La CuLa comunidad educativa de la escuela San Antonio, donde asisten los tres hijos de Mauro Villamil, asesinado a balazos mientras hacía compras en una verdulería, y el párroco de la iglesia homónima de San Martín y Ayolas, reclamaron justicia por ese crimen y le pidieron a las autoridades de los tres niveles del Estado, la clase política y el Poder Judicial que se hagan cargo de la violencia que atraviesa a Rosario. "Mauro tiene que ser un ícono para nosotros y para que no tengamos que seguir contando nuevas muertes", sentenció el sacerdote Juan Javier Chiappe, visiblemente conmovido.
Mientras tanto, la comunidad Rosario Sangra realizó una convocatoria prevista para este sábado a las 17 en el Monumento a la Bandera donde pedirán justicia por las víctimas de la violencia, entre ellas Mauro Villamil, el muchacho de 35 años asesinado al quedar en medio de una balacera perpetrada contra una verdulería de Corrientes y Gutiérrez, en el barrio Tiro Suizo.
Entre tanto, un grupo de padres y madres se autoconvocaron este viernes al mediodía en la puerta de la institución educativa ubicada en Maipú al 3300 y luego se trasladaron hacia las escalinatas de la parroquia, donde el cura exclamó el urgente pedido de diálogo y acuerdo entre todos los sectores del Estado, la clase política y el Poder Judicial para construir una suerte de contrato social que permita arribar a la paz.
Ante tanto malestar y necesidad de encontrar respuestas que no llegan ante una situación que ya no da para más, el párroco enfatizó: "Mauro tiene que ser el ícono para que no bajemos los brazos, para que no digamos uno más o a quién mataron ahora, con todo lo que eso implica. Por eso necesitamos que la Justicia, los gobiernos y el Estado se hagan cargo para que haya paz porque si no, nunca la alcanzaremos".
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En esa sintonía, reclamó: "Necesitamos que se sienten a dialogar en serio para que podamos extraer una síntesis y transformar en leyes; queremos tener las certezas de que todas las instituciones van a colaborar para construir cimientos que hacen a la sociedad porque la gente también está cansada de tantas promesas incumplidas".
Asimismo, insistió: "Necesitamos comprometernos con eso para que nuestra participación ciudadana se pueda construir desde los valores, por eso pedimos a quienes tienen la capacidad de hacerlo y a quienes votamos, del primero al último, que se sienten a dialogar porque esto no va a terminar y vamos a recordar a Mauro, a la bailarina (Virginia Ferreyra), al arquitecto y a tantas otras víctimas que volverán a surgir".
El crimen de Mauro Villamil, perpetrado el miércoles a la noche, causó dolor, tristeza e indignación por una sociedad cada vez más acorralada por situaciones violentas ligadas al crimen organizado. Desde el sindicato de playeros de estaciones de servicio y el sector taxista, dos rubros en los que la víctima se desempeñaba para poder mantener a su pareja y sus tres hijos.