Por Silvina Dezorzi
Hoy comienza a transitarse la recta final del debate sobre la legalización del aborto, que ganó la agenda pública durante la primera mitad del año y logró plasmarse en la media sanción de la ley.
Sin embargo, según los últimos conteos, hasta ahora en el Senado marcha adelante el rechazo a la iniciativa, aunque tampoco se descarta que los legisladores a favor de la ley logren construir un consenso para que la iniciativa vuelva a la Cámara baja con modificaciones.
La última voluntad contra la legalización se conoció ayer: la de Silvina García Larraburu, una senadora que ahora responde al Frente para la Victoria, pero que hasta abril pasado pertenecía al interbloque de Argentina Federal liderado por Miguel Angel Pichetto.
A pesar de que el bloque que lidera la ex presidenta Cristina Kirchner había anunciado a mediados de junio que votaría de modo unificado a favor, sorpresivamente la legisladora por Río Negro aludió a una "esencia" peronista que "nunca fue abortista", dijo que sus "convicciones íntimas" iban en esa misma dirección y criticó al macrismo por instalar el tema como "cortina de humo" y trivializar el debate.
También afirmó que "la gente pobre no aborta", ya que "el valor más grande que se ve en las familias humildes son sus hijos", y sostuvo que el proyecto para legalizar el aborto respondía a "intereses foráneos". En las redes sociales muchos la mataron.
Pero la apuesta a que el millón de personas que le hizo el aguante al debate en Diputados ahora se duplique piensa en otras formas de hacer política: reivindica la calle como un escenario de presión y construcción, tanto o más legítima que la que se teje dentro de las cámaras y sobre todo la que se ejerce desde otras esferas de poder, eclesiástico obviamente incluido.
Con esa convicción, el movimiento de mujeres —surgido de una gimnasia de organización y de debate que lleva años en la Argentina—, mujeres de distintos gremios y partidos políticos, agrupaciones sociales y estudiantiles, buscarán que sean dos millones de personas las que se sumen pasado mañana a la vigilia pro ley.
Desde Rosario saldrán al menos 116 colectivos, aunque podría haber más. Un dato muy elocuente es que sigue habiendo gente "en listas de espera" para poder viajar, así como organizaciones que querrían alquilar más micros y no encuentran "disponibles" en la ciudad, contaron varias referentes de la movida.
Desde el gremio que nuclea a los docentes universitarios, Coad, el miércoles partirán 31 ómnibus. La titular del gremio, Laura Ferrer Varela, no descartó incluso que desde algunas facultades puedan sumarse más.
Otros doce micros fletará la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal (incluidos uno de Igualdad y Participación y otro de Causa Organización Popular), tres la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Rosario y alrededor de 70 entre las diferentes organizaciones feministas, partidos políticos y gremios que se movilizarán desde la ciudad, estimó Majo Geres, integrante de Ni Una Menos y Mala Junta.