El proyecto “De la huerta a la olla” (DHO), que nació para vincular a productores agroecológicos con comedores que veían una demanda creciente durante el primer confinamiento por la pandemia de Covid-19, cumplió dos años. En ese trayecto, ya llevan recaudados casi dos millones de pesos a través de los aportes voluntarios de personas e instituciones que quieran colaborar con el proyecto, realizando 110 entregas a 22 comedores y merenderos de la ciudad para que reciban verduras, frutas y legumbres de productores agroecológicos que también necesitaron una mano durante el primer tramo de la pandemia por la falta de ferias en las que comercializar sus productos. En ese marco, habrá un festejo presencial para celebrar el segundo aniversario de una propuesta que nació en el medio de la distancia y el confinamiento.
DHO nació como una iniciativa de la ONG STS Rosario, con el eje puesto en “una producción responsable, una distribución justa y un consumo consciente, bregando por el derecho a la alimentación sana, segura y soberana”. El proyecto lo llevan adelante 12 voluntarios, quienes reciben las donaciones de dinero, se contactan con los productores agroecológicos locales y compran productos para destinar a distintos comedores y merenderos. A la par, llevan un registro público del manejo de las donaciones: desde qué y a quién se compra hasta el destino de los productos adquiridos.
“Cuando se cerró todo, pensamos que era un mes. Y esto fue una respuesta medio urgente a la creciente demanda de los comedores en ese entonces”, rememoró Ignacio Zapata, uno de los miembros del proyecto, en diálogo con La Capital.
Las noticias que llegaban desde un merendero de zona sur, donde colaboraba un compañero de la ONG, no eran alentadoras: ante el cierre masivo de actividades, los pedidos por un plato de comida se multiplicaban. A eso, se sumó que muchos productores agroecológicos, que tenían sus mayores puntos de venta en las ferias, tampoco podían aprovechar ese formato por el confinamiento. De esas dos necesidades, nació “De la huerta a la olla”.
“Los productos que llevamos son frescos y tienen más nutrientes, casi siempre están recién cosechados y se llevan derecho al comedor”, comentó Zapata, quien agregó que el armado de las entregas se confecciona “desde el punto de vista nutricional”: “La mitad de la donación es verdura fresca, que complementamos con alguna legumbre -que puede almacenarse- o con pollo para sumar proteínas”.
Más que proveedores
El primer receptor de las donaciones fue el merendero Arcoiris Auriazul, de zona sur, donde uno de los miembros de la ONG colabora. A partir de allí, fueron recibiendo a otras instituciones que los contactaron. Zapata dijo: “Cada comedor tiene sus realidades particulares e intentamos llegar a los que podemos para que la relación no sea distante. La idea es articular otro tipo de cosas, no solamente ser proveedores”.
En ese sentido, desde DHO fomentan relaciones que vayan más allá de la provisión de alimentos. Es así que, como ejemplos, Zapata mencionó la vinculación de comedores que tienen huertas o están iniciándolas para que accedan gratuitamente a talleres de mantenimiento de huertas agroecológicas a cargo de la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNR (Coad), o la construcción de una cocina rocket que llevaron adelante en uno de los comedores, “para cocinar con leña usándola de manera más eficiente y sin consumir tanto”, según explicó Zapata.
Transparencia
El miembro del proyecto recordó que uno de los objetivos que se propusieron de entrada fue mostrar el recorrido de las donaciones, sobre todo porque el proyecto recién nacía.
Al respecto, contó: “Toda la plata que se maneja está subida en una tabla, que la puede ver cualquier persona”. Se trata de un archivo en línea de Google en el que se muestra qué y a quién se compraron los productos, los montos que se destinaron y a qué comedores o merenderos se llevaron esos artículos. Incluso, en algunos de los ítems de entregas hay fotos adjuntas para sumar material que corrobora las acciones.
Sobre el método de donaciones, Zapata explicó: “Las puede hacer cualquier persona, a través de Mercado Pago, o de Paypal para quienes se encuentren en el exterior. Con esas donaciones compramos productos agroecológicos para llevarlos a comedores y merenderos”. Desde que comenzó el proyecto, hace poco más de dos años, recibieron donaciones por alrededor de 1.700.000 pesos entre más de 200 donantes eventuales y fijos.
“Pensamos que era un tiempito, pero se fue extendiendo y fueron surgiendo cosas nuevas. La idea es mantener el proyecto y poder hacer más hincapié en poder vincularnos de esa manera”, manifestó Zapata, quien concluyó que una de las metas es que “el Estado se empiece a hacer cargo de que las compras que se hagan para diversas instituciones sean a productores agroecológicos para garantizar una buena base a la producción, que demanda mucho trabajo”.
Festejo
Para festejar los dos años de DHO, se hará la “Peña por la soberanía alimentaria” este viernes, desde las 18, en el teatro La Vigil (Alem 3086), con entradas a beneficio que podrán ser adquiridas en este link. El dinero que se recaude se destinará a la compra de alimentos agroecológicos para comedores y merenderos de la ciudad.
“En el encuentro habrá protagonistas de los comedores que sostienen su actividad a pesar de la crisis, productores agroecológicos que apuestan a una producción y consumo local sostenible y resiliente, y voluntarios y voluntarias del proyecto”, indicaron desde DHO. También habrá shows de bandas locales, comidas y bebidas agroecológicas. En caso de no poder asistir, se invita a colaborar comprando la entrada, equivalente a una donación.