En 20 días el río creció dos metros y como regalo trajo este último domingo a un inmenso yacaré a la costa rosarina, más precisamente al Club de Velas de Rosario ubicado en Colombres 956. El reptil, que fue retirado del lugar por Prefectura, gozaba de buena salud y ya fue devuelto a su hábitat natural, según confirmó a La Capital, el subdirector de Defensa Civil de la Municipalidad de Rosario, Gonzalo Ratner. Todas son buenas noticias: así afirma desde desde la ONG Mundo Aparte, Franco Peruggino.
Vamos por partes. Que en medio de esta histórica sequía el Paraná haya llegado en un mes a 2.45 metros por las lluvias en Brasil y en esta región es "muy bueno", sostiene el jefe de Guardavidas de la Rambla Catanunya, Leonardo Manino. "Hay menos playa, claro, pero también bastante menos gente que otros años, arriesgaría un cálculo de 50 por ciento menos, entonces no es para preocuparse demasiado", dijo el guardavidas con 28 años de experiencia de las playas del norte de la ciudad, como echando un manto de calma ante quienes remarcaron que esto perjudicaría mucho el distanciamiento preventivo por el Covid en los balnearios.
"Se redujo la playa en la Rambla, es lógico, pero no es La Florida, y aún se puede controlar el distanciamiento. Incluso el río no alcanzó siquiera la media de esta época que debería ser de 3,20 metros promedio. Del 18 de enero a hoy subió dos metros, y aún crecerá y eso es una buena noticia", dijo Manino quien señaló que esta temporada de verano se registró la presencia "aislada" de algunas palometas pero quien sin dudas se llevó toda la atención fue el yacaré que alertó y asustó a algunos socios del club náutico que dieron ayer aviso al 106 de emergencia, para pedir asistencia.
Que vuelva a la laguna
Que el yacaré haya aparecido en la costa rosarina es poco frecuente y se debe a que el río creció mucho en pocos días sostienen los ecologistas consultados por La Capital.
"Es muy positivo y saludable para los humedales que haya más agua porque se venían muriendo aves y muchas tortugas de agua, posiblemente este ejemplar estaba débil o herido y buscó un lugar más propicio para sobrevivir", dijo el voluntario ecologista Perrugino quien agregó que "debe volver a su hábitat" porque allí, este reptil carnívoro cumple, una función en la cadena alimentaria al ingerir peces (entre ellos palometas) y caracoles que podrían transformarse en plaga.
Para Perrugino está muy bien que la gente llame al ver a estos ejemplares. "Porque se les tiene miedo, se los daña y hasta mata. Se cree que el yacaré puede subir a la playa a comer a un niño, y no es así, pero sí puede lastimar al manipularlo, a nosotros nos pasa, por eso es bueno que intervenga gente que sabe cómo actuar".
El ecologista que es parte de una asociación civil de 15 integrantes (de entre 18 y 72 años), ubicada en Sorrento 1595, dedicada a la protección de los animales silvestres en peligro, dijo que en las dos temporadas de verano pasadas también se encontraron ejemplares de este lado de la costa: uno en la guardería Río Marrón y otro en La Florida.
"Fueron dos yacarés y estaban heridos por las hélices de las lanchas. Los curamos y los devolvimos al Parque Nacional Pre Delta de Entre Ríos".