El Palacio de los Leones detectó 14 geriátricos que, pese a haber sido clausurados y denunciados judicialmente, siguen funcionando con normalidad. La sanción llegó después de que inspectores del municipio constataran varias irregularidades como la falta de habilitación, escaso personal o malas condiciones de seguridad e higiene. Pero nada cambió. Es más: algunos establecimientos llevan años trabajando ilegalmente. En la Intendencia estiman que hay 508 personas alojadas en residencias de ese tipo que fueron cerradas.
"Podemos labrarles actas todos los días, pero si la Justicia no actúa no logramos nada", se quejó el titular de la Dirección de Inspección del municipio, Rodrigo Gutiérrez, y pidió a los magistrados mayor atención para estos casos sobre los que se teje una trama muy compleja.
La Municipalidad es la encargada de otorgar los permisos de funcionamiento y de controlar que se cumplan las condiciones de higiene y seguridad en cada establecimiento, pero si los encuentra en infracción debe recurrir a la Justicia para desalojarlos. Entonces se suma un problema: buscar otro lugar que reciba a las personas que viven allí.
"Frente a cada clausura de un geriátrico, la Municipalidad notifica a los familiares de los residentes. Algunos se preocupan, consultan por el tema y los retiran; a otros se les hace difícil buscar una nueva institución donde trasladarlos", aseguró el director de Inspección.
La coordinadora del área, Rosalía Cuello, coincidió: "Si cierran esos lugares, ¿dónde se lleva a sus internos? Muchos ya no tienen familia o, si existen parientes, aseguran que no pueden hallar otro geriátrico".
De todos modos, la funcionaria explicó que un médico de la repartición visita todas las residencias clausuradas "por lo menos dos veces al mes" para constatar el estado de salud de los internos.
La semana pasada, policías de la Unidad Regional II clausuraron un hogar ubicado en pasaje Trento al 4200, donde vivían 23 ancianos, porque no tenía habilitación para funcionar. Sin embargo, el asilo de la zona sur no es el único establecimiento en situación irregular. Por lo menos otros 14 están en las mismas o peores condiciones.
Según la Dirección de Habilitación del municipio, en Rosario funcionan 106 establecimientos geriátricos que suman 2.926 plazas de internación. Mensualmente se inspeccionan 80 para comprobar, entre otras cosas, el cumplimiento de las condiciones de seguridad e higiene y que el personal sea suficiente para la cantidad de personas alojadas.
El mes pasado, los controles dejaron dos hogares clausurados (pasaje Trento 4244 y Castro Barros 4910), los que se sumaron a un listado de otros diez establecimientos a los cuales ya les habían indicado el cese de actividades en meses anteriores.
Pero también se volvió a verificar la violación de clausura en 14 asilos sobre los que ya pesaban, además, varias denuncias en los Juzgados de Faltas de la primera y segunda nominación. En total, en estos lugares viven unos 508 ancianos (ver infografía).
De los 14 hogares denunciados a la Justicia, sólo cuatro son casas de familias que reciben, a cambio de un dinero mensual, a personas mayores de edad. El resto son emprendimientos comerciales con entre 10 y 30 camas, excepto el albergue de Mendoza al 7700 (120 plazas).
"En general, en todos estos geriátricos se constató falta de habilitación, ausencia de responsable médico, escasez de personal de enfermería, exceso de residentes o fallas relacionadas con la seguridad como la falta de salidas de emergencia o detectores de gas o humo", explicó Gutiérrez.
Estas irregularidades quedaron asentadas en las denuncias que se presentaron en los Juzgados de Faltas de la primera y segunda nominación. Y no sólo una vez.
"Todos acumulan varias clausuras y también denuncias penales, pero aún así siguen trabajando. Evidentemente, falta una mayor acción por parte de la Justicia", sostuvo el director de Inspección.