No enviar información personal a través de mensajes de texto, ni divulgar datos financieros a través del teléfono, proteger las cuentas de redes sociales y ajustar los niveles de privacidad de los contenidos que se publican en Facebook, Twitter o Instagram. Estas cuatro recomendaciones hacen punta de lanza de una campaña de la Defensoría del Pueblo para evitar estafas virtuales.
Según advierten desde el organismo, en lo que va del año se duplicaron las denuncias por estafas informáticas respecto a las recibidas el año pasado. Tanto, que habilitaron un espacio de asesoramiento para prevenir este tipo de delitos. “Una vez perpetrados estos robos es muy difícil lograr la devolución del dinero, por lo tanto tenemos que trabajar educando a la población”, advierte Leandro Piazza, director de Atención a la Ciudadanía del organismo.
Los casos que llegan a la Defensoría involucran tanto a varones como a mujeres, de diferentes clases sociales. Las modalidades son también de lo más variadas: los estafadores contactan a sus víctimas vía WhatsApp, por mail o por mensajes de texto.
Hay casos donde se dice a las víctimas que se les ha realizado una transferencia por error y les indican cómo proceder para devolver el dinero; otros en los que se les informa que se bloqueó su tarjeta de crédito o la cuenta del homebanking y también se les dictan los pasos a seguir para solucionar el problema.
Lo que no cambia es el desenlace de estas historias: el resultado siempre es el fraude. “Lo importante es que la gente sepa que esto sucede porque todas estas estafas se construyen sobre la base de la información que dan las propias víctimas”, apunta Piazza.
Los engaños a través de mensajes de texto, llamados telefónicos o el robo de identidad a través de las redes es un tipo delito que creció en la pandemia, con la digitalización de mucha de las actividades que antes se realizaban en forma presencial, no sólo las financieras sino también compras, pago de servicios o trámites en la administración pública.
Piazza señala que en la Defensoría los casos “llegan a diario” y que “en los últimos dos meses se duplicaron”. La Justicia de Rosario recibe unas 25 denuncias por día por este tipo de estafas, un problema que creció en la pandemia.
Las consultas se canalizan a través del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría, quienes orientan sobre los trámites administrativos o judiciales necesarios. Pero, insiste Piazza, lo más importante es tratar de prevenir estas situaciones.
Las cosas por su nombre
De acuerdo con ese objetivo, la Defensoría lanzó una campaña en redes advirtiendo sobre este tipo de delitos. El primer paso para evitar ser víctima de estos fraudes es saber que existen y son muy frecuentes.
Uno de los mecanismos empleados es el “smishing”, que consiste en el uso de métodos de engaño a través de mensajes de texto que llegan al celular para conseguir información personal y hacer un uso fraudulento.
Por eso, desde el Banco Central recomiendan que si se recibe un aviso sobre un supuesto error al realizar una transferencia bancaria, no se debe responder a estos mensajes. Ante cualquier duda, el cliente se debe comunicar telefónicamente con el banco. Tiene que ser el cliente el que llame y nunca aceptar una llamada supuestamente originada en la entidad.
Muchas veces, el contacto se establece a través de páginas de Facebook o Twitter. Hay que aprender a diferenciar un perfil verdadero de uno falso en redes sociales. Los perfiles legítimos tienen una tilde azul de autenticidad. Los perfiles falsos generalmente solo tienen publicaciones muy recientes y poca cantidad de seguidores.
Otra herramienta que usualmente se emplea para tejer estas estafas son los llamados telefónicos. Este tipo de delitos se denomina “vishing”. En estos casos, los delincuentes suplantan la identidad de una empresa, organización o incluso de una persona de confianza, con el fin de obtener información personal de sus víctimas.
Por eso, nunca hay que brindar ningún dato personal (como usuarios, claves, contraseñas, pin, Clave de la Seguridad Social, Clave Token, DNI original o fotocopia, foto, ni ningún tipo de dato), por teléfono, correo electrónico, red social, WhatsApp o mensaje de texto.
Tampoco se debe acudir a un cajero automático, abrir la app o acceder al home banking cuando se recibe una llamada supuestamente proveniente de la entidad bancaria. El cliente debe ser el que origina la llamada.
Y, finalmente, desde la Defensoría advierten que hay que proteger la información que se publica en redes sociales, activando la verificación en dos pasos.
Esta opción se encuentra disponible en la mayoría de las aplicaciones más utilizadas y permite agregar una capa de seguridad extra para evitar el robo de datos confidenciales como domicilio, datos de tarjeta de crédito o se pierda acceso al perfil. Gmail, WhatsApp, Twitter, Facebook, Instagram y Mercado Pago ofrecen esta posibilidad a sus usuarios. En la mayoría de los casos, este mecanismo se activa a través de los datos de configuración.
También hay que evitar publicar información personal en las redes o configurar las cuentas de forma en que a los nombres o fotos de familiares, reseñas de viajes o fechas de vacaciones sólo pueden acceder personas conocidas.
La Defensoría del Pueblo está en pasaje Alvarez 1516, teléfono: 472-1112/08, web www.defensoriasantafe.gov.ar o el mail: [email protected].
Rosario, una plaza en auge para este tipo de delitos
En Rosario, este tipo de delitos se repite. Tal como publicó La Capital hace dos días, el fiscal Matías Ocariz, jefe de la Unidad Fiscal de Investigación y Juicio Nº 204, reveló que en esa dependencia reciben entre 10 y 12 denuncias diarias por este tema, que llegan a 25 diarias si se suma el resto de las unidades en Rosario. “Es un fenómeno que explotó en pandemia. Los estafadores no tienen la necesidad de cometer el hecho cara a cara sino que mandando miles de mails pueden cometer el delito”, sostuvo.
Según datos de la Oficina Municipal del Consumidor, de las 11.760 denuncias realizadas en 2021 en esa dependencia, el 30% corresponde al área financiera y dentro ella, el robo de datos y hackeo de cuentas ocupa el tercer lugar.
El titular del área, Antonio Salinas, explicó que por esa dependencia pasan muchas rosarinas y rosarinos que relatan sustracción de datos vía mail o mensajes de texto. “Hay denuncias de quienes indican que cargaron datos en páginas de algún organismo del Estado como Ansés o el Registro Nacional de Barrios Populares, que les son solicitados para realizar trámites como la AUH o el certificado de vivienda y resultan ser falsas”, explicó el funcionario.