El verano llega a su fin y muchos trabajadores del rubro de las piletas empiezan a hacer un balance de temporada. Los resultados, como era de esperarse, no son buenos. Aseguran que esta temporada fue “la peor en muchos años”.
Según especialistas en el rubro de las piletas, en 2024 directamente no se vendió.
El verano llega a su fin y muchos trabajadores del rubro de las piletas empiezan a hacer un balance de temporada. Los resultados, como era de esperarse, no son buenos. Aseguran que esta temporada fue “la peor en muchos años”.
La construcción de las piletas y sus derivados, así como su climatización, venían de una buena racha ya que durante la pandemia quienes no se iban de viaje se inclinaban por estas inversiones. Sin embargo, esto se terminó.
Según explicaron, este parate comenzó con la especulación vinculada a las elecciones presidenciales, allí se frenó el movimiento del mercado. Especialistas en el rubro sentencian que en 2024 directamente no se vendió.
La temporada para las piscinas arranca en agosto con las consultas y el proceso de venta dura aproximadamente un mes, por lo tanto, las operaciones se concretan entre septiembre y octubre. Pero durante 2023 se cortó. La crisis económica, que se aceleró tras las elecciones, generó una caída en picada en el sector. Lo que años atrás con la pandemia fue un boom que hizo explotar el rubro hoy es angustia e incertidumbre.
Luciano Viso Romero es dueño de Visolar, una empresa dedicada a la climatización de piletas con energía solar, y confesó a La Capital que esta temporada fue “la peor en muchos años”. Además, indicó que desde que comenzó con el proyecto, año tras año, las ventas crecían y hasta se duplicaban. “Cuando llegó noviembre las compras ya habían decaído notablemente, y de diciembre hasta ahora ni siquiera hubo consultas”, señaló.
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Según explicó el emprendedor, el perfil del cliente de este rubro es de clase media y media alta. Estos sectores de la sociedad que usualmente tenían un buen pasar o cierta estabilidad económica, con el contexto inflacionario crítico que atraviesa el país, comenzaron a recortar gastos e inversiones con las que se daban un gusto.
“Nuestros clientes nos pedían formas de pago que ya no podemos ofrecer. Hay tres empresas en la Argentina que fabrican este producto, una es la nuestra. Se trata de sustitución directa de importaciones y energías renovables, por lo que teníamos bastantes beneficios que podíamos trasladarles a los clientes, pero ahora desaparecieron por completo”, indicó Viso Romero en relación a los programas de financiación como el Ahora 12, un método que luego de casi 10 años funcionando, el gobierno de Javier Milei decidió eliminar.
“Por lejos, la peor temporada desde que estoy trabajando”, coincidió el arquitecto Daniel Trípodi, que se sumergió en el rubro de las piletas el verano después de la cuarentena. Durante ese período tuvo varios proyectos, ya que, para sortear la pandemia, muchos rosarinos decidieron no exponerse a emprender viaje y tomarse vacaciones dentro de casa. Sin embargo, señaló que por la crisis, este año no construyó ninguna.
La pandemia de Covid-19, que en su momento hizo agonizar al turismo, provocó que se disparara la construcción de piletas. Muchos rosarinos eligieron revalorizar sus viviendas ante la incertidumbre que generaba no saber qué pasaría con los traslados. Ese contexto hizo que las empresas no dieran abasto para atender a aquellos que tomaban la decisión de volcarse en este tipo de proyectos.
Un ejemplo que visibiliza este boom se dio cuando en 2020, la Cámara Argentina de Construcción expresó en un comunicado su “profunda preocupación por la falta de arena”, un insumo fundamental a la hora de construir piscinas. Además, por ese entonces se le sumó también la falta de equipos, como las bombas y filtros. Ante una alza en las ventas de ese calibre no se llegaba a abastecer la demanda.
En este marco, Trípodi, recordó: "Ese verano fue una locura, hubo mucha demanda de piletas, quinchos, reformas hasta tal punto que era difícil conseguir algunos materiales. Los filtros y bombas de piletas eran casi imposibles de conseguir y obvio que los que conseguías te los vendían carísimos, a su vez una semana hubo faltante de arena".
Y continuó: "Desde las elecciones generales hasta el momento está todo muy quieto. Recién esta semana se contactaron unos clientes, una pareja que trabaja para el exterior y gana en dólares. En general, nadie está haciendo gastos extra".
Desde Visolar coinciden, y es que en relación a la pandemia “hubo una baja muy notoria”. Determinaron que aunque en 2022 la gente se iba de viaje, no habían notado una retracción tan grande en la producción de materiales. “Realmente se marcó en los últimos meses de 2023 y 2024 directamente no se vendió”, finalizaron.