La máquina de vapor fue el motor que impulsó la Revolución Industrial, un pesado conjunto de válvulas y engranajes que permitieron mover fábricas y transportar la producción a través de ferrocarriles y barcos. Esta historia inicia el recorrido por "Caldaria" la muestra con la que el Instituto Politécnico participará este jueves por primera vez de la Noche de los Museos. La visita incluye también la oportunidad de conocer la colección de automóviles, uno de los secretos mejor guardados de la escuela de la Universidad Nacional de Rosario que el año próximo cumplirá 120 años.
El museo del Politécnico estuvo cerrado muchos años y en los últimos tiempos la colección permaneció casi abandonada, según explica César Altuzarra, vicedirector de Infraestructura de la escuela preuniversitaria. Pero un grupo de profesores, graduados y estudiantes del sexto año de la carrera decidieron recuperarla.
Y este miércoles por la mañana, dos operarios van y vienen cargando cajas, baldes de pintura y elementos de limpieza, para dejar todo listo para el jueves cuando las puertas del museo se abran a la comunidad. Será de 19 a 24, con entrada libre y gratuita.
La actividad forma parte de la Noche de los Museos, una propuesta que invita a recorrer los espacios patrimoniales de la ciudad a partir de propuestas fuera de lo convencional. En total, más de 20 instituciones abrirán sus puertas a partir de las 19, sumando recitales, gastronomía y actividades recreativas.
En el Museo del Diario La Capital, por ejemplo, se presentará la intervención "Taller / Redacción. Un mismo método de trabajo", un conjunto de obras de alumnos de Humanidades y Artes realizadas sobre el mismo papel en el que se imprime el diario. Los museos Juan B. Castagnino (Pellegrini 2202), la Casa Vanzo Wernicke (Cochabamba 2010), el cementerio El Salvador (Ovidio Lagos 1840), el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich (Oroño 2300), entre otros, también permanecerán abiertos hasta la medianoche.
Del Instituto Industrial al Politécnico
El Museo del Poli funciona en uno de los bloques del enorme edificio que ocupa toda una manzana en Pellegrini y Ayacucho. La construcción, inaugurada en 1930 para alojar la por entonces Escuela Industrial de la Nación, actualmente alberga al instituto secundario, el terciario y la facultad de Ciencias Exactas e Ingeniería de la UNR.
"Todo lo que hay acá, la colección del museo, estaba dispersa en distintos espacios: depósitos, talleres y aulas. Y la idea es poder mostrarlo a la comunidad", señala la directora del instituto, Verónica Filotti, mientras recorre las mesas que sostienen herramientas, elementos de medición, de física, química y electrónica, y réplicas a escala de máquinas industriales, entre otras cosas.
Una enorme caldera de 1936, que alimenta un motor horizontal de alta y baja presión, ocupa el centro el espacio. Ambos elementos se usaron para la enseñanza de los alumnos de la carrera de mecánica hasta el comienzos de los 80. Roque Intelángelo y Armando Frávega, ex alumnos del Poli, y actualmente al frente de las áreas de extensión y educación específica, respectivamente, dan fe de eso.
Y hay otros elementos aún más curiosos: los enormes libros de registro de la central eléctrica que funcionaba en la escuela y abastecía de energía a gran parte del barrio. De tapas duras y horas amarillentas, los volúmenes permitirían hacer la historia de la demanda de electricidad del barrio hasta entrados los 50 del siglo pasado.
Motores, autos e historias
Pero el recorrido no termina ahí. Un Ford Falcon rural de la década del 70, completamente restaurado y pintado de color verde agua, estacionado en el patio de los talleres hace de prólogo a la segunda parte de la exposición: la colección de automóviles y motores del instituto.
El Falcon, toda una prueba de la frase que popularizó El Eternauta, aquella que advierte que lo viejo funciona, es uno de los últimos vehículos que pertenecieron a la antigua escuela industrial. Adentro del edificio, en la planta alta hay otros tres mucho más antiguos: un Berliet (Francia, 1907) que llegó a Rosario para promocionar los beneficios del automóvil, un Bianchi (Italia, 1912), el primer vehículo utilizado por las autoridades del Industrial y un modelo de lujo de la fábrica Minerva (Bélgica) exhibido por primera vez en la Exposición Rural de 1912.
Y también motores de barcos y de un avión biplano de la primera Guerra Mundial, con los que un grupo de aviadores franceses planeó cruzar los Andes en 1920. La travesía no se concretó, pero si fue el germen del Círculo de Aviadores Rosario y el Aero Club Rosario, antecesor del Aeropuerto Internacional Islas Malvinas.
Todos estos objetos fueron restaurados por alumnos, profesores y graduados del Politécnico. Los mismos que este jueves oficiarán de guías en las visitas mediadas por la muestra que no sólo rescata el conjunto de máquinas y herramientas que impulsaron las grandes transformaciones del siglo pasado, sino que enfatiza también sobre la importancia de la educación técnica.
Para amenizar el recorrido, en el patio de la escuela habrá música y comida servida en un food truck, como no puede ser de otra forma.