está en proceso licitatorio. Con lo cual entendemos que de acá a un año o año y medio a más tardar estaremos deshabitando por completo la Unidad 3, que no resiste un cuarto uso", apuntó Masneri. Consultada por la posibilidad de su demolición dijo: "Sí, es muy probable, pero es una definición de los arquitectos e ingenieros".
Quienes se acerquen este jueves por la noche al penal de Zeballos al 2900 podrán recorrer áreas específicas de la manzana, como el sector donde se montará la exposición y el patio San Martín, donde los internos desarrollan varias de sus actividades socioculturales.
Entre otros objetos, se exhibirán legajos de presos históricos, armas, uniformes y esposas antiguas. En su mayoría son piezas que estaban en la cárcel de Coronda.
Los documentos históricos serán otro de los atractivos para visitar la Unidad 3. Entre ellos, el legajo del primer preso, el del primer agente del servicio penitenciario y libros de guardia.
Pero también se podrá acceder al legajo de Walter De Giusti, el hombre condenado por los homicidios de familiares de Fito Páez. El 7 de noviembre de 1986, la abuela y la tía de Fito, más una mujer embarazada que trabajaba en la casa familiar de Balcarce al 600, fueron asesinadas por Walter De Giusti, un joven que había ido al mismo colegio secundario que el músico. La investigación corrió por cuenta de la seccional 3ª de policía y por el juez Francisco Martínez Fermoselle. El caso se resolvió recién un año más tarde, cuando una travesti que lucía un collar de las víctimas abrió el camino para encontrar al culpable.
Otro de los archivos históricos que estará en Museo Penitenciario es el de Mario Fendrich, el extesorero del Banco Nación de Santa Fe que ejecutó un robo desarmado y sin testigos. El 23 de septiembre de 1994, Fendrich le dijo a su mujer que iba de pesca, pero su destino era otro: fue al banco, ingresó al tesoro y se llevó 3.200.000 pesos (lo que en esa época era significaba la misma cifra pero en dólares). Antes de irse le dejó una nota a su superior: "Gallego, me llevé tres millones de pesos". Fendrich estuvo prófugo más de cien días, hasta que se entregó en enero de 1995. Nunca dijo qué fue del dinero que se llevó del Banco Nación. Su caso figura en el Libro Guinness de los Récords como el autor del mayor robo individual y sin violencia de la historia.