Casi con desesperación, los trabajadores de la empresa de transporte Expreso Júpiter SRL reclaman a los diputados provinciales que avancen en la última sesión ordinaria del año con el proyecto de expropiación de la firma, que ya tiene media sanción del Senado santafesino y que permitirá avanzar hacia la conformación de una cooperativa y resguardar puestos de trabajo que llevan ya varios años sobre la cuerda floja.
En octubre pasado, los senadores aprobaron por unanimidad el proyecto y dejaron incluso explicitado que se trata de una empresa que “en las últimas décadas ha logrado constituirse como uno de los transportes de mayor referencia para la ciudad de Rosario y alrededores”, pero que "desde septiembre de 2009 se vio virtualmente paralizada ya que no pudo garantizarse una gerencia conjunta entre los herederos de los propietarios, por falta de acuerdo entre los mismos”, un escenario que derivó en un fallo de disolución de la sociedad empresa, y que la pone de cara a la liquidación de sus activos y desaparición.
Desde ese momento, hace ya más de diez años, los entonces 55 trabajadores de la firma buscaron la forma de mantenerla a flote y no perder sus empleos. Se pusieron al frente y gestionaron la firma ellos mismos durante casi un mes, fueron corridos por la Justicia, y desde entonces dan pelea por evitar la liquidación de los vehículos y galpones que son parte fundamental del servicio que prestan y que aún les permite sostenerse a ellos y a sus familias.
Son 50 los empleados que Expreso tiene en Rosario, quienes trabajan en el depósito de Arijón 670 y otro tanto en el depósito de La Paternal, en Buenos Aires, donde van y vienen los dos camiones propios de la empresa tiene. El resto del trabajo se hace en forma tercerizada a través de diferentes servicios de fletes.
El camino de la expropiación
“Necesitamos urgente que el juez dictamine la quiebra o la Legislatura apruebe la expropiación”, decía Sebastián Corvalán, uno de los empleados, ya con premura en febrero del año pasado dejando en claro el riesgo que corría la firma ante “deudas millonarias y abandono de la administración”.
Los trabajadores tomaron, de hecho, la gestión de la compañía durante tres semanas, pero una orden judicial terminó con esa posibilidad y ahora, peor aún, dispuso la liquidación de los bienes de la empresa.
Ya hace tiempo que los trabajadores tienen todos el proceso administrativo encaminado para convertirse en cooperativa, y reclaman desde entonces la aprobación de la expropiación por parte de la Legislatura santafesina o que la Justicia modifique la orden de liquidar el patrimonio.
En octubre consiguieron los votos del Senado, pero de cara a la última sesión de 2020 que será este jueves, insisten en el pedido en la cámara Baja.
“Pese a que la aprobación por unanimidad en Senadores fue hace ya más de un mes, la iniciativa aún no fue tratada en la Cámara de Diputados. La inminencia del cierre del año legislativo nos hace temer que el proyecto quede sin aprobar hasta el año próximo, generando una nueva etapa de incertidumbre y temores en nuestro largo camino de esfuerzo permanente y propuestas viables para conservar nuestras fuentes de trabajo”, señalaron los trabajadores.
En insistieron en el deseo de “poder seguir ganando dignamente el sustento, recuperando definitivamente una empresa que de lo contrario, marchará hacia su liquidación y a engrosar las tristes estadísticas de la desocupación”, un reclamo que se enmarca en un escenario donde el desempleo en el Gran Rosario rozó el 18 por ciento en el segundo trimestre del 2020.