La lluvia y las inclemencias climáticas fueron las inesperadas invitadas a la primera jornada de celebración de casamientos en El Rosedal del parque Independencia. Los anhelos de formalizar estas uniones civiles con una escenografía totalmente renovada, con más de 7.500 rosas nuevas de 37 especies diferentes, chocaron contra las condiciones meteorológicas que ayer se dejaron dominar por un cielo gris, una lluvia incesante y por una temperatura impropia de esta recta final del año. Más allá de estos inoportunos condimentos, las doce parejas que estaban programadas, igual lograron sellar sus promesas de amor.
Por la lluvia, sólo los dos primeros casamientos pudieron concretarse en El Rosedal, tal como estaba planeado. Luego, los otros cuatro del turno mañana y los seis de la tarde, se desarrollaron muy cerca, en el Invernadero del Museo de la Ciudad.
Afortunadamente, los encargados de la organización tenían previstas estas alternativas, ya que el pronóstico indicaba que podían surgir las complicaciones. El traslado no derivó en sorpresas o reacciones traumáticas. Todo lo contrario, todas las parejas mostraron una excelente predisposición para adaptarse a las circunstancias.
La de Patricia y Cristian fue la primera pareja que dio el ansiado "sí", en ese sector remozado del parque Independencia que, por iniciativa de la Secretaría de Ambiente y Espacio Público de la Municipalidad, desde ayer está habilitado para este tipo de reuniones. Más allá del cielo, que arrimaba cada vez más amenazas, el marco fue de gran emoción ante familiares, amigos.
"Fuimos unos privilegiados por haber sido los primeros en vivir esta experiencia, en este lugar hermoso. Gracias a Dios el tiempo nos acompañó, aunque no sabemos hasta cuándo aguantará", confiaron estos jóvenes de 21 años, casados por la referente del Registro Civil Liliana Lifranco.
Oportunidad
"Queríamos aprovechar esta oportunidad, el paisaje, y todo lo que nos brindaba la Municipalidad, con la banda de música y las fotos", comentó Patricia. Minutos más tarde, la lluvia obligó al traslado.
Por la tarde, todo se desarrolló en el Museo de la Ciudad, que estaba preparado para la ocasión. La banda de jazz "Milton Méndez y su cuarteto" (teclado, contrabajo, trompeta y redoblante), se acomodó dentro de un salón blanco, ambientado bajo ese mismo color, y muchas flores. En ese turno, los enlaces estuvieron bajo la supervisión de la jueza de paz Victoria Armas. Y el comienzo del segundo turno se demoró unos minutos porque los testigos llegaron tarde. Por eso, Jéssica (25) y Félix (28) se pusieron un tanto nerviosos, aunque la inquietud se fue rápido merced al oficio de la agente del Registro, que condujo la ceremonia con suficiencia y simpatía.
"A algunos les costó encontrar el lugar y por eso arrancamos un poco tarde, pero por suerte todo salió bien", expresó Félix, todavía inquieto. "Dicen que la lluvia trae suerte, esperemos que así sea y que la felicidad nos acompañe", rogó por su parte Jéssica, mientras posaba junto a toda la familia en el frente del Museo de la Ciudad.
Luego, todo retomó el ritmo pretendido. "Esta es una iniciativa hermosa, lamentablemente el clima no acompañó. Pero siento que todo esto es muy inspirador, y puede ser el inicio de otras cosas más grandes en El Rosedal", remarcó la jueza Armas.