Tanto los vecinos de los barrios como los del centro sufren las consecuencias de vivir en las inmediaciones de las comisarías. Los autos secuestrados por la policía, muchas veces estacionados en doble fila, son una postal que se repite en varios puntos de la ciudad. Denuncian que pueden llegar a pasar meses sobre los cordones o incluso en las veredas y que fomentan la inseguridad. La Secretaría de Control y Convivencia de la Municipalidad asegura que se realizan operativos diarios para evitar esta situación, pero que la solución al problema depende del Ministerio de Seguridad.
Una usuaria de Twitter se quejó del problema, puntualmente en la comisaría 21ª ubicada en Arijón al 2349, y evidenció un fenómeno que se da en todos lados. "Esto pasa en la comisaría 21. Autos secuestrados y abandonados en toda la cuadra de las dos manos y en doble fila. Alguien piensa hacer algo?", escribió en la red social y acompañó el texto con un video que daba cuenta del hecho.
https://twitter.com/SofiaValenzisi/status/1640159163014586368
Melisa Herrero, referente de Vecinales Rosarinas Unidas, señaló a La Capital que las vecinales "se la pasan denunciando este tipo de hechos". "Es un incordio, no hay donde estacionar, quienes viven cerca no tienen dónde dejar sus propios autos", precisó. En la comisaría 7ª, en Cafferata 342 y en la 12ª, en Casilda y Solís, este viernes también había varios vehículos apostados.
En algunas ocasiones se forma una doble fila que cubre toda la cuadra, en otras hay rodados que están completamente oxidados o incendiados y ocupan toda la acera. Los problemas en las calles en las que se encuentran las comisarías derivan en un inevitable caos de tránsito debido, en algunos casos, a la "superpoblación" de vehículos que descansan en los frentes de los destacamentos.
Además de la circulación, la seguridad es otra de las grandes preocupaciones de los vecinos. Argumentan que dentro de los autos abandonados se pueden meter personas, que pueden utilizarse para cometer hechos delictivos y también acumulan basura y suciedad. Representantes de todos los barrios expresaron su malestar ante esta situación y pidieron que el proceso sea más ágil.
Por su parte, la secretaria de Control del municipio, Carolina Labayru, explicó a este diario que "todo vehículo que fue secuestrado por la policía, ya sea por algún siniestro, operativo policial, allanamiento o secuestro por un hecho ilícito, queda retenido. Para que ese auto pueda pasar al corralón municipal, al depósito judicial o pueda ser devuelto a su titular, el fiscal que interviene en la causa tiene que hacer la liberación. Mientras tanto no se puede devolver".
En esa línea, destacó que la Municipalidad tiene contacto diario con los comisarios de la ciudad para "poner a disposición sus grúas y, ni bien llega la orden del fiscal, colaborar". Según explicó la funcionaria, cuando detectan que en alguna comisaría hay una gran cantidad de vehículos que no son liberados por los fiscales, intervienen para reordenar el lugar y tratar de estacionarlos lo mejor posible. "Hacemos lo que podemos", aclaró.
La situación particular de la comisaría 21ª se resolvió en la medida de las posibilidades. Los vehículos que estaban liberados fueron llevados al depósito judicial y al corralón, el resto fue acomodado en el lugar. "Están bajo secuestro de la comisaría y no se consideran autos abandonados", diferenció Labayru.
"Hay un montón de comisarías donde en nuestros recorridos habituales, por pedido del comisario o por denuncia de vecinos detectamos que se acumulan muchos autos e intervenimos. Es más, en algunos casos intervenimos con Fiscalía para acelerar los procesos y pedir la liberación de esos vehículos. Son los fiscales los que tienen que hacer el trámite burocrático", ejemplificó.
Pese a que en los últimos años hubo varios anuncios oficiales para tratar esta problemática, sólo fueron eso: anuncios. En las comisarías, los autos decomisados se siguen amontonado. Un problema al que el Estado parece no encontrarle solución.
Vehículos abandonados, otro problema
Además de los vehículos apostados en los alrededores de las comisarías, todos secuestrados, cada vez hay más autos abandonados en la ciudad. Desde principios de 2022 hasta hoy, la Secretaría de Control recibió 1.269 denuncias de ciudadanos, que no siempre se constatan. Del total, fueron resueltas 1.109 y 160 se encuentran en curso.
En tanto, de los relevamientos realizados en los patrullajes de los propios agentes de control se registraron 495 denuncias, a 467 ya les pudieron dar una solución y 29 están encaminadas.
Quienes noten la presencia de un auto abandonado en su cuadra pueden hacer la denuncia en el 147 o en la aplicación Rosario Responde. "A nosotros nos ingresa y el procedimiento indica que tenemos que ir e intimar al vehículo con un plazo de 48 horas. Si el vehículo se mantiene en el mismo lugar, estamos en condiciones de considerarlo abandonado y remitirlo al corralón", indicó Labayru.
Además, insistió con que desde el municipio se trabaja "muchísimo" en este tema porque se comprende a los vecinos. "Coincidimos en que incitan al vandalismo y a la inseguridad y que muchas veces son refugios o escondites para situaciones delictivas", mencionó.
"La idea es ir a fondo sobre estos casos. Es un trabajo diario y lo tenemos aceitado, pero el volumen de secuestros de vehículos creció en el último tiempo", concluyó la funcionaria.