En el ambiente rosarino, que experimenta un mini verano por estos días, sobrevuela un disfrute pasajero y, también, la sensación de que algo no anda bien. Las temperaturas que rozan los 30 grados en pleno invierno son parte de la crisis climática que afecta al mundo entero y de la que Rosario no está exenta. La temperatura media de julio se acercó a los 17º y registró el valor más alto para este mes desde que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) instaló su estación medidora en el aeropuerto rosarino en 1935.
La observadora meteorológica Vanessa Balchunas indicó a La Capital que la temperatura media para julio se ubicó en 16,7º. Este valor supera a los 16,4º de julio de 1958 y si bien son apenas unas décimas, advirtió que esa pequeña diferencia no sólo afecta a la temperatura del aire, sino que también afecta a la humedad, la presión y las corrientes de viento.
“Se notaron los sucesivos aumentos de temperatura en julio y en lo que va de agosto. Con un Niño fortaleciéndose pero, todavía, no incidiendo en la columna atmosférica, lo más probable es que tengamos un verano cálido y húmedo. Y que las precipitaciones vayan aumentando de manera gradual”, indicó.
La situación que se vive en Rosario y la región no escapa al presente global. Hace unos días el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que la era del calentamiento global terminó y que le dio paso a algo más severo: la era de la “ebullición global”. Datos del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (monitorea el estado del medioambiente terrestre) y de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmaron que julio del 2023 es el mes más cálido jamás registrado en la tierra.
Al respecto, el investigador superior del Instituto de Física Rosario (Conicet - UNR), Rubén Piacentini, señaló a este medio: “El cambio climático es, esencialmente, un calentamiento global del planeta. Esto implica que la variable más significativa, que es la temperatura ambiente, se ha incrementado, desde el comienzo de la revolución industrial, más de 1º en promedio mundial”.
“El cambio climático no solamente produce un aumento promedio de la temperatura ambiente, sino que afecta, también, la variabilidad climática que es la fluctuación del clima en general y de la temperatura ambiente en particular, a valores que pueden llegar a ser extremos de días de calor o extremos de días de frío”, sumó.
Por su parte, Balchunas consideró: “La crisis climática es real. Se ve el aumento paulatino de temperatura en la persistencia y continuidad de períodos de calor, que pueden o no ser olas de calor. Esta persistencia prolongada en períodos de estación contraria al verano, o los ingresos de aire más cálido del norte, con persistencia de buen tiempo y sin cambio de masa de aire, se van a suceder cada vez más rápido”.
Cambio climático
La crisis climática es una realidad hace bastante, pero el presente, a raíz de esta condición causada principalmente por las actividades humanas, lleva al extremo distintos eventos.
“El cambio climático es real y está basado en una enorme cantidad de evidencias científicas, con mediciones de la temperatura en particular desde hace muchísimo tiempo. Desde que se tienen registros de termómetros y más recientemente, datos satelitales y otros instrumentos, se observa el aumento promedio de algo más de 1º hasta el presente. Estos datos han sido analizados por diversos organismos internacionales y servicios meteorológicos del máximo nivel mundial. Todos muestran esta tendencia y la evidencia científica es de máximo nivel. Realmente el clima está cambiando y, en particular, la temperatura está aumentando”, señaló Piacentini, que, además, es revisor experto de los informes mundiales del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
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Entre los principales generadores del cambio climático, el investigador señala a los gases de efecto invernadero (GEI): “El mayor de todos es el dióxido de carbono, generado, esencialmente, por los combustibles fósiles pero por otros procesos también, como ciertas actividades industriales (la producción de cemento, entre otras) o la generación de energía eléctrica. Le sigue el metano, generado, principalmente, por ciertos animales (como el ganado vacuno) y desechos orgánicos que se descomponen al aire libre. Y el tercero es el óxido nitroso, que se origina en mayor medida por la fertilización agrícola”.
calor
Foto: Silvina Salinas / La Capital
“Estas evidencias hacen que tengamos que realizar el máximo esfuerzo para reducir la emisión de estos gases y, si fuera posible, eliminarlos o cambiar las fuentes que lo producen, por otras que no generen tanta contaminación”, agregó.
Informes
Piacentini forma parte del grupo revisor de informes del IPCC y comentó que estos análisis contribuyen a que los países que se comprometieron en 2015 bajo el Acuerdo de París a frenar gradualmente el aumento de la temperatura global, tengan una hoja de ruta para tomar medidas.
“La ONU ha convocado a los distintos países del mundo en 2015 a firmar el Acuerdo de París para que se comprometan a que la temperatura global, que ya pasó el grado, no pase de 1,5 o 2 grados a fin de siglo. Para que ello ocurra, hay que hacer un esfuerzo enorme, tal como lo detallan los informes periódicos del IPCC, del cual científicos argentinos forman parte”, detalló.
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Los informes, además de aportar detalles sobre el aumento de la temperatura, explican “el impacto que tiene el cambio climático en la tierra, los océanos y los humanos y también sobre las posibles soluciones para mitigarlo y para adaptarnos, en el caso de que ya esté produciendo efectos, como ocurre en muchas regiones del planeta”.
“Lo que pide Naciones Unidas es que comencemos ya”, concluyó.