"Las paredes son las imprentas de los pueblos", dijo Rodolfo Walsh. En eso hay que incluir a los murales, que absorben todo ese magnetismo que gira en torno a la figura del héroe como lo sigue siendo Diego Maradona. Eso también sucede en Rosario con Lionel Messi, que brilla en Barcelona pero no olvida el barrio donde comenzó a forjar su zurda mágica para transformarse en el personaje más famoso del mundo. Esa es la excusa perfecta para que su imagen quede inmortalizada en las paredes de la ciudad, una vez más. El protagonista será nuevamente Lichi Urteaga, quien supo pintarlo en el marco del Encuentro Internacional de Muralismo en La Bajada, a una cuadra de su casa, donde Messi empezó a relacionarse con la redonda, solo que esta vez estará acompañado por un grupo de compañeros y amigos de otros lares para realizar dos intervenciones.
El primero en materializarse estará en el pasaje Azara y Buenos Aires, detrás de la escuela primaria Las Heras a la que concurría Lio. Ese proyecto comenzará a partir del 21 de junio, mientras que el segundo mural está previsto para el 15 de septiembre. Para concretarlo, se subirán a andamios colgantes a más de 60 metros de altura en Avenida de la Libertad 320. Es por eso que el proyecto se denomina “Común Messi, para una ciudad de otro planeta”.
“Me estaba por retirar de los andamios y ahora mis amigos me van a hacer subir como 70 metros”, le cuenta Lichi a La Capital con sentido del humor sobre la faraónica labor que realizarán tanto en la zona sur como en el centro de Rosario.
“Sabemos que está al tanto de estos murales, por eso el primer paso era que supiera la familia y por suerte tuvimos el pulgar para arriba; los murales tienen una conexión entre el Messi de barrio y el Messi de allá arriba, este grande que sigue conectado con su esencia, es lo que queremos transmitir”, destaca Lichi, quien pintará junto a su compañera Marlene Zuriaga y dos amigos marplatenses, Fer Lerena y Maximiliano Ledesma, al tiempo que todo un equipo de trabajo se encargará de otras tareas esenciales para llevar a cabo semejante trabajo fruto de la creación colectiva junto a David “Bichi” Andruetto, Cecilia Lerena, Maximiliano Zurita y Javier Cristofano en foto y audiovisuales, Paula Crespo, de Rosario, nos está dando una mano en el territorio.
“Más allá de lo futbolístico, es el tipo más famoso y popular del mundo. Y que aún siga conectado con su niño y su esencia nos parece maravilloso, por eso está el botín del barrio y el botín de oro (en la pintura), es algo muy especial”, valora. Es por eso que el mural de zona sur llevará las frases “De otra galaxia” y “ De mi barrio”, en clara alusión a la infancia de Lio Messi cuando su abuela lo llevaba a jugar a la pelota, mientras que el del edificio que mira al río dirá “De otra galaxia” y “de la ciudad”, en una especie de Messi en lo más alto, pero sin perder la humildad, de ahí el nombre de la obra, que fue fruto de un proyecto colectivo.
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La idea surge a partir de la muerte de Maradona. La cantidad de murales en Nápoles y los que existen en el país comenzó a mover las fibras sensibles de los muralistas y fue así como conectaron entre el grupo Sismo de Mar del Plata e Imagina. “En aquella oportunidad fue previo al casamiento, y la idea fue parte de sus amigos y chicos del barrio. Después surge la idea previo al Mundial de Rusia, en un encuentro de muralistas, donde se estableció un lazo con la gente. Pasado el tiempo hicimos un encuentro de muralistas, y finalmente el grupo Sismo nos dio la idea de hacer un mural y reconocimiento en su ciudad”, detalla Urteaga.
Aclara se trata de “una propuesta autogestiva y será donada, por eso trabajamos para conseguir recursos; la Municipalidad apoya nuestro proyecto (la limpieza y pintura de base, a cargo de Los Pintores de Rosario), Universo (proveedor de las pinturas), IMG Rental y Cumelén Arte Público (asociación civil cultural que reúne muralistas del centro oeste santafesino) y BBZ Construcciones.
A su vez, para Lichi no es un dato menor el agradecimiento a los vecinos que cedieron el espacio. “Las paredes tienen un dueño y cuando hay disposición también se produce esa magia”, destaca. Y agrega: “Va a producir sensaciones de todo tipo porque cobra vida, se comparte y vuela, el resultado final es muy hermoso, cada lugar es muy particular y cada lugar tiene su lazo”.
A la hora de poner manos a la obra, Urteaga describe el trabajo que realiza con “mucha responsabilidad y compromiso de la manera más linda; el respeto con el lugar y el entorno, ya que somos pintores callejeros y pensamos en cómo puede interactuar con los vecinos”. Después viene esa conexión plena con la obra, donde se produce “esa magia que se despega de uno y se apropia de quien la quiera tomar”.
Lichi Urteaga se define como autodidacta y amante de la naturaleza. Actualmente vive en Monje, aunque prefiere decir que vive “en el río, ese caudal que lleva, trae y enseña”. Se dedica íntegramente al muralismo desde 2013 después de una búsqueda introspectiva que hoy lo define como tal: un artista.
En Rosario tuvo varias intervenciones artísticas y luego giró por el país. Participó de la apertura del Festival de Cosquín, también estuvo en Estados Unidos, donde ingresó “mojado (clandestino)” y disfrutó de hermosas experiencias.