Por donde se mire hay calles cerradas, carteles que anuncian desvíos y topadoras. El sur rosarino, un territorio donde se desmarcan barrios tan históricos como olvidados, está en plena transformación. Con el calendario puesto en septiembre, cuando comiencen los Juegos Suramericanos 2026, el distrito parece una gran obra en construcción. La inversión, señalan los vecinos, llega después de décadas de abandono y falta de trabajos de infraestructura. Y es bienvenida.
"Cualquier propuesta para la zona sur se recibe con alegría porque hace falta, tenemos un atraso de 30 años en materia de obras públicas”, señala Germán Gago, presidente de la Vecinal 22 de Julio, ubicada en Grandoli y Centeno.
Con más de 50 años de vivir en el sur rosarino, el hombre destaca que los trabajos no sólo son importantes para quienes viven o trabajan en la zona, "sino para toda la ciudad", aunque reniega de que los proyectos no superen el límite de la calle Ayacucho, dejando de lado los barrios que crecen hacia la ribera del Paraná y tienen "problemas urgentes que atender, como la falta de pavimento definitivo y las zanjas que se desbordan con cada lluvia".
Por el cruce de Ayacucho y Uriburu, parcialmente cerrado al tránsito, circula una pala mecánica que profundiza el cavado de un desagüe. Enfrente, otra máquina atraviesa la superficie impecable de la nueva avenida. El sol intenta abrigar la fría mañana de fines de octubre y Horacio, un jubilado de 70 años, procura vender algo de ropa, calzado y artículos de librería que despliega en la esquina.
"Cuando todo esto termine va a quedar lindo, pero ahora me mata el negocio", dice y cuestiona el desvío de las líneas de colectivos 143, 113 y 107, que tenían su parada en ese lugar. Las ventas del día, menguadas, le permiten estirar su jubilación hasta fin de mes. Y, se sabe, cuando se vive al día, el futuro se hace lejano.
La clienta de una ferretería de Ayacucho y Lamadrid expresa más o menos lo mismo. "Pregúnteme por las obras cuando las terminen", desafía y se queja del sueldo que no alcanza a fin de mes, de la pérdida de respeto a los jubilados y del resultado de las últimas elecciones, entre otras cosas.
La reforma de la avenida Ayacucho, en las quince cuadras que van desde Seguí hasta Lamadrid, que comenzó a principios de enero, podría ser la columna vertebral de los cambios que tienen a la zona sur como protagonista. A tres cuadras del puesto de Horacio, atrás del Museo del Deporte, ya asoman los edificios que albergarán a los atletas que participen de los Juegos Suramericanos.
En Ayacucho y Lamadrid, sobre los terrenos donde hace 15 años funcionó el Batallón de Comunicaciones 121, la llamada Villa Olímpica es un complejo de cinco torres de departamentos con 245 viviendas y locales comerciales que ya se destacan en la geografía de casas bajas del barrio.
A unos metros de allí, en un predio lindero al Centro Municipal de Distrito Sur, en Juan Manuel de Rosas y La Bajada, un cartel anuncia la construcción del Centro Acuático Provincial, un complejo que contará con una pileta olímpica que permitirá desarrollar las competencias de natación, nado sincronizado y waterpolo, alojando también a unos 1.200 espectadores, y otro natatorio para saltos ornamentales y precalentamiento con un aforo de 500 personas.
De acuerdo al último informe del comité local organizador de los juegos, la Villa Olímpica ya tiene un avance de obra del 29%. La estructura de los edificios está terminada y los trabajos se concentran en las instalaciones de desagües, sanitarias, eléctricas y de gas. En tanto, el complejo de piletas tiene un avance del 4 % y, se proyecta, estará terminado a fines del invierno.
A estas iniciativas se suma la reconstrucción de bulevar Seguí, desde Oroño hasta San Martín, como anuncian los carteles ubicados en cada una de esas esquinas. Las obras están próximas a iniciarse y van de la mano con la remodelación del cantero central del bulevar, hasta Ayacucho, que están próximas a ejecutarse.
Postales de barrio
El club Alice, de Ayacucho al 4800, es uno de los varios potreros que pueblan la zona sur. Ubicado en el corazón del barrio Tablada, hace unos tres años fue noticia ya que pasó unas quince fechas sin jugar de local, porque no se podía garantizar la seguridad dentro del predio.
Tablada se formó de trabajadores de los mataderos, el puerto y el ferrocarril. El barrio tomó su nombre de las tablas con las que estaban construidos lo corrales y los bretes donde bajaban los animales que llegaban del ferrocarril y se amontonaban para el sacrificio en el matadero. En la última década fue también el escenario de numerosas crónicas policiales y el territorio de acción de bandas criminales, como la de Los Funes, Los Camino o Los Ungaro.
El miércoles por la mañana, dos efectivos de seguridad conversan en la puerta del club, abierta de par en par. Llegaron hasta allí no convocados por un crimen, sino con la idea de buscar unas camisetas para el torneo que este fin de semana disputarán los equipos de las tres fuerzas nacionales que tienen presencia en la ciudad: Policía Federal, Prefectura y Gendarmería.
Desde las humildes gradas del potrero, pintadas con el color rojo que identifica al club, se asoman los últimos pisos de las torres de viviendas de la villa Olímpica. Como los agentes federales, ya son parte del paisaje. Un vecino que camina por la cuadra se para a escuchar la conversación de los gendarmes y las mira: "Van a quedar lindas, son un lujo para la zona sur. Pero no para nosotros, cuando las terminen nos vamos a tener que ir", se lamenta.
Una inversión millonaria
En marzo pasado, en el Distrito Sur, el intendente Pablo Javkin y el gobernador Maximiliano Pullaro presentaron el plan de obras 2025 para la zona sur de Rosario. Se trata de unas 60 proyectos, de mayor y menor alcance, que prometen marcar "un antes y un después en el desarrollo urbano de la ciudad, mejorando la infraestructura y la calidad de vida de miles de rosarinos y rosarinas", según se señaló en su momento.
Además de las obras para los próximos Juegos Suramericanos, el listado incluye la puesta en valor de las 40 hectáreas del parque Regional Sur; la estabilización de la cascada del arroyo Saladillo y refuerzo del puente Molino Blanco; la terminación del nuevo Hospital Regional Sur; mejoras en el parque de la Colectora en barrio Las Flores; la urbanización del Cordón Ayacucho, Tablada y barrio Moreno; pavimento y reconstrucción de calles; recuperación de plazas; mejoras en centros de salud y polideportivos; y nuevas luces led, contenedores, ciclovías y cámaras.
La inversión total es inédita. El presupuesto oficial para el centro acuático provincial supera los $12.894 millones, la remodelación de Ayacucho tiene asignados otros $15.512 millones, las obras de Seguí están valuadas en $7.855 millones (más otros $2.800 para el cantero central), la terminación del Hospital Regional Sur fue adjudicada en $47.857 millones, y la puesta en valor del parque Regional Sur insumirá oros $ 9.456 millones, por sumar sólo algunas acciones.
Mónica Postiglione es presidenta de la Vecinal Parque Regional Sur. Nacida y criada en el barrio, lleva más de una década reclamando por la falta de mantenimiento y el estado de abandono del pulmón verde más importante del barrio. Ver el obrador montado sobre las calles que bordean el predio la llena de alegría.
"Los vecinos están ilusionados, atentos a que empiecen los trabajos y que se concrete todo lo que se dijo que se iba a hacer", señala. Después de mucho tiempo, "llegó la hora de la zona sur", concluye.