La misa celebrada en el Monumento a la Bandera con motivo de los festejos por el Día de la Virgen del Rosario dejaron conceptos sobre el presente, que fueron marcados por el arzobispo de Rosario, Eduardo Martín, durante su homilía. El religioso resaltó que "nos asola una violencia proveniente del flagelo del narcotráfico" y que "en Rosario, el 15% de la población vive en condiciones precarias, signado por la pobreza y la marginación".
Antes de la misa, monseñor Eduardo Martín agradeció la presencia en la celebración del representante del Papa Francisco en Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk (de origen polaco), quien incluso dirigió un tramo de la misa. El arzobispo recordó que la Arquidiócesis de Rosario fue creada en 1934 e hizo un repaso de la historia de la ciudad.
"Enclavada en la zona agropecuaria más importante del país, del puerto de Rosario se exporta la mayor cantidad de lo que produce el campo. La ciudad de Rosario, dice el canto, siempre estuvo cerca. Es una hermosa ciudad a la vera del río Paraná en cuyas barrancas el general Manuel Belgrano izó por primera vez la bandera nacional, el 27 de febrero de 1812. Rosario lleva el nombre de la Virgen, patrona y fundadora de nuestra ciudad. Ella nos acompaña desde hace 250 años en todas las circunstancias de la vida", manifestó Martín.
Tras el repaso histórico, se centró en el presente y no esquivó la situación que vive la ciudad desde hace más de una década: "La ciudad es un centro vital, siempre en efervescencia, autogestionándose, con grandes iniciativas empresariales, artísticas, culturales y deportivas. Pero con toda la belleza de sus parques y plazas, la costanera y su arquitectura, existe otro Rosario donde hay un 15% de la población que vive en condiciones precarias, signado por la pobreza, la marginación y la falta de elementos esenciales para una vida digna".
"Nos asola una violencia en su mayor parte proveniente del flagelo del narcotráfico, que lleva en este año más de 200 muertos. También las adicciones son una grave preocupación, porque la droga mata, y afecta a todo el arco social", expresó.
Desde el 28 de septiembre, la Catedral es escenario de variadas misas con diversas intenciones para celebrar las fiestas patronales de 2023, en el que se cumplen 250 años de la llegada de la imagen de Nuestra Señora del Rosario a la ciudad, cuando aún era una aldea. La actual imagen de Nuestra Señora del Rosario llegó el 3 de mayo de 1773 y la recibió el tercer cura párroco que tuvo la por entonces aldea del Rosario, presbítero Miguel de Escudero.
A nivel local, el historiador Miguel De Marco (h) señaló, en una columna de opinión en La Capital, que "en 1940, la Legislatura provincial fijó el 7 de octubre como día oficial para celebrar su origen, teniendo en cuenta que al no haber sido fundada la ciudad carecía de una fecha concluyente”.