"La culpa es tuya, Indio", escribió un espectador que estuvo en el recital
Lo podría discutir, pero ni me conoce y mi opinión no creo que le interese. Pero, siempre un pero, a mí sí me encantaría saber qué opina que niños de meses, bebés, ingresen a sus multitudinarios espectáculos donde los riesgos a los que están expuestos son infinitos.
13 de marzo 2017 · 00:00hs
Lo podría discutir, pero ni me conoce y mi opinión no creo que le interese. Pero, siempre un pero, a mí sí me encantaría saber qué opina que niños de meses, bebés, ingresen a sus multitudinarios espectáculos donde los riesgos a los que están expuestos son infinitos.
"No puede ser que 20 borrachines arruinen la fiesta", o algo parecido dijo el Indio tras interrumpir por primera vez su misa en Olavarría, a la vez que reclamaba que nos cuidemos alejándonos un poco del escenario.
Al Indio se lo notaba molesto, irritado por la situación, como si no supiera que la "previa" al show dejó intoxicada a toda la ciudad de latas de cerveza y que el bien más preciado fue el hielo para el fernet. Pero también parecía desconocer que durante el show se podía comprar cerveza, y mucha.
Lo que también influyó para que la gente se agolpe frente al escenario o muy cerca fue el pésimo sonido con el cual no pudimos disfrutar de la ceremonia. A pesar de estar a una distancia respetable, tenía de frente las columnas 11, 14 y 15, pero podía escuchar con claridad lo que hablaban mis compañeros desconocidos mientras sonaba "To beef ir not beef" o "Nuestro amo juega al Esclavo". Una pena lo del sonido, no se pudieron escuchar varias de las quejas Indio.
Tardó 40 minutos en reanudar el show, imponiendo "un tema más tranquilo para calmar los ánimos", creo que dijo. No alcanzó. Los 20 borrachines no habían sido "rescatados" y el ex Redondo decidió cortar un rato más. Volvió y siguió con el show. De los borrachines no supe más.
Las columnas jamás mejoraron su performance y ya sentía que los 800 mangos de la entrada eran guita tirada, porque además del pésimo sonido, nadie me la exigió al entrar al predio. Como siempre, el showman interpeló a los jóvenes que tengan más de 40 años y que dudan de su identidad a recurrir a las Abuelas de Plaza de Mayo. Bien por eso. La única bandera política del recital que flameó con más fuerza era de La Cámpora.
El Indio también creyó oportuno, y está bien, dar su parecer sobre el proyecto de la baja de la imputabilidad, llamando a seguir de cerca lo que hagan los diputados y senadores al respecto.
Me fascina la carrera solista del Indio. Tengo sus discos en original y no escatimo a la hora de pagar sus costosas ediciones. Hasta compro para regalar.
Lamentablemente no le compro más una entrada al Indio, primero porque muchos de los que lo van a ver tampoco la van a comprar.
Segundo porque el mal show de Olavarría me dejó esa sensación que no vale la pena el esfuerzo.
Christian Nieto / Jefe de redacción del sitio Nuevos Papeles
Especial para NA