Las restricciones lanzadas para frenar la curva de contagios de coronavirus en todo el territorio provincial le asestaron un duro golpe al Circo Rodas, que se instaló hace tres semanas frente a la rotonda del parque Scalabrini Ortiz y este jueves dio su última función a la espera de ver si en diez días podrán volver a actuar. Sus integrantes estuvieron un año sin poder trabajar y tenían planificado quedarse dos meses en Rosario, pero ahora todo quedó en stand by. Anticiparon que en caso de que las restricciones se extiendan más allá de los plazos que se estipularon, levantarán todo y se irán, sin saber muy bien qué van a hacer. Es más, entre otras cosas, el año pasado tuvieron que poner los camiones del circo a trabajar como fletes para poder subsistir hasta que volvieran a habilitar la actividad.
Son 112 las personas las que viven en el predio donde está el circo, entre artistas, personal técnico y familiares. "Vamos a esperar estos 10 días, pero si se prorrogan las medidas, desarmo todo y me voy a mi casa", dice a La Capital uno de los propietarios del Rodas, Marcelo López Lanza, que hace 41 años que está en la actividad y que nunca pasó por algo como esto.
El 15 de marzo de 2020, el Circo Rodas hacía su última función, sin saber que era por tiempo indeterminado, en Mar del Plata. Ahí levantaron todo y se fueron para la localidad de Berisso, cerca de La Plata, pero nunca pudieron subirse al escenario porque el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Aspo) ya estaba en marcha. Esperaron cerca de un mes y medio antes de decidir cambiar de rubro para ver cómo seguían adelante mientras las restricciones se extendían.
Fue así que los camiones que acostumbran a llevar las instalaciones del circo pasaron a hacer fletes. "Cada uno se la rebuscó, pero te preparaste toda tu vida para vivir de algo, para trabajar de algo, y tenés un cambio radical", cuenta Marcelo y agrega que, a pesar de que la idea de los fletes fue una salida rápida, no fue tan beneficiosa: "No estamos acostumbrados y no teníamos las conexiones con empresas para trabajar. Agarrábamos los fletes que los demás dejaban".
Rosario es la ciudad donde volvieron a subirse a un escenario: fue el 26 de marzo, después de un año. Ahora, la incertidumbre se presenta de nuevo y el circo tiene que definir qué hace en los próximos días, ya que la proyección inicial era quedarse 90 días en la ciudad, un tiempo imposible de sostener si no trabajan: "Acá somos muchas personas, hay un consumo grande y hay que pagar los impuestos".
circo rodas
Algunos artistas ensayaban ayer, horas antes de la última función, por ahora por tiempo indeterminado.
Francisco Guillén/La Capital
Durante la charla, en el escenario de la carpa central algunos artistas se ejercitan y practican rutinas. La concentración de cara a la última función en estos días se nota a pesar del ruido de fondo que sale de un taladro, manipulado por un empleado de mantenimiento para dejar uno de los sectores de la escenografía a punto. "Estuvimos un año parados y la vez que se nos presenta la oportunidad de volver y cuidamos todo, no podemos seguir trabajando. Invertimos mucho, el traslado fue muy costoso, pensando que íbamos a tener una temporada de 90 días", se lamenta Marcelo.
En el mientras tanto, la vida dentro del circo sigue. Como la de Ayelén, que trabaja en la boletería y en las funciones, pero que en los momentos en que la carpa está vacía se dedica a estudiar y rendir sus materias de primer año de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Tiene 23 años y hace tres que se unió al Rodas. "El culpable es él", dice, entre risas, señalando a su pareja, otro empleado del circo y por quien se sumó a la troupe.
La modalidad virtual hace que seguir con algunas rutinas no sea tan conflictivo como en otras épocas. Hay varios chicos y chicas que viven con sus familias dentro del circo y cursan la escuela a distancia. Marcelo explica: "Todas las escuelas tienen que recibir a los chicos de los circos. Llevan un cuaderno aparte y tratan de integrarse".
"En nuestro caso, las clases se empezaron prácticamente acá, porque vinimos entre 15 y 20 días antes para armar todo. Varios empezaron en Buenos Aires y las siguen acá, con clases virtuales", agrega.
Incertidumbre
El calendario del circo es diferente al que maneja el grueso de la sociedad. Marcelo detalla que pierden algo más que dos semanas, esperando a ver si continúan o no las restricciones: "La incertidumbre es lo peor y el tema es si (las restricciones) no son los tres fines de semana que dicen. Porque para nosotros no son 10 días sino tres fines de semana que perdemos porque no podemos hacer funciones lunes, martes y miércoles para recuperar lo que no hicimos el sábado o el domingo. Eso no existe".
El referente del circo cuenta que no recibieron "ni los Repro (Programa de Recuperación Productiva), porque lo nuestro es por contrato temporario, ni el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia), ni nada" y que "nunca se planteó cómo ayudar a los circos. Ayudan a los bares, industrias, comercios, pero nosotros no existimos ni para eso. Plantean cerrar cines y teatros, pero el circo no aparece en ningún lado. No nos tienen en cuenta ni para cerrarnos; de ahí a que te ayuden, mucho menos".
"Este es uno de los lugares más controlados porque acá vienen familias, se portan rebien y colaboran, porque quieren ver el espectáculo. La verdad, no veLa pandemia volvió a parmos mucho más allá de estos días. Estoy rezando para que solo sean 10 días, pero si se alarga más, yo ya no sé. Hay que esperar", finaliza.