Los coletazos de la crisis económica provocada por la pandemia comienzan a sentirse en la educación privada, con muchos padres que cambiaron a sus hijos de colegios más caros a otros más económicos y un fuerte incremento del pedido de becas que ronda el 40 por ciento. Luego de un 2020 en el que las instituciones la pasaron mal por la mora en el pago de cuotas y la merma de ingresos extra que perciben por fuera de la prestación básica, los colegios volvieron al ruedo con la matriculación por el retorno de la presencialidad y la mayoría de las familias se pusieron al día, pero ha aumentado la necesidad de ayuda.
En Rosario, 4 de cada 10 chicos del total de la matrícula educativa concurren a colegios privados. Entre todos los niveles, son 103.723 mil alumnos en unos 322 establecimientos. Si bien faltan los datos consolidados que estarán recién en abril, en principio las fuentes consultadas han constatado que no ha bajado la cantidad de alumnos en los colegios en general, pero sí han crecido los movimientos dentro de instituciones del mismo sistema.
“No ha habido migración de privada a pública, pero si hay familias que han pasado a sus hijos de colegios caros a otros con cuota más económica”, dijo Rodolfo Fabucci, director provincial de Educación Privada. En ese sentido, desde la provincia notan que hay colegios que quieren abrir más cursos porque tienen mayor demanda, con aulas con crecimiento vegetativo de 40 o 50 alumnos que piden desdoblar.
Las escuelas que figuran con ciento por ciento de aporte estatal en el sueldo de los docentes son 9 de cada 10, y los topes de las cuotas se definen en función del salario docente. En este momento, antes de que impacte la paritaria en curso, la normativa fija que las que perciben ciento por ciento de aporte pueden cobrar como máximo 2.441 pesos (5 por ciento del salario del maestro que recién se inicia, 48.824 pesos de bruto), hasta tanto se firme el acuerdo con el incremento salarial y salga el decreto del gobernador, lo que probablemente suceda en abril.
Las escuelas que reciben el 80 por ciento pueden cobrar hasta 6.591 pesos. Las del 66 por ciento del aporte, pueden fijarla en hasta 8.788 pesos. Las del 60, 9.521 pesos. Las del 40, un máximo de 10.985 pesos. Y las que no tienen aporte estatal, que son muy pocas, pero las hay, como San Patricio, son libres de instalar el valor que quieran.
Según un relevamiento informal hecho por La Capital entre padres, en 2.200 pesos están el Santo Domingo Savio y el Virgen Del Rosario. En el escalón de 2.400 pesos siguen la San Miguel Arcángel, Sagrada Familia, Madre Cabrini y San Jorge. En 6.600 se ubican Nuestra Señora del Huerto, Adoratrices y Arrayanes. En 6.800, la Dante Alighieri y San José. Un total de 7.800 pesos cuesta por mes enviar un chico al Complejo Educativo Brigadier López; 9.500 pesos al Edmundo De Amicis; y 10.000 pesos el colegio Del Sol y el Centro Educativo Latinoamericano.
Algunas instituciones varían el valor de la cuota entre los diferentes niveles (inicial, primaria y secundaria). Las cifras reflejadas no incluyen actividades extra como idiomas y deportes, ni tampoco servicios como comedor o transporte. Muchas escuelas del ciento por ciento cobran menos que el máximo, hacen descuentos por hermanos que vayan al mismo colegio, y tienen alumnos becados según la situación familiar.
Regulaciones
En este marco, subió la cantidad de gente que paga luego de un 2020 duro durante el que muchos quedaron en deuda. “La morosidad en los colegios privados ha sido todo un desafío. Nos ha costado un trabajo arduo. Hemos charlado caso por caso con cada familia, tratando de llegar a arreglos, convenios de pago, descuentos, que la gente pueda acceder a pagos con tarjeta de crédito y que los colegios absorbamos los intereses que nos cobran los bancos”, indicó Claudia Stern, representante legal del colegio Santísimo Rosario y a cargo de la delegación Santa Fe de la Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la República Argentina (Faera).
El año pasado, a mitad de año la mora llegó a estar entre el 50 y el 70 por ciento. Luego, a fin de año, con la necesidad de matricular para guardar el puesto para 2021, fue bajando un poco. “Hoy día se ubica entre un 20 o 30 por ciento dependiendo de la realidad de cada escuela: cuanto más en la periferia, más alta; mientras más céntrica, más baja. Han quedado muchas familias con deudas, y también crecieron los pedidos de becas y facilidades en un 30 o 40 por ciento más que otros años”, explicó.
En tanto, hubo movimiento de colegios más caros (del 60 o el 80 por ciento del aporte, con cuotas más altas) a otros más accesibles. Este fenómeno no se puede poner en cifras, sino que se conoce a través de trascendidos: el Español, Latinoamericano y San Bartolomé han perdido matrícula por esta razón, comentaron. Pero no de privadas a públicas: “Por los medios, la infraestructura y otros recursos que tenemos, hemos podido sostener el vínculo con los chicos, pese a la falta de presencialidad en el 2020, que a las escuelas oficiales les costó más. Y eso los padres lo valoran”, apuntó Stern.
La representante dijo que 2020 ha sido duro para las escuelas privadas, que se quedaron solo con los ingresos de las pocas cuotas que pagaban los padres. El resto de los ingresos extra, alquiler de la cantina, librería, espacios para eventos, actividades extraescolares, pasaron a ser cero. Y hubo que invertir bastante para reacondicionar el edificio para el regreso. “El año pasado fue muy difícil y 2021 se presenta con muchos desafíos a enfrentar”, cerró.