Las diarreas agudas, que pueden ser síntoma de algunas infecciones severas, aumentan en el verano. En Rosario el incremento se viene dando desde septiembre del año pasado. En enero, incluso, se diagnosticaron dos casos de síndrome urémico hemolítico (SUH), una enfermedad grave provocada por una bacteria que se puede contraer por medio de alimentos o por aguas contaminadas, que no necesariamente se ven sucias.
Por eso, el área de Epidemiología de la Secretaría de Salud municipal elaboró un documento denominado “El agua como medio transmisor de enfermedades. Recomendaciones a tener en cuenta”.
En el texto se detalla que “el agua contaminada es una fuente de alto riesgo en la transmisión de enfermedades, pudiendo ser el medio en el que crezcan microorganismos dañinos para la salud, como bacterias u hongos. La contaminación más frecuente en piletas y natatorios es la polución fecal, de fuente humana o animal”.
Esas enfermedades, asociadas con actividades acuáticas recreativas, son causadas “por deglución o contacto con agua contaminada” y no solo comprenden infecciones digestivas sino también respiratorias, neurológicas, cutáneas, óticas y oculares.
En Rosario a lo largo de años anteriores y en los últimos meses se han verificado brotes de síndrome urémico hemolítico y/o de diarreas agudas bacterianas y en muchos de estos casos, la fuente de contagio han sido piletas o natatorios”, se destaca en el documento.
Con el fin de evitar riesgos para la salud se emitió este informe que busca llegar a la población general (piletas inflables, de lona, de material que están en hogares) y a los encargados de mantener la limpieza de piscinas de uso público.
¿Cuál es la forma adecuada de mantener el agua para que no se produzcan problemas de salud?
Piletas pequeñas (inflables o de lona): están destinadas generalmente a bebés o niños pequeños que pueden no controlar esfínteres y provocar así la contaminación fecal del agua. Debe cambiarse el agua diariamente, procediendo cada vez a la limpieza de la pileta con cepillo y lavandina, enjuagando luego con abundante agua.
Piletas de mayor tamaño (de lona o de material): debe agregarse cloro de forma periódica. Aún en el caso de agregarse cloro, el agua debe renovarse periódicamente y de modo completo cada vez. No deben pasar más de dos semanas entre cada renovación total del agua. Si llueve sobre la pileta, se recomienda cambiar completamente el agua.
Piscinas de natatorios: suelen conllevar mayor riesgo por la cantidad de personas que las utilizan. Por ello, regularmente deben combinarse la inspección sanitaria junto con la evaluación de la calidad microbiológica del agua.
Las normativas básicas que debe cumplir cualquier pileta, de uso público o semipúblico, son las siguientes:
. Deben estar habilitadas por las autoridades competentes.
. La pileta debe contar con un dosificador automático para inyección de cloro o sustancia clorógena, de modo que se asegure la cantidad de cloro residual. En general, se recomienda, por cada 10 mil litros de agua, una proporción de 200 g de cloro en polvo o bien, 2 litros de cloro.
. La inyección de clorógeno (hipocloritos, cloraminas inorgánicas, cloro gaseoso) deberá realizarse en las cañerías de afluencia al equipo de purificación y/o recirculación. Y siempre aplicarse cuando no haya personas usando la piscina.
. La determinación de cloro residual debe hacerse como mínimo 4 (cuatro) veces por día. Las medidas de pH, turbidez y temperatura deben controlarse 2 (dos) veces por día.
Los valores aconsejables son: concentración de cloro residual total: entre 0,4 y 0,6 mg/L; pH: entre 7,2 a 7,8 (a mayores pH, disminuye la eficacia del cloro agregado); temperatura: hasta 28 °C, en piscinas abiertas en verano.
Existen disponibles tiras comerciales tanto para estimar el contenido de cloro residual como para determinar el pH.
. Los análisis bacteriológicos serán efectuados cada 15 días como mínimo, y deben ser registrados para tener constancia ante posibles inspecciones.
. La superficie del agua deberá estar libre de materias flotantes y espuma. El fondo deberá estar libre de cualquier tipo de suciedad.
. El sistema de recirculación deberá estar en funcionamiento durante las horas en que la pileta se halle habilitada para su uso.
Todos los productos para piscinas son regulados por la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) y se encuadran como “domisanitarios” (o productos de uso doméstico). Al momento de comprarlos hay que asegurarse de que en su etiqueta figure el número de registro nacional de establecimiento (RNE) y el número de registro nacional de producto de uso doméstico.
Medidas de control a ser difundidas entre los usuarios de piletas:
. Ninguna persona que esté presentando un cuadro de diarrea debe usar la pileta. Podrá volver a concurrir a piletas después de dos semanas de la resolución de los síntomas;
. No tomar agua de las piletas, evitar tragar agua durante el uso del natatorio;
. Optimizar medidas de higiene: ducharse con agua y jabón antes de ingresar a las piletas; bañar completamente a los niños, en especial higienizando la zona perianal, con agua y jabón antes de su ingreso al agua; llevar a los niños al cuarto de baño y controlar los pañales con frecuencia; lavarse las manos después de cada cambio de pañal o de ir al baño.
¿Qué pasa si suceden accidentes fecales?
En caso de que caiga o aparezca material fecal en un natatorio, deberá procederse de la siguiente manera:
. Piscinas de uso público/ privados: el guardavidas deberá hacer salir rápidamente del agua a todos los usuarios; extraer la materia fecal; volver a clorar el agua del natatorio al máximo nivel estipulado; extraer muestras de agua para realizarles análisis bacteriológicos.
El natatorio podrá reabrirse al uso público si los informes bacteriológicos son negativos.
Piletas de lona o inflables: se hará salir del agua a todos los usuarios; extraer la materia fecal; vaciar la pileta y lavar su interior con cepillo y lavandina, enjuagando luego con abundante agua. Al volver a llenarla, clorar el agua en la forma adecuada.
Para consultas se habilitaron los siguientes teléfonos:
Sistema Municipal de Epidemiología, Secretaría de Salud Pública.
(0341) 480-2200. Internos 117 / 3115
Correo electrónico: [email protected]
Instituto del Alimento, Secretaría de Salud Pública.
(0341) 480-4866. Interno: 218
Correo electrónico: [email protected]