Hace tres años y medio la sociedad conocía al “Sabalito Barredor”, una embarcación que iba a encargarse de recolectar la basura que bajaba por el arroyo Ludueña. Iba a funcionar en la zona frente al shopping Portal tras una donación que una serie de empresas hicieron a la Municipalidad. Pero nunca se usó, por obras demoradas y la bajante del río Paraná, y ahora luce vandalizado y abandonado en el cauce de un arroyo que presenta basura flotando y contaminación en distintas partes de su curso de agua.
Quienes donaron la embarcación fueron cinco empresas privadas, en 2019: las guarderías Los Marinos y Puerto Ludueña, el shopping Portal, el Sorrento Open Club y el laboratorio Greenlab. La finalidad de la embarcación era juntar la basura que venía siendo arrastrada por el cauce del arroyo para que no llegue al río Paraná.
El nombre se eligió pensando en una de las especies más características del Paraná, que se alimenta de los sedimentos del fondo del río. Para sumarle un toque de color, la artista rosarina Flor Balestra intervino la embarcación.
El funcionamiento del Sabalito se da con dos barreras flotantes de contención, que funcionan como brazos y acercan la basura. Allí se activa una cinta transportadora perforada en la que se enredan los objetos y se levantan. La cinta lleva los residuos por la correa hasta una tolva, por la que todo entra a un contenedor. Una vez que este recipiente se llena, es remolcado a la orilla para que los residuos se depositen en un camión que se lleva la basura.
La embarcación tenía todas las cualidades para ayudar al medio ambiente: no solo limpiaría el cauce del arroyo sino que, además, la entonces secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello, señalaba que el Sabalito tenía “la posibilidad de funcionar con energía solar” y anunciaba: “La basura recolectada entrará al circuito normal de los residuos de Rosario".
sabalito barredor
Foto: Silvina Salinas / La Capital
En la primera y única prueba que se hizo, la embarcación retiró dos volquetes llenos de residuos del arroyo Ludueña, equivalentes a diez toneladas (uno solo carga 5 mil litros), según informaron entonces desde la Municipalidad.
El proceso solo se completó una vez, en julio de 2019, cuando se puso en marcha. Una serie de obras demoradas, la pandemia y la bajante del río Paraná hicieron que nunca se haya usado.
Sin uso
Las obras que tenía que hacer la Municipalidad eran para alimentar de energía al Sabalito, con un pilar con energía trifásica; un cerramiento y una grúa para sacar la basura que iba recolectando la embarcación. Solo se colocaron unas rejas y el pilar, aunque los vecinos no saben si tiene energía. En el medio, fue vandalizado y le robaron algunas partes.
“Se debía poner una pluma porque había que sacar la basura del Sabalito, o usar camiones con hidrogrúa”, explicó a La Capital Federico Vantuyne, de la guardería Los Marinos, quien señaló que la embarcación “no se usó nunca”.
“El día que se hizo la presentación, quedó amarrada a la espera de que se hagan las obras, que se demoraron. Después el río bajó, era imposible ponerlo en funcionamiento porque no solo el dispositivo tiene que flotar, la basura también para poder direccionarla”, detalló quien, además, es presidente de la Cámara Náutica de Rosario, y agregó: “Quedó medio abandonada la embarcación, le han robado algunas piezas”.
Vantuyne señaló que hace alrededor de 25 años que tiene su guardería en esa zona y que, justamente, quieren cuidar el río con el que trabajan: “Somos empresas privadas que brindamos servicios y no generamos basura sino todo lo contrario. Mantenemos limpias las márgenes y sacamos lo que podemos”.
Estudios ambientales
Desde el Ministerio de Ambiente provincial adelantaron que a raíz de situaciones de contaminación detectadas en el cauce del arroyo Ludueña, firmaron un convenio con la UNR para elaborar un informe socioambiental sobre su estado de situación. El mismo será realizado en conjunto con las facultades de Derecho, Bioquímica y Arquitectura.
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A su vez, evalúan recurrir al Instituto Nacional del Agua (INA) para intervenir en distintos arroyos de la provincia, entre los que se encuentra el Ludueña, para monitorear la calidad del agua.