Silvina Salinas
El desarrollo Costavía, en Rivadavia y Rodríguez, es uno de los grandes emprendimientos que se animan a enfrentar las dificultades.
Asimismo, para este año de carácter electoral que está iniciando genera trazos con inquietudes parecidas, con la probabilidad de sufrir "algunos coletazos" por efecto de la inflación y de pérdidas muy importantes en el capital de trabajo.
"Este año se sentirán sin dudas los efectos del anterior, seguramente será un año sólo para sostener la actividad", señaló Franco Gagliardo, referente de la Cámara Argentina de la Construcción, delegación Rosario, y uno de los titulares de la firma Obring.
El empresario local se animó a analizar un tablero de acción con muchos obstáculos e interrogantes.
"La construcción tiene distintos subsectores, que a veces tienen realidades diferentes: la obra pública, la obra privada, y el sector de desarrollos inmobiliario", comenzó a explicar Gagliardo.
Sobre el nivel nacional, apuntó que "el 2018 fue un año que presentó dificultades. Se puede llegar a decir, que para todo el sector de la construcción fue un año bastante complicado, un año de caída, sobre todo en los últimos meses de la temporada. A nivel nacional hubo caídas importantes, muy traccionadas por la obra pública, y por el tema inflacionario y devaluatorio, que también afectó al sector inmobiliario".
Pero advirtió que a nivel santafesino, "hubo un impulso de las autoridades de la provincia y la obra pública se pudo sostener con mucho esfuerzo. Eso permitió a todas las empresas de la región seguir en actividad, trabajando, y con cierta diferenciación que hubo en la actividad económica, hizo que las obras privadas puedan mantener el ritmo".
"Lo que nos afectó a todos, igual que a muchos sectores de la economía, fue el tremendo proceso inflacionario, que significó pérdidas muy importantes, sobre todo en obra pública. Hay un sistema de redeterminaciones que es lento, no se actualiza en forma inmediata, que tiene índices que muchas veces están desactualizados y tardan mucho en salir, y en estos procesos hiperinflacionarios con tanta influencia de la devaluación, provocó pérdidas importantes", precisó Gagliardo.
Y agregó que "hubo contratos que se siguieron ejecutando con valores muy deteriorados, y se perdió rentabilidad, y muchos contratos terminaron trabajando a pérdida".
Habrá coletazos
En relación al futuro inmediato, el empresario remarcó que "esto va a generar coletazos importantes en 2019, por pérdida de capital de trabajo de todas las empresas, por efecto inflacionario y devaluatorio".
Desde el manejo de la firma Obring, que incluye los distintos sectores de la construcción, evaluó que "el panorama para 2019 será recesivo en lo que tiene que ver con el ámbito privado, ya que no tenemos grandes esperanzas de poder alcanzar contratos importantes. Sí, creo que se va a seguir trabajando fuerte con algunos desarrollos inmobiliarios que siguen siendo son atractivos para la inversión".
Sobre estas posibilidades particulares, amplió: "Se trata de obras que están en construcción, en pozo, porque todos aspiran a entrar con precios más bajos, y estos son activos que van a recuperar su valor en dólares. Todavía es como comprar dólares baratos, porque no se actualizó al valor del dólar. Los desarrollos inmobiliarios están más baratos en dólares que hace un tiempo y creemos que son una buena oportunidad económica en este momento".
"Esto se nota un poco en la ciudad de Rosario. Esa actividad marca que se mantiene. Y algunos desarrollos nuestros como Costavía y Río Arriba están teniendo buena demanda, a pesar del momento difícil a nivel general", comentó el empresario.
Cotizan acá
Profundizando el panorama de la construcción, reconoció que "a la obra pública la vemos mucha atención", y subrayó que al menos "la obra pública provincial no se para, que es nuestro principal comitente".
Pero en el análisis general fue contundente y resaltó una perspectiva inquietante: "El país está con todas las obras públicas paradas, y eso hace que muchas empresas de todo el país vengan a cotizar a la ciudad de Rosario y a la provincia de Santa Fe. Esto hace más difícil obtener contratos y se vuelve muy competitiva cada instancia. Hay mucha demanda de trabajo y eso hace que los precios se deterioren, en un esquema hiperinflacionario, y así los contratos terminan siendo a precios viles, a pérdida".
Para graficar, Gagliardo enfatizó: "Este año se sentirán los efectos del año anterior, con pérdidas en los capitales de trabajo, por eso el panorama incluye muchos riesgos. La intención principal de las grandes empresas es mantener la obra, quizás con sacrificios de rentabilidades, seguramente será un año sólo para sostener la actividad".
Por Martín Stoianovich