El escudo verde de Morning Star dice 1946, aunque la historia oficial cuenta que el club nació en octubre de 1942, en la casa de la familia Consiglio, sobre Pasaje Noruega al 3300, a varias cuadras de su ubicación actual, en Bordabehere y Valparaíso. En esa casa se juntaron varios primos, con la intención de armar su propio club de fútbol. Fundar una buena institución requería, en primer lugar, de un buen nombre. Así fue que se propuso Estrella de la mañana. Tenía su encanto, pero no acabó de convencer a la muchachada. Entonces, alguien osó traducirlo al inglés. Para cuando se redactaron los estatutos sociales del club, en 1946, la decisión estaba tomada: había nacido el glorioso Morning Star.
Facundo Parrino tiene 34 años y dirige la primera división de Morning. Está en el club desde el 2013. No parecen muchos años, pero son suficientes para que todo el mundo lo conozca y lo reconozca por haber levantado en 2017 el trofeo más deseado por los hinchas de Morning: el del ascenso a la primera división del fútbol rosarino.
"Morning siempre fue un club de primera", explica Parrino. "El problema es que llevábamos seis o siete años en la B y no podíamos ascender. En el 2015 se nos escapó un ascenso y fue terrible. Perdimos un desempate. Estuvimos muy cerca. Pero el club tiene un proyecto ambicioso, así que para reponernos empezamos a buscar herramientas, a concentrarnos en los detalles. Y en el 2017 tuvimos la fortuna de ser protagonistas y coronar", relata el DT, como si las tácticas del ascenso hubiesen sido parte de una minuciosa partida de ajedrez. No es para menos: en octubre de ese año, tres fechas antes de la finalización del torneo de segunda división, el plantel de Morning selló el ascenso. Y el público deliró.
En la sala de reuniones de la comisión del club, contigua a la Secretaría, hay una camiseta encuadrada que lleva la firma de todos los jugadores y el cuerpo técnico del equipo que devolvió a Morning a la primera división. La casaca está embarrada y tiene el cuello roto. Junto a la tela desgarrada, el Presidente mandó bordar una leyenda: "símbolo de las batallas ganadas". Ese año, también, buena parte del plantel y la dirigencia decidió hacerse un tatuaje; una marca indeleble y compartida, con las fechas del ascenso y el campeonato.
Primer Campeón Argentino del Fútbol Rosarino
En 1948 la Fundación Eva Perón organizó los primeros Campeonatos Infantiles de Fútbol, que rápidamente incorporaron otras disciplinas deportivas para transformarse en los Juegos Nacionales Evita. En sus primeras ediciones, congregaron a cientos de miles de niños de todo el territorio nacional. La iniciativa buscaba la inclusión y la promoción social del deporte. Junto a Eva Perón, el Ministro de Salud Ramón Carrillo tuvo una participación muy importante puesto que, por primera vez, muchísimos niños y niñas fueron incorporados al sistema de salud a través de revisiones médicas. Los Juegos Evita se convirtieron así en una experiencia masiva inédita en todo el continente y, extraordinariamente, quedaron marcados a fuego en la historia de un pequeño club rosarino: el Morning Star.
En los Juegos Evita del 50/51, Morning se coronó campeón rosarino de fútbol, luego campeón santafesino y, finalmente, sub-campeón argentino. Al año siguiente, el equipo dirigido por Salvador "Vila" Consiglio redobló la apuesta. Y los purretes rosarinos de la casaca verde ganaron.
Fue el 15 de marzo de 1952. El Presidente Perón dio el puntapié inicial al último partido. Los de Rosario, representantes de Santa Fe, enfrentaban a Arsenal, representante de Buenos Aires, con el estadio Monumental repleto. Entonces, Morning Star levantó la copa más importante de toda su historia.
Hoy, en la puerta de entrada al club, un letrero imponente recibe a los visitantes. Está abarrotado de información, aunque hay un lema que se destaca: Primer Campeón Argentino del Fútbol Rosarino. A continuación, hay una lista de apellidos campeones: dice Farrugia, Consiglio, Yúdica, entre otros. Son los jugadores de aquel mítico equipo de 1952. Llevan varios años pintados en el cartel, erguidos, resistiendo a los estragos del viento.
