Ya instalado en el centro de rehabilitación de San Jerónimo Sud, el nadador rosarino Matías Bottoni comenzó “otra etapa” de su recuperación. “Es un volver a empezar más cerca de los afectos. Hoy arrancamos de cero”, contó a La Capital, Valeria, madre del deportista.
Esa misma tarde se realizaron trabajos en el gimnasio y el viernes ya había un plan para su rehabilitación. "Acá no perdieron un segundo de tiempo para arrancar", destacó la mamá de Matías. “Nos estamos adaptando a todo”, dijo a este medio.
La mamá y la novia de Matías, Martina, se están acomodando en una casa cerca de Aprepa. Mientras tanto, Luciano, padre del joven de 17 años, recorre diariamente la autopista a Rosario para estar con Juan Ignacio, su otro hijo, que sigue su rutina escolar gracias a “la gente de oro que tenemos cerca y nos acompaña”, resalta Valeria.
Cada día, Matías comienza los trabajos de rehabilitación a las 8. Al mediodía almuerza y descansa hasta las 15.30, cuando retoma su tratamiento hasta pasadas las 18. “Se la re banca”, remarcó Valeria sobre las agotadoras actividades que realiza a diario su hijo.
En Aprepa, Bottoni cuenta con un médico de cabecera, que a su vez es la conexión directa con los padres y especialistas. Para Valeria, el cambio de centro de rehabilitación fue positivo y se encontró con “personal siempre pendiente" de lo que necesita su hijo. "Mati está con muchas ganas de recuperarse y de rehabilitar. Seguimos adelante sin mirar atrás", añadió.
Más cerca de los afectos
El traslado de la clínica de Escobar en Buenos Aires al centro terapéutico de San Jerónimo también trajo la cercanía de los afectos. Matías ya fue visitado por su hermano y sus abuelos. “También estuvo con amigos”, destacó Valería. Si bien los horarios de visitas son restringidos y estrictos, el joven nadador pudo recibir el cariño de su gente de primera mano.
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Hay días donde el buen ánimo no acompaña. Y más allá de la familia y los amigos, hay un equipo de psicólogas que también ayuda. “Es otra etapa. Volvemos a empezar desde otro lugar y más cerca de los afectos”, resumió la mamá del deportista.
San Jerónimo Sud, a casi 40 kilómetros de Rosario, no pierde la esencia de pueblo y la familia también se adapta a eso. “Es muy tranquilo. Se duerme la siesta y a veces te encontrás con todo cerrado”, describió Valeria, quien remarcó la humildad del cuerpo de profesionales en el contacto con los Bottoni. “A veces estás parado al lado de un reconocido doctor y no te lo hace notar”, sostuvo.
Con tratamiento de lunes a viernes, y los fines de semana para descansar y recibir visitas, Matías Bottoni encara entonces una nueva etapa en este centro de rehabilitación regional.
Un largo camino
Bottoni había llegado al Fleni hace dos semanas con el objetivo de recuperar la movilidad de brazos y piernas, después de un grave accidente que vivió el sábado 10 de mayo. Esa tarde estaba en el natatorio del Parque Olímpico de Buenos Aires en una competencia nacional. Se encontraba frente al andarivel cero, dispuesto específicamente para los movimientos precompetitivos, y saltó al agua justo en el mismo momento en que otro nadador se cruzó de carril para salir de la pileta. Ambos chocaron.
"Es algo atípico lo que pasó, por la gravedad del accidente. En mis 35 años de profesión nunca vi algo así, es una tragedia. Por eso, la natación a nivel mundial está consternada", explicó uno de sus entrenadores en los días posteriores al episodio.
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Tras el accidente, Matías fue retirado del agua por una guardavidas y recibió auxilio en el lugar de la competencia. En media hora estaba siendo evaluado por el equipo médico del Hospital Santojanni, un efector público de la ciudad de Buenos Aires. Allí tuvo su primer diagnóstico y la recomendación de cirugía, que para agilizar tiempos su familia decidió que se hiciera en el Hospital Italiano.
El adolescente llegó al hospital con un pronóstico desalentador. Su cabeza impactó contra la espalda del otro deportista que se cruzó de carril y tuvo una fractura en la quinta vértebra cervical que lesionó su médula.
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La Confederación y la Federación de Natación pusieron en marcha para juntar el dinero y garantizar la operación del deportista. La colecta logró juntar el dinero necesario para la cirugía en 24 horas, frente a algunos inconvenientes que surgieron en un primer momento con la obra social.
Dos días después del accidente, el joven ingresó al quirófano en el hospital Italiano. Tras cuatro horas de cirugía, ingresó a la sala de terapia intensiva donde permaneció varios días, hasta que su estado de salud permitió ingresarlo en el área de cuidados intermedios.
Una vez cerrada la etapa, días más tarde el rosarino fue trasladado al Instituto Fleni, en el partido de Escobar, en la provincia de Buenos Aires.
Críticas al Fleni y traslado a Santa Fe
Si bien se trata de un instituto de renombre, los padres de Matías Bottoni no se encontraron a gusto en el Fleni. Valeria y Luciano contaron que se encontraron con un panorama que no esperaban: una institución con deficiencia en sus infraestructura y una atención que dejaba mucho que desear.
En los pocos días que el nadador permaneció en esa clínica contrajo una infección que lo obligó a interrumpir su tratamiento. Además, sus padres cuestionaron la calidad de la comida y los servicios.
Pacientes del Fleni y sus familias mantuvieron este lunes una reunión con las autoridades de la clínica sobre el magro estado del edificio. "Ojalá que lo nuestro sirva para que los que están ahí sean escuchados. Nosotros pudimos cambiar pero hay personas que no tienen esa posibilidad. Tanta gente nos ayuda que si nosotros podemos aportar también lo haremos", comentó Valeria.
Frente a este panorama es que los padres de Matías consiguieron el traslado al centro de rehabilitación de San Jerónimo Sud donde llegó el jueves por la tarde y ese mismo día comenzó las tareas para su recuperación.