Tal vez los recortes de presupuesto y el despido de 49 personas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) sirvan, al menos, para poner de manifiesto cuál es la realidad que atraviesan los investigadores en el país, destacar su rol en el campo de la investigación, a la cual le dedican prácticamente sus vidas, y su sentido de pertenencia y amor propio por la educación pública y el Estado como resortes capaces de devolverle a la sociedad todo lo que les dio a lo largo de estos años. Esfuerzo, dedicación, compromiso y entrega para poder contribuir a políticas públicas que permitan mejorar la vida de la población a nivel local y también mundial, una marca registrada de los científicos y científicas que promovió este país a lo largo de la historia. Aquí el relato de una bióloga que cursa su tesis doctoral en base a un proyecto de investigación sobre las bases metabólicas y moleculares que podrían desencadenar el mal de Parkinson y otra investigadora que se encaminaba a concursas la Carrera de Ingreso al Conicet (CIC), a partir de su trabajo doctoral y posdoctoral en antropología de la educación en contextos carcelarios. Sin embargo, esa posibilidad quedó "cercenada" por el gobierno de Milei en el marco de su plan de shock.
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También apuntó como una situación "tremendamente injusta" para quienes se formaron en el ámbito estatal que haya "muchísima gente" que les hable del sector privado y el exterior como una posible continuidad a su futuro, algo que descartan de plano por una infinidad de motivos. "Esa posibilidad es prácticamente nula porque no hay suficiente oferta, interés ni inversión en el sector privado, puesto que no les interesa avanzar sobre cuestiones como las que estamos investigando. Eso lo hace el Estado para mejorar la vida de la gente y esa posibilidad en otro lugar no la tenemos y tampoco podemos continuar el doctorado en otro lado; quiero hacer ciencia en el país", enfatizó.
Florencia Guastaferri se encuentra actualmente en el segundo año de su tesis doctoral. Ingresó al Conicet en 2022, al año de haberse recibido como bióloga en la UBA y por eso vino al Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) para continuar con sus tesis doctoral aplicada en el campo de enfermedades no endémicas - degenerativas como el mal de Parkinson. Ella investiga a través de la Resonancia Magnética Nuclear, In-cell-RMN, a partir de la caracterización estructural de la interacción entre la proteína alfa-sinucleína y ácidos grasos insaturados in vitro e in vivo.
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Trabajadores y bacarios del Conicet realizaron una protesta en el CCT de Rosario.
"Lo que me atrajo mucho de esta propuesta es que se usa una técnica muy novedosa, que es la Resonancia Magnética Nuclear in vivo (espectroscopía), que es algo que está poco desarrollado y lo hacemos en Rosario. Tiene la particularidad de que estamos investigando cómo se origina esta enfermedad que no tiene cura y no se entiende en detalle, tampoco tiene prevención y sólo existen cuidados paliativos. Por eso la importancia de desarrollar nuevos enfoques terapéuticos y poder diagnsticarla de manera temprana, ya que una vez detectada ya se presenta con un deterioro un deterioro del sistema nervioso", apuntó.
Para ello, Florencia y un equipo de investigadores trabajan con un modelo animal y se enfocan en todo lo que tiene que ver con el metabolismo de la enfermedad. "Lo que se sabe es que el mal de parkinson está muy vinculado al desperfecto en el metabolismo de lípidos y el mal funcionamiento de una proteína, que se llama alfa - sinucleína. Lo que vemos es que esta proteína altera el metabolismo de lípidos en el modelo, por eso investigamos cuáles son las causas entre esta proteína y el mtabolismo de los lípidos, y tiene un rol hipotético que participa en la liberación de neurotransmisores", explicó.
"La proteína se viene investigando hace varios años, pero lo más novedoso es el modelo y el enfoque para estudiar a los organismos modelo, ya que los podemos estudiar mientras están vivos, sin necesidad de tener que realizar un extracto lipídico para conocer cómo se alteran los procesos en un contexto de constantes cambios", abundó.
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En ese marco, comentó que a esa tesis doctoral le quedan tres años por delante, pero desde diciembre pasado trascendió la información de que no había presupuesto asignado acorde a la inflación y se prorrogó el presupeusto de 2023. "Se calcula que habrá fondos hasta mitad de año y nos genera muchísima incertidumbre, ya que tanto becarios como el resto del personal no sabe si va a tener continuidad a partir de mitad de año", alertó.
Guastaferri vive cerca del IBR y remarca que su trabajo de investigación es de tiempo completo, de dedicación exclusiva como otros becarios y docentes de las universidades públicas del país. "El trabajo de investigación es de tiempo completo y nos permite tener dedicación exclusiva; hay quienes también hacemos docencia, está permitido pero está acotado porque la idea es estar abocados a la temática", comentó.
Investigar en las cárceles de Santa Fe
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Eva Routier y su pequeño hijo en plena asamblea. La investigadora cursa su tesis posdoctoral y aspira a ingresar a la CIC.
Eva Routier tiene 37 años y es mamá de un niño de un año y medio. Nación en la ciudad de Santa Fe y vive en Rosario desde que llegó cuando tenía 18 años. Se graduó como antropóloga en la Facultad de Humanidades y Artes y desde hace 9 años lleva un derrotero por los penales de la provincia para investigar sobre la antropología de la educación en contextos carcelarios, con el cual aspira a obtener su beca posdoctoral, si es que las autoridades del Conicet así lo permiten, cosa que no asoma como posibilidad al menos durante este 2024. Eva llegó a dar talleres culturales y artísticos en penales como La Redonda (Unidad Penal Nº3) y la mítica cárcel de Coronda, Además, comenta en declaraciones a La Capital que llegó a formar parte del colectivos de educadores e investigadores en ámbitos de encierro como lo es La Bemba del Sur, de la mano del doctor en comunicación y docente de la UNR Mauricio Manchado, quien a su vez es el director de sus tesis posdoctoral.
