El síndrome urémico hemolítico se produce por una bacteria que puede ingresar al organismo de diversas maneras. Los más afectados son los niños y niñas menores de 5 años, y los adultos de más de 65, aunque puede presentarse en todas las edades.
Bien lavadas. Las frutas y verduras deben higienizarse siempre en forma correcta antes del consumo
El síndrome urémico hemolítico se produce por una bacteria que puede ingresar al organismo de diversas maneras. Los más afectados son los niños y niñas menores de 5 años, y los adultos de más de 65, aunque puede presentarse en todas las edades.
La enfermedad, en algunos casos, tiene la capacidad de afectar en forma severa los riñones (es la principal causa de insuficiencia renal aguda pediátrica en el país y la segunda de insuficiencia renal crónica) pero también puede generar trastornos en el intestino, páncreas, corazón y sistema nervioso central. Tiene una alta incidencia en la Argentina, donde cada año se reportan más de 400 casos.
En Rosario, en los últimos diez meses fueron diagnosticados siete niños de entre 2 y 12 años, con síntomas de moderados a severos.
En estos momentos hay una nena de dos años internada en un sanatorio privado, que fue registrada como el primer caso de síndrome urémico hemolítico del 2023.
El síndrome se presenta con diarrea que puede tener sangre, dolores abdominales, vómitos, palidez, menor producción de orina y hasta puede generar convulsiones.
Cuando los síntomas no son tan graves, y aparece solo la diarrea y por pocos días, muchas veces el paciente no llega a ser diagnosticado, por lo que se supone que hay muchos más casos de los notificados oficialmente.
Con la aparición del primer diagnóstico del año en Rosario, la Secretaría de Salud pública de la Municipalidad elevó la vigilancia para que los equipos de salud sospechen rápidamente la enfermedad, al tiempo que solicitó a la población que tomen medidas preventivas.
Aunque la forma más conocida de contagio es por el consumo de carne mal cocida, lo cierto es que la enfermedad puede adquirirse también por comer verduras mal lavadas, ingerir lácteos sin pasteurizar, beber agua no potable o bañarse en aguas contaminadas (en piletas u otros sitios de agua estancada) y no higienizarse las manos en forma correcta.
En rigor, de acuerdo a información a la que accedió La Capital, la niña que se encuentra internada con complicaciones severas (aunque se mantenía estable al cierre de esta edición) no había ingerido alimentos crudos.
Durante años se hizo hincapié en que la bacteria escherichia coli (que provoca la enfermedad) se producía por comer hamburguesas mal cocidas, y si bien esa puede ser una fuente de infección, no es la única.
Las recomendaciones que se brindan desde Salud pública, detalladas en un documento elaborado por el área de Epidemiología, son las siguientes:
* Lavar siempre las manos con agua y jabón, antes de comer o manipular alimentos y después de tocar alimentos crudos, ir al baño o cambiar pañales.
* Cocinar bien las carnes hasta que no queden rosadas ni jugosas por dentro (la bacteria que causa la enfermedad muere por acción del calor, a temperaturas superiores a 72°C. Se recomienda tener especial cuidado con la carne picada.
* Consumir únicamente productos lácteos pasteurizados.
* Utilizar sólo agua potable para beber, cocinar o lavar alimentos. Si existen dudas sobre la potabilidad del agua, agregar 2 gotas de lavandina por litro de agua, media hora antes de usarla.
* Usar diferentes superficies y utensilios para el manejo de los alimentos crudos y cocidos, a fin de impedir la contaminación cruzada. Evitar las mesadas y tablas de madera, de limpieza exhaustiva más dificultosa.
* Mantener la cadena de frío para los alimentos (no dejar comida fuera de la heladera ni por un rato, más en días de altas temperaturas).
* Evitar la ingestión accidental de agua en piletas, arroyos, lagunas y otros.
* Proteger, purificar y clorar los sistemas públicos de abastecimiento de agua; clorar las piscinas.
* Evitar que niños con diarrea jueguen o se bañen en piletas, aún con los pañales colocados.
* Evitar nadar, bañarse o jugar en el agua de lagos, lagunas, arroyos, canales o ríos que no estén habilitados para bañarse, ya que pueden estar contaminados con efluentes de criaderos de ganado o cloacales.
* Eliminar en forma adecuada los pañales y excrementos humanos. Propender al tratamiento de efluentes. Controlar el estado y la ubicación de los pozos y cámaras sépticas para evitar filtraciones.
El síndrome urémico hemolítico por escherichia coli comprende el 95% de los casos. Suele iniciarse con un período con diarrea acuosa que puede convertirse en sanguinolenta al segundo o tercer día.
Si bien en la mayoría de los casos el problema se resuelve en una semana, hasta un 15% de los casos puede evolucionar y provocar una enfermedad más severa. La letalidad en la etapa aguda es del 3 al 4%, según información médica de la cartera sanitaria local.
No hay un tratamiento específico para este síndrome. De allí que sea tan importante detectarlo a tiempo para que en una institución puedan brindar al paciente las medidas de soporte necesarias para controlar, en lo posible, la enfermedad.
Como se trata de una patología que puede ser grave, desde hace años la ciencia intenta encontrar una terapia eficaz. Rosario forma parte del primer ensayo clínico (que está en fase II desde noviembre de 2022) y que tiene como objetivo encontrar una terapia para quienes contraen el síndrome urémico hemolítico.
Son cinco los hospitales del país que trabajan en el desarrollo del primer tratamiento en el mundo para el síndrome urémico hemolítico. El Sanatorio de Niños es uno de ellos.