El caso del empleado de Tribunales que tomó un taxi en Buenos Aires para viajar hasta Rosario y no pagó por el servicio, tuvo en las últimas horas la primera novedad en el marco del proceso penal al que fue sometido. El personaje en cuestión, que logró captar la atención de los medios de comunicación, porque embaucó al taxista por 42 mil pesos y porque también se le halló en su poder un auto robado, seguirá detenido con prisión preventiva, imputado de estafa y encubrimiento mientras la causa judicial avanza hacia la realización de un juicio.
En la audiencia imputativa realizada este miércoles en el Centro de Justicia Penal, el fiscal Franco Carbone acusó a Gonzalo O., de 30 años, haber tomado un taxi, en la madrugada del 14 de junio, en la estación terminal de Retiro de Capital Federal con la intención de viajar a Rosario y de haber engañado al chofer sin pagar los 42 mil pesos que insumieron ese servicio.
De acuerdo a los indicios de prueba reunidos por el fiscal, Gonzalo O. le requirió al conductor de un taxi perteneciente de la empresa City Taxi de Buenos Aires si podía llevarlo a los Tribunales Provinciales de Rosario, en Balcarce y Pellegrini.
Cliente y chofer pactaron el precio de 35 mil pesos por ese servicio y salieron en un viaje que culminó a las 5.20 aproximadamente frente al Palacio de Justicia rosarino. Pero al llegar a destino, Gonzalo O. le dijo al chofer que iría a buscar dinero a su oficina para afrontar el pago del viaje. Lo cierto es que transcurridos unos diez minutos aproximadamente, el taxista decidió ingresar al edificio en busca del pasajero para que le pagara la suma adeuda. El fiscal señaló que luego de varias horas, y a raíz del accionar policial y de varios testigos, se pudo ubicar y aprehender al embaucador, quien se encontraba vestido de manera distinta al momento de comenzar el viaje. Se estableció que trabajaba en la sección Archivo.
El fiscal Carbone le imputó el delito de estafa, al considerar que Gonzalo O. dio a entender una intención de pago al solicitar el traslado, con el conocimiento cabal de la imposibilidad de su concreción al momento de arribar a destino. Según Carbone, hubo una voluntad inicial de no pagar, que se encubrió con la apariencia de solvencia que todo pasajero tiene al abordar este tipo de vehículos. El fiscal dijo que el conductor fue engañado y sufrió un perjuicio en su patrimonio que sumado a las horas que tuvo que esperar para volver a la ciudad de Buenos Aires, las pérdidas en su economía ascendieron a la suma de 42 mil pesos.
Carbone también imputó al empleado judicial haber recibido con conocimiento de su procedencia ilícita un automóvil Citroën C3, de color bordó. Durante esta parte del proceso judicial, se estableció que el hombre había sido demorado por la policía el 19 de mayo, al ser descubierto circulando un automóvil circulando por bulevar Oroño en dirección al norte, cuyo dominio figuraba con un pedido de captura activo.
De acuerdo a la acusación de Fiscalía, minutos después se comprobó que la chapa patente colocada en el vehículo pertenecía a un Volkswagen T-Cross color gris oscuro, y que figuraba como robado del 4 de mayo. Según los registros policiales, el coche fue sustraído en un asalto a mano armada en Pasco al 800. Además, los guarismos del vehículo indicaban que poseía un pedido de captura activo, fecha de entrada 11 de mayo, también por un hecho de robo calificado en Entre Ríos al 2400 de Rosario. Ambos hechos de robo fueron cometidos con armas de fuego, días previos por personas hasta el momento no identificadas.
El Juez de Primera Instancia Florentino Malaponte hizo lugar a la acusación del fiscal y que dispuso Gonzalo O. quede en prisión preventiva efectiva hasta el 8 de julio de 2022.