"A los 26 años terminé la carrera de antropología, tengo un nene de año y medio y alquilo en Rosario en un lugar cercano al CCT. Por eso digo que cuando te dan una beca no es estar en tu casa leyendo, es tener una práctica activa en contextos cacelarios, como en mi caso. Este recorte me deja virtualmente sin trabajo y sin inserción laboral en otros ámbitos, pese a que cuento con un recorrido que lleva más de 9 años entre doctorado y posdoctorado", comentó.
En ese marco, explica que quienes ingresan al Conicet lo hacen en calidad de becarios y cuentan con cinco años para presentar la tesis doctoral, que se evalúa a través de un Tribunal, para luego aspirar a la posibilidad de acceder a una beca posdoctoral. "Justamente el sentido es poder construir el recorrido junto con los antecedentes para poder aplicar al ingreso a carrera de investigación (CIC), que es como el ingreso a planta en Conicet, y es justo la posibilidad que tengo cercenada en este momento", lamentó.
Ocurre que la beca posdoctoral se le termina a principios de este año (en marzo) y estaba abierta la convocatoria para acceder a la CIC, pero en diciembre pasado, antes de la asunción de Daniel Salomone (nuevo presidente del Conicet), les informaron que esa convocatoria iba a quedar en suspenso y lo único que se iba a hacer era una orden de mérito a los solicitantes. De esta manera, dejaba en suspenso la posibilidad de ingresar a la CIC cuando haya presupuesto. "De modo que, en términos sencillos, quienes venimos investigando quedamos desempleados", resumió.
Un proyecto de investigación de más de 9 años
Routier lleva en sus espaldas y en su cabeza un proyecto que abunda sobre las experiencias de educación de varones en contextos de encierro en la provincia. "Me aboqué a estudiar cuáles eran las experiencias de escolarización en el nivel secundario de ingresos y accesos en las cárceles de la provincia, según las experiencias de detenidos. Pude trabajar en la Unidad Penal Nº3 (La Redonda) y el complejo de Coronda para establecer comparativas y reconstruir el escenario educativo a nivel provincial. Allí pude ver que en los últimos años se estaba proyectando un acceso mayor cuando antes no existía, pero siempre dentro de los procesos de selección, a partir de las dinámicas internas del ámbito penitenciario", precisó.
Gracias a ese trabajo y esa posibilidad deescolarización que se brinda dentro de ese espacio penitenciario, estas personas privadas de su libertad aprovechan esa posibilidad "al ciento por ciento" para poder completar la alfabetización, el acceso a documentación como el DNI y cambiar el modo de convivencia hacia el interior de la cárcel para alivianar conflictos, de modo que el impacto hacia el interior y la trayectoria futura del detenido tienen un impacto muy importante.
"Me encontré con personas que podían acceder a la secundaria dentro de la cárcel cuando en otros contextos barriales no aparecía ni siquiera en el horizonte, y que las personas detenidas iban a la escuela para aprender por cuestiones que tienen que ver con la lecto escritura, que les permite pensarse de un modo distinto tanto hacia adentro como en el afuera para su inserción social, laboral y familiar", destacó Routier aunque aclaró que "lejos de alcanzar a las mayorías alcanza a unos pocos, pero en definitiva ayuda".
Ese trayecto lo recorrió viajando una vez al mes a Coronda, donde se quedaba varios días, y el resto de los días lo hacía en La Redonda. En ambos espacios dictó distintos talleres culturales y artísticos, incluso participó en proyectos para personas que querían ingresar a la universidad. "Muchas de ellas ni siquiera sabían que estaba la universidad pública; de hecho, en la UNR existe una dirección socioeducativa en contextos de encierro que permite fomentar ese acceso.
Con el ingreso a la CIC, Eva pretende saber cuál es el impacto de su proyecto porque estas actividades educativas en contextos de encierro vienen creciendo, se vienen fortaleciendo y mantienen cierta continuidad en la inserción educativa y laboral, pese al contexto desfavorable que atraviesa el país.
"Más allá de eso, no creo que pueda existir una respuesta directa que ligue la inserción educativa y laboral de las personas por haber participado en un proyecto educativo carcelario, pero sí genera cierto impacto de políticas públicas para fomentar todo esto, por eso mi proyecto posdoctoral, para poder produndizar y contribuir porque los sujetos ponen todo lo que pueden para que eso suceda", valoró.
En cuanto a la coyuntura que atraviesa el Conicet, apunta que el entre el 50% y el 60% de los posdoctores no ingresan a laCIC. "Eso implica tener un antecedente y recorrido profundo en la investigación, que se mide en relación a las publicaciones en revistas nacionales e internacionales, además de la experiencia de investigación en docencia, la participación en proyectos individuales y colectivos de proyectos de investigación.
"Mi investigación doctoral culminó con un libro. «Acá hay escuela. Experiencias de escolarización en cárceles del sur provincial»", destaca Eva Routier, quien cuenta con una basta trayectoria en diversas publicaciones relacionadas a esa temática en contextos de encierro. Sólo basta con visitar la página del Conicet para dar muestras de eso y de tantos otros investigadores e investigadoras que hoy por hoy ven cercenados sus derechos de poder avanzar en pos de un país con investigadores que apuestan a la soberanía nacional y no quieren saber nada de "fuga de cebreros".
Es por eso que este martes realizaron una asamblea en el Centro Ciéntifico Tecnológico (CCT) de 27 de Febrero y Esmeralda para analizar los pasos a seguir en este plan de lucha que encabezan desde que comenzaron a cursar las cesantías de 49 trabajadores a lo largo y a lo ancho del país.