La Misión Hermana María Jordán celebró, el pasado martes 25 de noviembre, sus treinta años de compromiso y esperanza en el barrio Empalme Graneros, cuya obra transformó la vida del vecindario de su nacimiento en la década del '90.

Una emotiva jornada reunió a familias, docentes, vecinos y autoridades para conmemorar tres décadas de trabajo educativo, social y espiritual en el histórico barrio rosarino
La conmemoración incluyó una procesión, una misa presidida por el Obispo Auxiliar Monseñor Ernesto Fernández, actuaciones artísticas y un emotivo repaso por la historia del lugar.
La Misión Hermana María Jordán celebró, el pasado martes 25 de noviembre, sus treinta años de compromiso y esperanza en el barrio Empalme Graneros, cuya obra transformó la vida del vecindario de su nacimiento en la década del '90.
La conmemoración incluyó una procesión, una misa presidida por el Obispo Auxiliar Monseñor Ernesto Fernández, actuaciones artísticas y un emotivo repaso por la historia del lugar.
La jornada fue el cierre del Triduo Preparatorio “30 años sembrando esperanza”, realizado en el Centro Comunitario María Madre de la Esperanza, donde vecinos y familias volvieron a encontrarse para valorar el camino recorrido y proyectar nuevos sueños colectivos.
A principios de los años ’90, Empalme Graneros atravesaba una etapa de gran vulnerabilidad. El predio donde hoy se levantan las aulas y salones comunitarios era entonces un basural y un espacio abandonado que simbolizaba las carencias históricas del barrio.
Fue allí donde la Hermana María Jordán, junto a un pequeño grupo de colaboradores, comenzó una tarea silenciosa y decidida: acompañar a las familias, brindar apoyo escolar y ofrecer contención espiritual. En esta etapa también comenzaron a colaborar quienes hoy integran la Comisión Directiva: Oscar Bejer (presidente), Adolfo Aronna (vicepresidente), Oscar Tártara (secretario), Perla Kalkamuggi (tesorera), Ricardo Terán (vocal titular) y Raquel Melian (vocal suplente).
Ese espíritu fundacional —basado en la pedagogía de la ternura y la cercanía— se mantuvo intacto a lo largo de tres décadas y hoy es reconocido como uno de los pilares que permitió resignificar la identidad del barrio, generar oportunidades educativas y fortalecer los vínculos comunitarios.
La jornada del aniversario comenzó a las 18.30, con una procesión por las calles del barrio encabezada por la imagen de María Madre de la Esperanza, figura que acompaña a la misión desde sus primeros pasos. La caminata reunió a familias enteras, docentes, exalumnos, vecinos históricos y jóvenes que heredaron la obra.
El ingreso al predio estuvo marcado por un clima de celebración compartida. Allí aguardaba el Obispo Auxiliar, Monseñor Ernesto Fernández, quien presidió la Santa Misa y destacó el valor testimonial de la misión como faro de fe y acción social. Durante las ofrendas, se acercaron almanaques, estampas, trabajos escolares y otros signos que expresan la vida espiritual y educativa de la comunidad.
La presencia de familiares directos de la Hermana María Jordán, llegados especialmente desde el exterior, otorgó un carácter profundamente emotivo al encuentro. No solo acompañaron la celebración, sino que también compartieron recuerdos, anécdotas y palabras de gratitud hacia quienes continúan la obra que ella inició con un compromiso inclaudicable.
El docente e historiador del barrio, Claudio Murcilli, tomó la palabra para repasar los hitos centrales de estas tres décadas: la recuperación del predio, la creación de los primeros espacios de apoyo escolar, la formación de talleres comunitarios, el crecimiento del jardín y la escuela primaria, y la apertura de espacios de espiritualidad que acompañaron a generaciones enteras.
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Uno de los rasgos distintivos de la misión ha sido siempre la integración de la creatividad como herramienta de crecimiento. Por eso, el aniversario incluyó presentaciones artísticas: los alumnos de quinto grado realizaron una puesta en escena de danza y los estudiantes de primer grado interpretaron “Libre como Francisco”, una canción muy apreciada por la Hermana.
La noche culminó con una cena a la canasta, organizada junto a un buffet a beneficio de la misión. Se vivió un clima familiar, distendido y fraterno, donde los vecinos compartieron anécdotas, fotos antiguas, recuerdos de la Hermana y proyectos por venir.
El aniversario fue también ocasión para compartir un anuncio largamente esperado: en 2026 abrirá sus puertas la Escuela Secundaria de la Misión Hermana María Jordán. Este paso representa un avance fundamental que dará continuidad educativa a cientos de jóvenes del barrio, evitando traslados, fortaleciendo el arraigo y ampliando horizontes de inclusión.


