En poco tiempo más se cumplirá un año de convivencia con el barbijo en la Argentina. Esa mascarilla que hasta 2020 solo utilizaban los médicos, las personas con algún problema de salud o los trabajadores expuestos a polvillo u olores se convirtió en un compañero cotidiano. Se pasó de la casi exclusiva fabricación casera, porque no se conseguían en ningún lado, a que cada marca de ropa ofreciera sus diseños. Muchos emprendedores paliaron un poco la complicada situación económica vendiendo tapabocas. En los últimos meses, además, hay opciones nacionales desarrolladas por científicos. También es posible encontrar en el mercado, con más facilidad, los quirúrgicos y los N95.
Aunque hay gente los utiliza mal o ni siquiera se los pone, la mayoría recurre a esta herramienta para prevenir el contagio aunque por momentos aparecen dudas: ¿Cuáles se recomiendan de acuerdo a las distintas situaciones? ¿Siguen siendo útiles los barbijos "caseros"? ¿Cómo hay que cuidarlos para que duren y no se pierdan el efecto protector? De acuerdo a lo que está ocurriendo en otros lugares del mundo donde se exige el uso de barbijos con determinados niveles de bioseguridad, ¿es preciso salir corriendo a comprar los quirúrgicos para esperar, con un buen stock, la segunda ola de Covid en Argentina?
La secretaria del Colegio de Farmacéuticos de Rosario, Claudia Varela, recordó lo que sucedió en los primeros meses de la pandemia: "A principios del año pasado, cuando suponíamos que podían aparecer casos en Argentina, comenzamos a proveernos de barbijos quirúrgicos. Cuando se confirmaron los primeros positivos la demanda superó rápidamente la posibilidad de reponer lo vendido y ya no conseguíamos barbijos de ningún tipo en el mercado. Eso se sostuvo varios meses". Incluso hubo faltantes cuando su uso era obligatorio por lo que se pedía expresamente a la población que dejara la poca disponibilidad para el personal de salud.
En diálogo con La Capital, la profesional mencionó que "en todos los ámbitos farmacéuticos nos vimos en la necesidad de conseguir tapabocas confeccionados en talleres, siempre que tuvieran telas con una capacidad de filtración similar a los barbijos aprobados. En los meses posteriores la oferta de telas aumentó y se pudo tener disponibilidad, pero siempre preservando el poco stock de los barbijos quirúrgicos". Actualmente "contamos con tapabocas de diferentes telas, barbijos quirúrgicos que son livianos de triple capa y que dan una alta cobertura, y algunos más específicos como los N95", mencionó la farmacéutica.
En qué momento
Cada uno de ellos tiene una recomendación diferente: los de tela son eficaces para el uso en la vía pública y en lugares de poca exposición donde está garantizada la distancia social. Las personas con enfermedades pulmonares, crónicas, cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares y aquellos que cuidan a personas en grupo de riesgo deberían utilizar barbijos quirúrgicos, señaló Varela.
Osvaldo Teglia, médico especialista en clínica médica e infectología, hizo referencia al N95: "Se lo llama también respirador N95. Es un producto que filtra al menos el 95% de las partículas en el aire y su uso debería ser exclusivo por parte del los trabajadores en instituciones sanitarias para protegerlos, de acuerdo a protocolos, de los riesgos laborales de exposición a enfermedades respiratorias como tuberculosis, sarampión, varicela, no sólo del Covid 19. Este enfoque de uso exclusivo por personal sanitario deberá ser especialmente así durante una pandemia ya que los suministros de respiradores N95 pueden agotarse".
Los N95 están diseñados para un solo uso pero pueden reutilizarse en situaciones críticas, como esta pandemia. No obstante, su rendimiento disminuye a medida que aumenta el número de horas y modalidad de reúso, explicó el especialista, quien agregó: "No se recomiendan para el uso del público en general porque se requiere capacitación especial para el uso y retiro adecuados de la máscara".
Los "científicos"
También están disponibles en las farmacias de la ciudad los barbijos desarrollados por un grupo de investigadores del Conicet. Están realizados en base a nanopartículas de plata y cobre. Tienen una tela especial que contiene activos antivirales, bactericidas y fungicidas. Se indican para la población general y no se utilizan para uso médico o profesional. "Este es un barbijo liviano de un precio bastante accesible y que fue muy bien recibido por los rosarinos", contó Varela.
Las ventas del barbijo de Conicet, como se lo conoce, estallaron cuando el presidente de la Nación Alberto Fernández y algunos de sus ministros, como Santiago Cafiero, aparecieron públicamente con el tapabocas rosado de tres capas (también viene en otros colores) y que tiene grabado, varias veces en la tela: "Atom protect nanotecnología". No es tan fácil conseguirlos, y menos por unidad, pero en las últimas semanas hay más farmacias y comercios (como los que se dedican a instrumental quirúrgico) que los ofrecen. Los llamados Superbarbijos (así se promocionaron) se vendían hasta hace poco sólo on line y de a 10 unidades como mínimo. Duran 15 lavados: luego deben descartarse.
Precios
Los precios dependen del grado de filtración, explicaron desde el Colegio de Farmacéuticos. En Rosario se ofrecen desde 50 pesos (los que son de tela para un único uso), los barbijos quirúrgicos convencionales de mayor cobertura cuestan entre 100 y 400 pesos. Los de Conicet rondan los 500 pesos (son más económicos cuando se compran en cantidad). Y los N95 (es preciso adquirirlos en lugares de confianza porque lamentablemente existen copias de los originales) superan los 3.000 pesos (en los primeros meses del 2020 se conseguían por 600 pesos).