Cambios de nombre
"La historia cuenta que Evita y Perón se hicieron hinchas de Morning. En realidad, más ella que él", dice Marcelo Rodríguez, el presidente del club. Al parecer, el encanto de Eva Perón con Morning Star se terminó de sellar en la cuarta edición de los Juegos Evita, el año de la consagración.
Las fotos de la prensa de la época muestran a Perón distendido, con el traje desabotonado, mirando el partido desde el palco. Evita lleva el pelo recogido en un rodete y un trajecito sastre entallado, de color claro. Puede que la abanderada de los humildes haya sido conquistada por la tenacidad, la insistencia y el coraje de esos muchachos rosarinos que gambetearon adversidades en la cancha de Vélez, de San Lorenzo, de Racing, de Boca. Lo cierto es que, en el estadio de River, ante una multitud que aplaudía y vitoreaba el triunfo, Rubén Farrugia alzó el trofeo mayor y recibió un pedido especial, formulado por la mismísima Evita: castellanizar el nombre inglés del club. A partir de ese día, el primer campeón argentino del fútbol rosarino pasó a ser conocido públicamente como el club Evita Estrella de la Mañana.
"Evita le prometió a los muchachos construir tribunas de cemento para el club. Y muchos de los jugadores campeones consiguieron trabajo en el ferrocarril gracias a Perón", recuerda Luis Trepat, vicepresidente de Morning. Pero Evita falleció algunos meses después de hacer su promesa. Y a Perón lo derrocaron en 1955. Entonces, llevar un nombre peronista comenzó a transformarse en un gran problema. El Evita Estrella de la Mañana se convirtió en un perseguido político. "El club sufrió muchísimo la proscripción del peronismo y las persecuciones -rememora Luis- Por eso Morning no consiguió nunca nada y todavía seguimos en la misma lucha por los terrenos".
Nuevas metas, nuevos sueños
A lo largo de la historia, la cantera de Morning Star vio pasar grandes jugadores: Roberto Jesús Puppo, José Cerro, José Yudica, Daniel Spadaletti, Alfonso Palmintieri, Miguel Feito, Daniel Carnevali, Alberto "Hijitus" Gómez, Ricardo "el Negro" Palma, Néstor Manfredi, Manuel Arrabal, Pablo Andrés "Vitamina" Sánchez, Javier "el Chueco" García, Matías Pavoni e Ignacio Boggino, entre otros.
En la cancha del verde, junto a la vías del ferrocarril, los jugadores de la primera división blanquearon con cal todo el largo del tapial y pintaron con letras gruesas "El capo del viaducto". Cada domingo de fútbol, el club se llena de vecinos y un grupo de pibes ata una bandera en el alambrado. Dice "Ludueña se viste de fiesta".
Hoy, el equipo de primera de Morning (también conocido como "La Chinche") vive un momento histórico. Llegó a la final de la Copa Ivancich, un torneo organizado por la Rosarina, del que participan, en principio, 48 clubes, distribuidos en 12 zonas de 4 equipos. Los dirigidos por Facundo Parrino ganaron su zona y pasaron a octavos con puntaje perfecto. Allí, por penales, eliminaron a uno de los pesos pesados de la copa: Rosario Central.
Ya en cuartos de final, Morning le ganó 4 a 0 a Defensores Unidos. Luego, con goles de Iván Squillaci y Federico Sassano, "la Chinche" venció a Sportivo FC de Álvarez en semis y consiguió clasificar, por primera vez en su historia, a la final de este torneo. Por estos días, los verdes del viaducto entrenan ansiosos, contando las horas para el gran partido ante Central Córdoba que se disputará el próximo sábado.
Para 2019, Morning Star hace otra gran apuesta: las chicas copan la parada. Por primera vez saldrá a la cancha un equipo femenino de la gloriosa Estrella de la Mañana, un grande de fútbol local.
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Para conocer más sobre la historia de Morning Star, recomendamos leer la crónica "La gloriosa estrella de la mañana", de Anahí Lovato, parte del libro Hechos de barrio, del universo transmedia De Barrio Somos.