El diálogo con La Capital transcurre mientras Tomi realiza una campaña en el Estadio San Nicolás, ubicado en uno de los accesos de la ciudad homónima. Este pibe de barrio está en boca de todos por el salto que acaba de pegar con sus canilleras, facheras y tuneadas, y solicitadas por jugadores de la selección argentina.
"Ayer me escribió Leo Paredes para que les lleve un par de canilleras a él y a (Paulo) Dybala en la próxima convocatoria", revela Tomi, con total naturalidad, simpleza y con los pies sobre la tierra. Es que, a pesar de la magnitud de su proyecto, tiene un objetivo muy claro y es seguir creciendo como empresario más allá de gloria pasajera, ya que Fenikks también sacó una edición especial de canilleras denominadas "Campeones del Mundo".
Homologadas a nivel internacional
Justamente, las canilleras Fenikks acaban de salir seleccionadas en un proyecto mundial lanzado por el COI, a partir del programa de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas (ODS) por su innovación. "Es un notición porque nos conecta a nivel internacional y nos brinda una presencia superimportante", destaca Tomi.
Ocurrió que este año el proyecto Fenikks resultó seleccionado por la Unesco en el marco de programa en conjunto con la multinacional Nestlé entre 20 proyectos de Latinoamérica en la recuperación de plásticos. El único "nacional y popular", bromea su creador, justamente por la presencia física en todo el país.
"Esto es genial porque buscan vincular el proyecto directamente con iniciativas a largo plazo. Por eso nos presentaron una posibilidad del Comité Olímpico, las fundaciones Beyond Sports y Women Win, que impulsaron proyectos a nivel internacional, y el único fue el nuestro. De ahí que el objetivo es el financiamiento y tener la chance de acceder con nuestras iniciativas en los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028", valora Tomi.
Y anhela: "Será una oportunidad enorme para internacionalizar Fenikks en el deporte, con el aval de que una organización internacional tan importante pueda volcar su confianza en una empresa argentina como Fenikks".
Botines sustentables, un nuevo proyecto en marcha
Tomi no se queda con las canilleras que, en definitiva, son un complemento. Al desarrollo de ese producto matriz le sumará ahora la posibilidad de fabricar botines de fútbol con materiales plásticos reciclados. Una propuesta que surgió a partir de la realidad de su barrio o el del Padre Mugica, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), y la inyección económica del programa de Naciones Unidas y el COI.
"Vamos a los barrios y vemos a los chicos jugando descalzos o como pueden. Las canilleras son un complemento de todas las necesidades que hay allí, por eso surgió la idea fabricar botines a partir del reciclado de plásticos", le anticipó a este medio. Se trata de un desarrollo con proyección a 8 meses en los cuales deberá sortear procesos de ingeniería inversa para ver si son viables a las suelas y otros estudios anatómicos, pero la idea es producirlos a gran escala como las canilleras.
Fenikks, un proyecto en todo el país
Fenikks representa de manera oficial a once clubes de fútbol de primera división a partir de un intercambio que consiste en ceder los protectores por tapas plásticas y otros materiales de alto impacto. Entre ellos se encuentran Defensa y Justicia, Argentinos Juniors, Nueva Chicago, San Martín de Tucumán, San Lorenzo, Atlanta, Excursionistas, Rosario Central, Gimnasia (LP) e Instituto, entre otros equipos.
Todo comenzó cuando Tomi tenía 17 años y entrenaba en una categoría del club Tiro Suizo. El joven empresario cuenta que en la práctica del jueves, donde "hay que poner todo" para que el director técnico termine de armar el equipo, se encontró con un patadón que le partió en dos sus canilleras.
Entonces pensó que tenía que rebuscárselas como podía, porque su padre no iba a poder comprarle otras y así comenzó a pensar en unas canilleras fabricadas de manera artesanal.
Las primeras canilleras
"Gracias al apoyo de mis viejos iba al Colegio Rosario, convivía entre la realidad que tenían los pibes del barrio (República de la Sexta) y los de la escuela. Y en ese cruce de ideas me planteé armar una empresa y fabricar algo", comenta.
En eso recuerda que tomó un balde de plástico que recortó para darle forma y modelar con un secador de pelo de su abuela. Luego fue a la casa de su amigo Dylan y con $60 le alcanzó a imprimir la foto de su familia.
"Cuando llegué el domingo al partido a los pibes les llamó la atención. Me decían: 'Yo quiero un par', y para sacármelos de encima les respondí que las vendía un tío que vivía en Buenos Aires. Ahí nomás le fui a golpear la puerta a mi mejor amigo que hacía muebles con pallets. Nos juntábamos desde las dos de la tarde a las 9 de la noche; hicimos un mapeo de todas las obras en construcción en los alrededores a tal punto que cada vez que íbamos nos decían que ya no tenían más baldes para darnos", recuerda.
También asegura que vendían las canilleras caseras con fotos en Market Place de Facebook y la gente les compraba hasta que cayeron en cuenta que ese proceso de producción que era tan manual cada vez era menos eficiente.
Entre tutoriales y golpear puertas y buscar fondos de desarrollo, no detuvieron su objetivo y a las cuestiones negativas las transformaron en energía positiva hasta que conocieron a gente de Córdoba, hoy aliada estratégica en esta cruzada emprendedora encabezada por Tomi.
"De producir mil pasamos a multiplicar la producción (10 mil). Contamos con 44 clubes de barrio de todo el país, siete regiones (La Plata, Rosario, Tucumán, Jujuy, Chaco, Mar del Plata, barrio Padre Mugica)", destaca para precisar que cuentan con siete modelos diferentes, entre motivos y colores a elección.
Quiénes integran Fenikks
Fenikks está conformada por Tomi Machuca, su papá Nicolás y su hermano Ramiro (en logística y sistemas), Santiago Díaz (diseñador industrial), Lautaro Lescano (director de impacto ambiental y social y encargado del vínculo entre clubes beneficiarios a través del intercambio de tapitas y canilleras como incentivo); Brisa Barrios (dirección experiencia del cliente), y un equipo de marketing de una agencia de Córdoba (Ecolif).
La compleja tarea de emprender
Tomi revela que su amigo Dylan es hoy, prácticamente, "un hermano". Sin embargo, dice que ya no forma parte del proyecto por razones económicas a partir de una realidad familiar compleja.
"Su madre quedó sin trabajo y tuvo que salir a buscar empleo formal para encontrar algo seguro en lugar de tomar riesgos", lamenta Tomi a pesar que confiesa que le insiste "todos los días" para volver a Fenikks.
"Seguimos siendo muy amigos; tuvo una realidad compleja y eso lo llevó a abandonar el proyecto al año de haber comenzado. Sucedió que no veíamos un peso, todo lo que ganábamos se reinvertía en el proyecto para tratar de darle una escala mayor, con lo poco que sacábamos cubríamos una comida del día", dice.
Es por eso que hoy valora algo tan esencial y simple que sus padres pudieron darle: educación, techo y un plato de comida. "Soy muy afortunado porque me supe dedicar a lo que me gustaba porque tenía un plato de comida y un techo para dormir. Mis viejos me permitieron una formación y al terminar la secundaria me enfoqué ciento por ciento en las canilleras", valora.
Y concluye: "Sentía que la universidad no me iba a ayudar. No estoy en contra de estudiar, todo lo contrario. Pero creía que lo mío era dedicarme a lo que estaba convencido. La verdad, hoy no estaría donde estoy".